Bruselas aprueba los aranceles contra los vehículos eléctricos de China
Las tasas de aduanas serán de un máximo del 35,3% y estarán en vigor al menos cinco años
BarcelonaBruselas ha aprobado de forma definitiva los aranceles contra los coches eléctricos chinos. Tras confirmar en una investigación los "subsidios ilegales" de Pekín en su industria automovilística, la Comisión Europea ha ratificado la subida de las tasas de aduanas a los vehículos eléctricos que llegan de China al menos durante cinco años. Sin embargo, según fuentes comunitarias, Bruselas no cierra la puerta a seguir negociando con las autoridades del gigante asiático y encontrar una "solución alternativa" a la guerra comercial en la que han entrado China y la Unión Europea.
Concretamente, el nuevo impuesto, que podría entrar en vigor el jueves si mañana se publica en el Boletín Oficial de la UE, será del 35,3% para aquellas marcas que la Comisión Europea considera que no han colaborado en la investigación ni en las negociaciones, como es SAIC, que tiene un 20% deChery, la marca que junto a Ebro industrializa la antigua planta de Nissan en Barcelona. Por contra, la tasa será más reducida para marcas que se han mostrado más predispuestas a trabajar con Bruselas como BYD (17%) o Geely (18,8%). En cuanto a los coches de Tesla que se fabrican en China, son los que tendrán que afrontar un menor gravamen, del 7,8%.
Fuentes de la Comisión Europea defienden la conveniencia de subir los aranceles a los coches eléctricos para "contrarrestar" el hecho de que la industria del gigante asiático juega con ventaja porque está "ampliamente subvencionada" en toda la cadena de valor. En este sentido, Bruselas remarca que se trata de una "amenaza previsible e inminente" para la industria de la Unión Europea.
Sin embargo, la industria china y Pekín no se ha tomado muy bien la imposición de estos aranceles y han amenazado con volverse, lo que puede agudizar la guerra comercial que mantienen China y la UE. En este sentido, el gigante asiático ya ha avanzado que pretende subir los aranceles de los coches que importa del club europeo, y ya ha lanzado una investigación para cobrar tasas de importación en la carne de cerdo, lo que afectaría a Catalunya, o algunas bebidas alcohólicas , como el coñac o el brandy francés.
Por este motivo, varios estados miembros se oponen a la subida de aranceles de la UE contra los vehículos eléctricos chinos. De hecho, la mayor economía del bloque, Alemania, que exporta muchos automóviles a China, votó en contra y otros países, como España, se abstuvieron por motivos similares. Sin embargo, la mayoría de Estados miembros apoyaron la iniciativa de Bruselas de incrementar las tasas de aduanas en los coches chinos.
La crisis automovilística de Europa
El anuncio de la Comisión Europea llega, precisamente, al día siguiente de que el gigante alemán del automóvil, Volskwagen, diera una noticia inédita en sus 87 años de historia. Hasta esa fecha, la compañía nunca había cerrado una fábrica en su país de origen, pero el grupo anunció que se está planteando clausurar tres y recortar el sueldo de sus trabajadores en un 10%. Así lo explica este martes el diario Financial Times, que recuerda que las medidas fueron anunciadas en una reunión con la plantilla por parte del comité de empresa. La dirección todavía no ha confirmado estos detalles, pero mañana miércoles informará de sus resultados del tercer trimestre.
Como recuerda el rotativo británico, el segundo fabricante de automóviles del mundo –que es también propietario de Audi, Škoda y Seat, entre otras marcas– ya ha lanzado advertencias sobre sus beneficios dos veces este año. Aun así, Volkswagen no es el único fabricante de automóviles europeo que se plantea realizar recortes profundos e impopulares para su plantilla. Stellantis –el propietario de marcas como Opel, Fiat y Peugeot en Europa– está sometido a una intensa presión de los políticos y sindicatos italianos por mantener en funcionamiento su fábrica Fiat más antigua en Turín, pese a la caída de las ventas.
Asimismo, algunas líneas de montaje de vehículos en Francia ya se están trasladando a países con menos costes laborales como Marruecos o Turquía. A principios de este mes, varios cientos de trabajadores franceses protestaron frente al Salón del Automóvil de París por la deslocalización de la industria del automóvil europea, que emplea a cerca de 14 millones de personas y representa el 7% del PIB de la UE.
Este sector, como explica el análisis del Financial Times, se enfrenta a una tormenta perfecta. La demanda de automóviles está disminuyendo tanto en Europa como en el extranjero, mientras que los fabricantes de automóviles navegan por una arriesgada y costosa transición de varios años por el paso de los motores de combustión en el coche eléctrico. Todos estos problemas se están agravando para China, donde la competencia es feroz y los vehículos eléctricos de alta calidad y de bajo coste cada vez se exportan a Europa en mayor número.
Más incentivos e infraestructura de carga
No existen soluciones fáciles. Por el momento la UE ha seguido la estrategia estadounidense y ha aumentado los aranceles a los vehículos importados de China. De todas formas, dirigentes de la industria, como el consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, o el de BMW, Oliver Zipse, ya han avisado de que el proteccionismo sólo hará que los coches sean más caros para los consumidores y acelerará el cierre de plantas en Europa. Los fabricantes han instado a los gobiernos a desplegar una infraestructura de carga para los vehículos eléctricos e introducir o restablecer incentivos financieros para estos modelos.
Los coches eléctricos todavía son caros de producir en Europa, sobre todo debido al alto coste de las baterías. Los consumidores quieren vehículos eléctricos más baratos y más estaciones de recarga, y muchos están esperando a comprarlos hasta que las condiciones mejoren. Como resultado, las ventas se están ralentizando a la vez que las normas de emisiones de la UE se endurecerán a partir del próximo año y obligarán a un cambio más rápido hacia vehículos más limpios.