Amazon no tributó el impuesto sobre sociedades en ocho estados europeos en los que facturó 44.000 M€

La multinacional recurrió a una sociedad en Luxemburgo para evitar pagar en la mayoría de grandes países de la UE, como España

ARA
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El fundador de Amazon, Jeff Bezos, en una imagen de archivo.

BarcelonaLa multinacional norteamericana de comercio electrónico Amazon no pagó en 2020 ningún tipo de impuesto sobre sociedades en ocho estados europeos, entre los cuales España, a pesar de acumular unas ventas de 43.840 millones de euros, su récord histórico. La compañía presidida por Jeff Bezos pudo evitar estas obligaciones fiscales de manera a priori completamente legal, gracias a facturar la actividad en una sociedad situada en Luxemburgo, que a la vez funciona de matriz de las filiales de Amazon en otros estados europeos, según ha informado este martes el diario británico The Guardian.

Concretamente, Amazon no pagó el impuesto sobre sociedades en España, Francia, Alemania, el Reino Unido, Italia, los Países Bajos, Polonia y Suecia. El año pasado, el gigante del e-commerce incrementó en unos 11.655 millones los ingresos conjuntos en estos ocho países, que en 2019 fueron de 32.185 millones.

De hecho, con el estallido de la pandemia de covid-19 las compañías de comercio electrónico, entre las que Amazon es una de las líderes mundiales, aumentaron de manera muy notable la actividad y, por extensión, las ventas en todo el mundo. Por ejemplo, en España el 20% de los compradores de productos de gran consumo –un sector muy amplio que incluye desde alimentación y moda hasta tecnología– ya fueron a través de internet, según un estudio publicado este martes por Aecoc, la patronal del sector.

La manera en que Amazon ha podido evitar el abono del impuesto sobre sociedades es porque utiliza la sociedad luxemburguesa Amazon EU Sarl para gestionar las ventas en estos ocho países. A pesar de esto, la empresa declaró unas pérdidas en 2020 de 1.200 millones de euros, por lo que, como cerró el ejercicio en números rojos, no tuvo que pagar nada.

Y no solo esto: también recibió un crédito fiscal de 56 millones de euros que le permitirá descontarse esta cantidad en impuestos si obtiene beneficios en un futuro. Según la información del diario londinense, la filial luxemburguesa de Amazon lleva acumulado durante varios años un crédito de 2.700 millones de euros que puede utilizar para rebajarse la factura impositiva en cualquier momento.

A pesar de declarar unos ingresos de más de 43.000 millones, las cuentas presentadas por la sociedad a las autoridades fiscales luxemburguesas solo tienen 23 páginas, ante los centenares de páginas con todo tipo de detalles que pueden llegar a tener las cuentas anuales de cualquier multinacional. El documento, también publicado por The Guardian, no ofrece mucha más información y no desglosa los ingresos o beneficios obtenidos en cada uno de los ocho países donde trabaja la filial.

Otro elemento destacable es que, mientras que en un estado como España Amazon da trabajo directamente a unas 12.000 personas, la sociedad luxemburguesa tiene una plantilla de poco más de 5.200 empleados, lo cual quiere decir que cada uno de los trabajadores generó una facturación media de 8,4 millones de euros el año pasado.

Luxemburgo vuelve al punto de mira

La noticia publicada por The Guardian vuelve a poner encima la mesa el papel de Luxemburgo como principal paraíso fiscal para corporaciones y grandes fortunas no solo en el Viejo Continente sino también dentro de mismo de la UE. De hecho, el Gran Ducado es uno de los estados fundadores, tiene el euro como moneda propia y su ex primer ministro, Jean-Claude Juncker, fue durante diecisiete años el presidente del Eurogrupo, el organismo oficioso donde toman decisiones los ministros de Economía de la zona euro. Posteriormente presidió la Comisión Europea, el ejecutivo de la UE, entre el 2014 y el 2019.

El Parlamento Europeo ha condenado las prácticas de países como Luxemburgo, pero el hecho de no tener competencias sobre materia fiscal hace que al final sus quejas no tengan consecuencias, a pesar de que la ONG Tax Justice cifra en unos 27.000 millones de euros anuales lo que pierde la UE por las prácticas fiscales de las grandes empresas en países con regímenes impositivos laxos.

Las discusiones a nivel de gobiernos para crear mecanismos que obliguen a las compañías de internet a tributar en cada país según el volumen de negocio que se genere han chocado con la oposición frontal de los estados más beneficiados, como el propio Luxemburgo e Irlanda. Por su parte, recientemente el gobierno de los EE.UU. ha propuesto la creación de un impuesto sobre sociedades global que permita poner fin o como mínimo reducir la existencia de los paraísos fiscales.

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