Finanzas

El ICF triplica el número de créditos concedidos gracias a las líneas de préstamos en el sector agrícola

El banco de promoción de la Generalitat incrementa su actividad un 17% en 2023, hasta los 641 M€

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Vanessa Servera, consejera delegada del ICF, este miércoles en Barcelona.

BarcelonaEl Instituto Catalán de Finanzas (ICF), el banco de promoción empresarial de la Generalitat, incrementó en 2023 el total de dinero prestado y, sobre todo, el número de compañías a las que dejó fondos, en buena parte gracias al impulso de una nueva línea de ayuda para el sector agrícola.

En concreto, la actividad del ICF aumentó un 17%, hasta los 641 millones de euros, unos 94 millones más que en 2022. Un año más, la concesión de préstamos y avales para empresas catalanas ha concentrado el grueso de operaciones con 597,2 millones de euros del total, un 24,7% más que los 478,7 millones concedidos en el ejercicio anterior.

Aparte del crecimiento de fondos, lo que más aumentó fue el total de empresas que recibieron fondos del ICF, que se va más que triplicar y pasaron de 499 a 1.657 en un año. Este incremento se debe sobre todo a la puesta en marcha de las líneas de agroliquidez dotadas con 77 millones que empezaron a abonarse en el 2023 y que beneficiaron a unos 1.200 autónomos y pequeñas empresas del sector agroalimentario, la mayoría de ellos campesinos.

Estas ayudas permiten a campesinos y ganaderos obtener préstamos de entre 10.000 y 100.000 euros a un interés del 4%, pero la mitad de los intereses los paga el departamento de Acción Climática. Para 2024, el ICF ya ha concedido otros 20 millones y tiene abierta una nueva línea de 35 millones, que podría ampliarse durante el año.

Además, el ICF incrementó de 199 millones a 308 millones los préstamos para proyectos con criterios medioambientales y sociales, además de 62 millones de euros para financiar proyectos de vivienda social pública. En este último caso, el ICF presta dinero a promotoras privadas que construyen vivienda protegida en terrenos propiedad de ayuntamientos. "Hay una demanda muy importante en el país que no está bien cubierta por el sistema financiero", ha explicado en rueda de prensa la consejera delegada del ICF, Vanessa Servera.

Menos dinero en el capital riesgo

El resto de la actividad fue de capital riesgo, es decir, dinero que el ICF utiliza para entrar en el accionariado de empresas. El banco público destinó 43,8 millones a inversiones en el capital de empresas, 24 millones menos que el año anterior. Esta reducción, del 35,4%, "se corresponde con lo ocurrido en el sector este 2023", ha asegurado Servera. "En 2021 y 2022 fueron años de gran auge poscovide para el capital riesgo", pero en 2023 las cifras del sector se normalizaron y volvieron a unos niveles como los de antes de la pandemia, añadió.

El ICF ha invertido el 75% del dinero de capital riesgo en gestoras externas con sede en Cataluña –por ejemplo, el fondo Asabys– que gestionan las inversiones, mientras que el 25% restante son participaciones gestionadas directamente por el organismo. El dinero se reparte tanto en proyectos para empresas en nacimiento como en compañías en fase de crecimiento o consolidación.

Además, el ICF cerró 91 operaciones por un valor de 63 millones de reestructuración de la deuda (un 45% menos que en el 2022) con compañías a las que ya había prestado dinero. En este sentido, Servera ha celebrado que la subida de los tipos de interés de este año por parte del Banco Central Europeo "no ha afectado negativamente a la capacidad de repagar de las empresas".

Además, el banco público ha incrementado en 16 millones su cartera crediticia, hasta los 2.245 millones, en un momento en que "el saldo de créditos del sector privado ha caído" y mantiene un ratio de solvencia del 38,4 %, aproximadamente el doble que el sector bancario europeo, ha explicado la consejera delegada del ICF.

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