Los aterrizajes nocturnos en el aeropuerto de Barcelona serán más cortos

Aena construirá una salida más rápida para los aviones que lleguen por la pista transversal

Un avión aterrizando en el aeropuerto de Barcelona.
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El Prat de LlobregatEn un aeropuerto como el de Barcelona que se encamina hacia un nuevo récord anual de pasajeros, cualquier suma mejora. A la espera de sí sale adelante el proyecto de ampliación, El Prat se prepara para ir haciendo más eficiente una operativa que acabará siendo más complicada si año tras año se siguen sumando millones de pasajeros. Sólo este 2025 espera cerrar por encima de los 58 millones de viajeros, frente a los 55 millones del año pasado, que fue la primera vez que se superó el límite teórico de capacidad de la infraestructura.

En este contexto, Aena construirá una salida rápida para la pista transversal, utilizada mayoritariamente por los aterrizajes nocturnos, tal y como ha podido saber el ARA. El aeropuerto de Barcelona, ​​dirigido por Eva Valenzuela, opera con las dos pistas paralelas durante el día, con mayor capacidad, pero, por la noche, cuando la actividad disminuye, opta por la pista transversal para las llegadas para minimizar el ruido sobre poblaciones vecinas como Gavà y Castelldefels, siempre que el tiempo o el viento lo permitan. Es en ese momento cuando se produce un largo trayecto una vez se ha tocado el suelo. Los aviones aterrizan y comienzan a dar una vuelta lenta hasta llegar a la terminal, muchas veces aumentando aún más la espera de los pasajeros con un autobús que alarga el trayecto y no con las deseadas salidas por finger.

Nova sortida a la pista transversal de l’aeroport del Prat

Sortida actual

Pista transversal

Nova sortida

T2

Pista llarga

T1

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Pista llarga

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Pista llarga

T2

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Ésta es la situación que el gestor aeroportuario quiere mejorar con la construcción de una nueva salida de la pista cruzada, que será más rápida y hará más cómodo el trayecto para los usuarios, pero también permitirá a las aerolíneas gastar menos combustible. La nueva salida estará ubicada justo después de cuando la pista transversal pasa por la pista larga. También será mucho más cercana a las calles que llevan a la terminal T1, donde duermen los aviones de Vueling, la aerolínea que tiene más aviones afincados en el aeropuerto y la que más vuela de noche hacia Barcelona. Así se evitará tener que dirigir el avión casi hasta el final de la pista transversal como ocurre ahora, situado mucho más lejos de la T1 y donde, además, los pilotos deben realizar giros más bruscos que obligan a reducir aún más la velocidad y tardar más.

"La obra tiene por objeto mejorar la seguridad operacional y la eficiencia corporativa y ambiental. Si bien no implica incremento de la capacidad del aeropuerto, sí comporta beneficios operativos y ambientales", detallan desde la compañía presidida por Mauricio Lucena. Aparte de unos rodajes de los aviones más cortos y de mayor confort para los pasajeros, la nueva salida rápida también permitirá reducir las emisiones y el ruido que provocan los aviones cuando aterrizan porque harán menos maniobras en la pista.

Asimismo, permitirá disminuir las esperas de los aviones en el aire porque se liberará antes la pista cruzada. Por normativa, ningún avión puede entrar en una pista hasta que no queda completamente libre y, con esta nueva salida, los aviones en la pista cruzada se irán antes y esto permitirá que los siguientes puedan aterrizar también antes. De esta forma, se ganará en puntualidad y eficiencia. Aunque la noche no es el principal cuello de botella del aeropuerto, los planes de Aena permitirán mejorar su operativa. Sobre todo en un momento del día en el que se puede llegar a congestionar en épocas como el verano, cuando las aerolíneas programan todos los vuelos posibles para satisfacer la demanda, lo que acaba provocando retrasos que se acumulan hasta las 11 de la noche, cuando se empieza a operar con la pista transversal para los aterrizajes.

En una infraestructura donde hay momentos de saturación –especialmente a las siete de la mañana durante todo el año y entre las diez de la mañana y las dos de la tarde los meses de julio y agosto–, las compañías aéreas están reforzando la oferta en otras franjas horarias para poder continuar creciendo, pero también en otros períodos más allá del verano,. Ésta es una de las razones que explican el crecimiento que registra El Prat pese a haber superado al máximo técnico de los 55 millones de pasajeros.

Afectaciones por las obras

El presupuesto de los trabajos será de unos 3,1 millones de euros, buena parte de los cuales se incluirán en el próximo DORA III, el documento que regulará el sector aeroportuario en el período 2027-2031 y estará dotado con un presupuesto global de 13.000 millones de euros. La construcción de esta salida rápida no forma parte del proyecto de ampliación de El Prat y fuentes de Aena indican que es "una obra que también debería hacerse si no hubiera ampliación", en línea con los trabajos que hará para reformar las terminales T1 y T2. "Son actuaciones necesarias para la ampliación, que la complementan, pero no suman más operaciones por hora", remarcan las mismas fuentes.

Las obras para construir esta nueva salida empezarán en noviembre de 2026. Tendrán una duración de poco más de un año, pero la principal afectación se producirá durante el primer mes de los trabajos. "Implicarán una reducción limitada de la capacidad del aeropuerto durante esta fase de la obra, por eso existe un proceso previo de información a las aerolíneas y organismos responsables de los slots a fin de que ajusten la programación a la capacidad real del aeropuerto. La planificación se anticipa para minimizar afectaciones y consensuar con las aerolíneas que la afectación sea mínima", explican desde el gestor aeroportuario.

Concretamente, durante el mes de noviembre del próximo año, en temporada baja, deberá operarse con una única pista durante diez días seguidos, lo que supondrá la eliminación de 1.400 slots. Como se actuará en la pista transversal y ésta toca con la larga, el aeropuerto sólo podrá realizar despegues y aterrizajes desde la pista corta, la más cercana al mar. Esto comportará que, durante estos diez días, no podrán despegar como siempre los aviones de mayores dimensiones, los que operan vuelos intercontinentales, y unos cuarenta aviones tendrán que disminuir la carga que llevarán para poder hacerlo.

Durante el resto de fases de las obras, el impacto operativo será mucho menor y no se prevé ninguna afectación en la capacidad de la infraestructura. Sólo se contempla otro período de mayor afectación, sin concretar en el calendario todavía, con el cierre de la pista cruzada durante dieciséis horas a lo largo de doce días.

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