Vacaciones de ti mismo: "Si estás triste donde vives y coges un avión, tu yo seguirá estando igual de triste"
"Creo que te gusta más la idea de las vacaciones que las vacaciones". La frase la dice un secundario de la serie Jamón a la protagonista cuando se da cuenta de que ella, a pesar de no trabajar, no puede evitar consultar el teléfono del trabajo mientras se sienta en una roca mirando al mar. Durante el año anhelamos las vacaciones y aspiramos a romper la rutina y descansar. Pero llegado el momento hay personas a las que no les resulta fácil adaptarse a los hábitos ociosos y no hacer nada.
Somos plenamente conscientes de que la capacidad para desconectar de las responsabilidades laborales es saludable, que viajar nos proporciona emociones y alegrías, que dedicarnos plenamente a la familia es muy satisfactorio. Nos hemos aprendido la lección. La literatura, la publicidad, la ficción cinematográfica y televisiva nos han construido la idea de vacaciones como sinónimo de un estado de felicidad permanente. Hay un magnífico sketch de Saturday Night Live protagonizado por el actor Adam Sandler que, pese a las dosis de humor, no está exento de una realidad devastadora.
Sandler interpreta a Joe Romano, el promotor de unos viajes turísticos a Italia. Está preocupado porque algunos de sus clientes se sienten decepcionados por las vacaciones que él organiza y hace un vídeo promocional donde alerta de las limitaciones de su oferta de ocio: "Nosotros siempre recordamos algo a nuestros clientes: si estás tristes allí donde vive, estaréis tristes en Italia, ¿lo entendéis? triste donde vives y coges un avión en Italia, tu yo en Italia seguirá estando tan triste como lo estaba antes". Joe Romano insiste con su mensaje: "Te podemos ayudar a relajarte, te enseñaremos especies diferentes de ardillas que nunca habías visto, pero lo que no podemos hacer es solucionarte aspectos más profundos y complejos, como por ejemplo la forma en que te comportas en grupo o tu estado de ánimo habitual".
Romano no quiere crear falsas expectativas en torno a la posibilidad de viajar lejos de casa: "Nosotros te podemos llevar de excursión, pero no podemos hacer que te guste ir de excursión. Nosotros te acompañaremos a la costa italiana, pero no podemos hacer que te sientas cómodo con el bañador puesto. Toscana, pero no podemos cambiar los motivos por los que más bebes de la cuenta”. Romano entra en un nivel de detalle que parece obvio, pero que es devastador: "Recuerda: en las fotos que te hagas saldrás tú. Y si cuando estás en casa no te gustas, tampoco te gustarás cuando te veas en una góndola. Si tú y tu pareja tiene problemas, le garantizo que el nuestro tour no le ayudará. Si no quieres que tu marido te toque, recuerda que en Italia tendrá los mismos cuerpos y pensamientos".
El sketch es hilarante y, por supuesto, plantea situaciones extremas, pero desmonta la tiranía de las vacaciones idílicas y reparadoras en las que todos, automáticamente, se convierten en una persona diferente cuando no tiene que ser una persona diferente cuando no tiene que ser una persona diferente. síntomas físicos derivados de la falta de adrenalina del día a día, se sienten desorientados por la ausencia de unas rutinas o superados por una convivencia familiar intensa que incluye a los parientes más lejanos. frustrados si no experimentan una sensación de liberación o euforia, o viven como un fracaso no haber completado todos los planes que habían previsto y sufren para no aprovechar el tiempo como quisieran.