Rugby

Las horas más trágicas de la selección española de rugby

La muerte por accidente de Kawa Leauma pone en entredicho las medidas de seguridad de los deportistas de la federación

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Leauma, con una cinta blanca a la cabeza, percutint en un partido contra Italia.

BarcelonaEl jugador de rugby del Ampo Ordizia vasco y de la selección española Kawa Leauma ha muerto esta madrugada en un hospital neerlandés después de no haber podido superar las heridas provocadas por el accidente que sufrió la noche del sábado al domingo en el marco del tercer tiempo –o encuentro posterior– del partido clasificatorio para el Mundial del 2023 que enfrentó al combinado local con el estatal.

Leauma, de 32 años y de origen samoano, no ha superado el fuerte golpe en la cabeza que se dio al precipitarse de una terraza situada en un local de la población de Leiden. Según apunta el diario De Telegraaf y varios medios locales, un grupo de jugadores de las dos selecciones decidieron celebrar un encuentro en un espacio habilitado por un patrocinador de la federación neerlandesa de rugby situado en la calle Admiraal Banckertweg de la citada ciudad. 

Se da la circunstancia de que días atrás las autoridades habían decretado una serie de medidas restrictivas para controlar la expansión de la variante ómicron del covid y las dos federaciones habían anunciado renunciar al tradicional tercer tiempo que reúne a los jugadores de los dos equipos después de los partidos.

Con todo, el servicio de emergencias de Leiden recibió una llamada a las doce y media de la madrugada. Se informaba de un accidente en el local de la empresa de demoliciones Van Diemen (patrocinador del equipo de rugby de la ciudad y de la Federación de los Países Bajos). Los servicios de emergencia tuvieron que asistir a Leauma, que todavía se encontraba con vida, y lo transportaron al hospital más próximo, donde lo tuvieron que operar de urgencia debido a la gravedad de las heridas que tenía en la cabeza, el fémur y la mandíbula. El lunes al atardecer los cirujanos le practicaron una segunda intervención, si bien informaron a los delegados de la Federación Española de Rugby de que su evolución “no era favorable”.

Un protocolo en entredicho

Esta era la primera vez que Leauma era convocado por el XV del León, el apodo con el que se conoce popularmente a la selección española absoluta de rugby. Curiosamente, el vasco de origen samoano no jugó el partido ante la sospecha de posibles irregularidades en su alineación, dada su situación legal: ya había jugado con las categorías inferiores de su país. Como había dudas sobre una posible derrota administrativa o incluso miedo a la no clasificación de España de cara al Mundial, el jugador no participó en el enfrentamiento.

Una vez acabado el partido, y según había anunciado la Federación Española de Rugby (FER), todos los jugadores fueron conducidos al hotel de concentración, donde tenían que quedar confinados y cenar en solitario. Según apuntan varias fuentes consultadas por el ARA del entorno de los jugadores –y que no han querido dar su nombre–, un grupo de deportistas del combinado estatal –muchos de ellos de origen oceánico– abandonaron el hotel sin permiso, saltándose el toque de queda y la prohibición de reunirse con más de cuatro personas, para encontrarse con varios compañeros del equipo rival en el local de un patrocinador de la federación neerlandesa y del club de Leiden. Un encuentro clandestino, claro, dada la normativa vigente en los Países Bajos.

Según explicó Welmoet Lug –portavoz del club de rugby de Leiden– a la prensa local, en algún momento del encuentro "la víctima salió corriendo de la terraza del local y cayó literalmente de muy arriba", si bien apuntó que "todavía continuaba con vida después de la caída". Otras fuentes explican también que una zona del local estaba en obras y mal señalizada –conviene recordar que se celebraba en el local de una empresa de demoliciones y no en un espacio homologado y adecuado– y que Kawa Leauma cayó de una altura "de entre seis y ocho metros".

Fuentes próximas a la selección española afirman que todos los jugadores "están abatidos y absolutamente rotos", y “declinan hacer ningún tipo de declaración”. De hecho, la noticia de la muerte de Leauma la ha publicado su hermano en las redes sociales, mientras que la Federación Española de Rugby ha pedido a los jugadores y técnicos que guarden silencio sobre los hechos, sobre todo teniendo en cuenta que la pareja del jugador traspasado está en Nueva Zelanda preparando las fiestas de Navidad con su familia y ha tenido que volver de urgencia ante la gravedad de los hechos. El organismo ha pedido respeto por el jugador traspasado y ha emitido un comunicado en el que explica que no pueden dar más información sobre el caso "por deseo de la mujer de Leauma".

Posible indemnización

A raíz de los hechos, la policía neerlandesa ha abierto una investigación, puesto que la fiesta de los jugadores de las dos selecciones se inscribe en un contexto de prohibición y confinamiento casi total en los Países Bajos, y pone en entredicho los protocolos de seguridad de la Federación Española. De hecho, durante el mes de febrero de 2020, justo antes del estallido de la pandemia, un grupo de jugadores de la selección protagonizó una gran pelea en una discoteca de la ciudad de Botosoani, en Rumanía, después de un partido que enfrentó a las selecciones rumana y española y que acabó en un acuerdo entre las dos federaciones para no presentar denuncia y poder pasar página rápidamente. 

Expertos en derecho deportivo consultados por el ARA ven una rendija legal y dicen que, a pesar de no haber disputado el partido oficial, Kawa Leauma estaba bajo el amparo de la selección española. Por lo tanto, la familia podría reclamar una indemnización por daños y perjuicios. La policía, por su parte, no ha cerrado el caso y sigue investigando si los jugadores que asistieron a la fiesta contaban o no con el visto bueno de las respectivas federaciones y para investigar el papel del patrocinador que cedió sus instalaciones para celebrar esta reunión o fiesta que se ha acabado convirtiendo en la tragedia más importante de la historia del rugby español.

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