El Banco de España reduce drásticamente el crecimiento del PIB para este 2021
El organismo supervisor sitúa el rebote de la economía en un 4,5% este año, 1,8 puntos menos de lo previsto
MADRIDPrimero fue el INE, después la OCDE y ahora el Banco de España. El organismo supervisor también ha revisado a la baja las expectativas de crecimiento de la economía española para este 2021 y para 2022. En concreto, el Banco de España reduce a un 4,5% el crecimiento del producto interior bruto (PIB) para este año –coincidiendo con la OCDE–, casi dos puntos menos que la previsión del mes de septiembre, cuando situó el rebote de este indicador macroeconómico en el 6,3%. En cuanto al año que viene, el organismo estima que la economía crecerá un 5,4%, cuatro décimas menos de lo previsto en septiembre, según ha hecho público este viernes. En este caso, la revisión a la baja es más moderada que la de este año.
Del mismo modo que el resto de organismos supervisores, las previsiones del Banco de España son mucho más pesimistas que las que recoge el gobierno español en su cuadro macroeconómico, y que por ahora no se han revisado. El ejecutivo estima que la economía crecerá un 6,5% este 2021 y mantiene que lo hará un 7% en 2022. Pero ¿por qué hay un cambio tan sustancial en las previsiones del Banco de España en comparación con el mes de septiembre? Fuentes del organismo supervisor argumentan que en aquel momento se hicieron unas previsiones con los datos anticipados del INE sobre el crecimiento económico del segundo trimestre y sin el dato del tercer trimestre. Dos cifras que el instituto público revisó muy a la baja a finales de septiembre. "Claramente, fueron mucho menos dinámicas de lo esperadas. Una sorpresa negativa", reconocen fuentes del organismo supervisor. Cabe tener en cuenta que el informe del Banco de España se aferra "exclusivamente" al INE y a los cálculos de contabilidad nacional del instituto público.
El motivo principal de estas revisiones a la baja es la prolongación de una serie de factores que están generando "mucha incertidumbre", reconocen fuentes del Banco de España. Destaca la elevada tasa de inflación, fruto de la espiral alcista de los precios de la energía, a pesar de que se ha moderado este mes de noviembre. También los cuellos de botella generados por la disrupción de la cadena de suministros, un elemento que está afectando en especial al sector industrial y al del automóvil, y, finalmente, el consumo privado, es decir, una demanda que se ha retardado mucho más de lo que se esperaba. También contribuye un retraso en la ejecución de los fondos europeos, explican desde el organismo. A todo ello se añade la aparición de nuevas variantes del coronavirus, en especial la ómicron, que no permiten "normalizar del todo" la actividad económica, y que los organismos supervisores avisan que habrá que tener en cuenta a la hora de hacer predicciones.
La única nota positiva del informe del Banco de España son las previsiones para los años 2023 y 2024. En los dos casos, la economía española crecería mucho más de lo previsto. En 2023 crecería un 3,9%, casi dos puntos más de lo previsto hace solo tres meses, mientras que en 2024 el Banco de España estima que la economía crecerá un 1,8%. El motivo de este optimismo es resultado del retraso en la ejecución de los fondos europeos. Si bien el organismo supervisor apunta que este año y el que viene no tendrán un impacto importante, esto cambiaría en 2023 y en 2024.
Estocada del consumo
Si se pone la lupa en los diferentes indicadores, del mismo modo que hizo el INE, el Banco de España revisa muy a la baja la demanda nacional, el principal motor de la economía. Si bien en septiembre el gasto de las familias en bienes y servicios se situaba un 9,6% por encima del PIB, ahora se reduce a un 4,5%, es decir, cae más de cinco puntos porcentuales. La clave de vuelta de esta revisión está en el ahorro de las familias. El organismo supervisor también estimaba hace unos meses una capacidad de ahorro más elevada de las familias, que ahora también ha caído. De hecho, el Banco de España prevé que la tasa de ahorro media previa a la crisis del coronavirus no se recuperará hasta 2023.
Inflación al alza
Como el resto de Europa, en los últimos meses los precios han subido en toda la zona euro a niveles inéditos en la última década. A pesar de que desde el Banco de España insisten en que la situación es "temporal", reconocen que está teniendo un impacto sobre la economía. Fuentes del organismo explican que en estos momentos estaríamos "en el pico", pero que a partir de la primavera del año que viene se espera un abaratamiento de los costes energéticos y, por lo tanto, una caída de las tasas de inflación.
Como en otras ocasiones, el Banco de España reitera que hay que evitar que los salarios de los trabajadores y las pensiones se actualicen este año al mismo ritmo que suben los precios. De hecho, reconoce que no está pasando. Una subida de sueldos equivalente al incremento del índice de precios en el consumo (IPC, el indicador que calcula la evolución de los precios del cesto de la compra) supondría "una pérdida de competitividad" de la economía española a escala internacional, apunta el organismo.
La paradoja de la ocupación
Entre los analistas económicos se mantiene la sorpresa por el hecho de que hay una brecha entre el crecimiento del PIB y la evolución de la ocupación y la recaudación de ingresos. Mientras que el primer elemento se revisa a la baja, los otros dos están evolucionando en positivo, reconocen los diferentes organismos, como se extrae de la última encuesta de población activa. En concreto, en el conjunto del Estado la afiliación se ensartó hasta los 19,7 millones de trabajadores (109.451 más que en octubre), cosa que supone el nivel más alto registrado en la serie. "No hay una respuesta satisfactoria que nos ayude a entenderlo", reconocen fuentes del Banco de España, que añaden que hay que acumular "más experiencia", es decir, tiempo para ver cómo evoluciona la economía.