Nestlé añade azúcar en los cereales y la leche en polvo que vende en los países pobres
Una investigación revela que la compañía suiza contraviene las directrices de alimentación infantil que sí aplica en Europa
BarcelonaNueva polémica de Nestlé relacionada con la alimentación infantil. Cincuenta años después de que se iniciara el boicot contra el gigante suizo por sus agresivas campañas contra la leche materna –y favorables a la de fórmula– en los países menos desarrollados, un estudio demuestra ahora que la compañía incluye altos niveles de azúcar en cereales y leche en polvo que vende en los países pobres. Una práctica que no aplica en Europa y que, tal y como denuncian varios expertos en el informe, favorece la adicción a los dulces y contraviene las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para prevenir la obesidad y otras enfermedades crónicas .
La investigación, difundida este miércoles, le ha liderado Public Eye, una organización suiza pro derechos humanos, en colaboración con la Red Mundial de Grupos pro Alimentación Infantil (IBFAN). Para ello, se han analizado en un laboratorio de Bélgica decenas de ejemplares de los productos Cerelac y Nido comercializados en África, Asia y Latinoamérica. "Mientras que en Suiza, donde la empresa tiene su sede, las principales marcas de cereales infantiles y leches en polvo vendidas por el gigante alimentario no contienen azúcares añadidos, la mayoría de los comercializados en países de renta baja sí contienen, a menudo en niveles elevados", concluye el estudio.
Por lo que respecta a Celerac, referente mundial en el mercado de cereales infantiles, el estudio ha puesto la lupa sobre 115 productos vendidos en los países citados y 108 de ellos (98%) llevaban azúcares añadidos; concretamente dos gramos por ración de media, el equivalente a un azucarillo. La misma tendencia, aunque en menor medida, se ha detectado con Nido, una de las marcas más populares en el mercado de leche de fórmula. En este caso, se han analizado 29 productos vendidos en países de renta baja y media y hasta 21 (72%) contenían azúcar: casi dos gramos por ración de media.
Lo más relevante del estudio es que estos azúcares, añadidos en forma de sacarosa o de miel, no se han encontrado en productos comercializados en Europa. Si los cereales Cerelac vendidos en Alemania y Reino Unido no tienen azúcares añadidos, por ejemplo, el mismo producto incluye cinco gramos de azúcar por ración en Etiopía y seis gramos por ración en Tailandia. Y lo mismo ocurre con Nido con niveles de entre 0,6 y 5,3 gramos por ración en países como Senegal, Nigeria, Indonesia, Nicaragua o Panamá. "Este tratamiento desigual es injustificable", afirma en el informe Nigel Rollins, científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien alerta de que se trata de una problemática "tanto desde el punto de vista ético como de salud pública" ".
"Es extremadamente preocupante", se suma Rodrigo Vianna, epidemiólogo y profesor del departamento de Nutrición de la Universidad Federal de Paraíba, en Brasil. "No debería añadirse azúcar a los alimentos destinados a los bebés ya los niños pequeños, porque es nutritivamente inútil y altamente adictivo. Sólo se conseguirá que los niños pidan alimentos cada vez más dulces, haciendo así un ciclo negativo que incrementará el riesgo de trastornos alimenticios en la edad adulta, como la obesidad, además de otras enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión", afirma declaraciones también recogidas por el estudio.
A preguntas de Public Eye, Nestlé rechaza hablar de este tratamiento desigual con sus productos de alimentación infantil y asegura que "cumplan plenamente" con las leyes nacionales de cada país. Y es que los azúcares añadidos están efectivamente permitidos en distintos países a pesar de que van en contra de las directrices de la OMS.
Sin embargo, el informe señala que los azúcares añadidos están autoridades en muchas legislaciones nacionales. Sin embargo, la compañía asegura que ha "reducido la cantidad total de azúcares añadidos en su cartera de cereales infantiles en un 11% en todo el mundo" durante la última década y que lo seguirá haciendo "sin comprometer la calidad, la seguridad" y el sabor" de los productos. También afirma que está en proceso de eliminar la sacarosa y el jarabe de glucosa de sus leches de crecimiento Nido.
Publicidad a través de 'influencers' y nutricionistas
Más allá de la composición de los productos, el estudio también alerta de que en muchos de los países analizados las normas también son muy laxas con el código aprobado en 1981 por la OMS para proteger la lactancia materna –precisamente a raíz del escándalo de la leche en polvo que ya salpicaba a Nestlé– y que prohíbe la promoción de preparados para lactantes, ya sean leches de fórmula como alimentos con elevados niveles de azúcar.
¿El resultado? Nestlé recurre a influencers y profesionales de la salud, como nutricionistas, como "elemento central de su estrategia comercial [...] para impulsar las ventas de sus alimentos infantiles". Cerelac y Nido figuran, sin embargo, como unas de las marcas de alimentación infantil más vendidas en países pobres, según el informe, en el que se incluyen ejemplos de publicaciones en las redes sociales de usuarios en Sudáfrica y Guatemala defendiendo los beneficios de estos productos.