El gobierno español avisa de que la opa en el Sabadell amenaza la estabilidad financiera

Madrid"Una excesiva concentración [del sector bancario] puede conducir a la inestabilidad financiera". Es una de las advertencias más duras a las que se aferra el gobierno español por mostrarse contrario a la opa hostil que el BBVA ha lanzado sobre el Banco Sabadell tras la negativa de éste a negociar su adquisición por parte del banco bilbaíno.

El aviso lo hizo el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, durante la rueda de prensa de este martes posterior al consejo de ministros. Cuando la prensa le ha preguntado sobre la contundencia con la que el ejecutivo de Pedro Sánchez ha respondido a la operación bancaria, Cuerpo no sólo apuntó a la estabilidad financiera, sino también a la "vertebración territorial", así como a la "inclusión financiera". Todos ellos son los "motivos de fondo", en palabras del ministro, por los que la opa hostil es vista con especial preocupación en el gobierno español.

Palmo a palmo. Cuerpo se encargó de recordar que uno de los "elementos lesivos" de la opa hostil es la inestabilidad financiera. "Lo ha comentado también el Banco de España, que una excesiva concentración [del sector bancario] puede conducir a la inestabilidad financiera o incluso a problemas en lo que se refiere a la transmisión de la política monetaria", ha dicho. Respecto a estas dificultades a la hora de transmitir la política monetaria del BCE, Cuerpo ha puesto de ejemplo el último quebradero de cabeza reputacional de la banca española: la remuneración de los depósitos. "En su momento, que no se trasladara la subida de los tipos de interés a la remuneración de los depósitos nos llevó a pedir a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que mirara si ante esa ausencia de transmisión de los tipos en los depósitos había una falta de competencia", recordó el ministro.

Este lunes el titular del ministerio de Economía aprovechó el encuentro con la presidenta del consejo de supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Claudia Buch, para trasladarle éste y otros argumentos. El organismo supervisor tendrá un papel clave en el desenlace de la operación.

Para Cuerpo, sin embargo, hay otros dos elementos de preocupación en torno a la "excesiva concentración" que se podría desencadenar en caso de que la opa hostil saliera adelante.

De entrada, a ojos del ejecutivo, una reducción de la competencia puede suponer "un riesgo" para los clientes en términos de inclusión financiera, un elemento que en los últimos años ha marcado la política económica del gobierno español, sobre todo después de la guerra que abrió el médico ya jubilado Carlos San Juan y que acabó con un plan acordado entre el gobierno español y las patronales bancarias para revertir la exclusión financiera. "Llevamos años trabajando para conseguir la inclusión financiera y servicios personalizados", reiteró Cuerpo, que puso especial énfasis en las zonas rurales, así como en el acceso a los servicios financieros de personas que tienen diversidad funcional.

El segundo elemento preocupante de cara a una excesiva concentración tiene que ver con la "vertebración territorial". A nadie se le escapa, tampoco al ministro, el peso del Sabadell en territorios como Catalunya o la Comunidad Valenciana: "Todos somos conscientes de la concentración de la actividad [del Sabadell]" en estas comunidades. "Para nosotros esto es un elemento importante a la hora de valorar el impacto [de la opa]", ha dicho Cuerpo, quien también ha recordado el papel de la entidad de origen catalán en cuanto al actividad crediticia en torno a la pequeña y mediana empresa.

Una llamada de Torres

Asimismo, Cuerpo también ha hecho referencia a motivos de "forma". El ministro ha explicado que se enteró de la intención del BBVA por una llamada del propio presidente de la entidad, Carlos Torres. "Tuvimos conocimiento a través de una llamada del propio presidente del BBVA una vez se había tomado la decisión en el consejo de administración", ha afirmado Cuerpo este martes. El ministro ha apuntado que "el elemento de la forma es importante, porque supone y puede suponer un punto de volatilidad e incertidumbre adicionales en los mercados".

El BBVA anunció la opa hostil el pasado jueves 9 de mayo. Desde entonces, la cotización en bolsa de la entidad ha caído un 6,4%, hasta los 9,73 euros la acción (precio de este martes a las tres del mediodía). En cuanto al Sabadell, el comportamiento ha sido lo contrario y, aunque nada tiene que ver con el impulso que vivió cuando el BBVA anunció que estudiaba adquirirlo, hace dos semanas, la cotización se mantiene estable y ligeramente al alza: en los últimos cinco días ha incrementado un 1,9%, hasta los 1,85 euros la acción.

Pese al pulso del gobierno español, en el BBVA se respira tranquilidad, o al menos eso transmitía la semana pasada su presidente: "Los gobiernos acabarán viendo las bondades de la operación", afirmaba Torres.