Una agencia matrimonial de las de toda la vida en tiempo de Tinder
Soulmate ofrece métodos convencionales a clientes que desean encontrar pareja sin exposición en las redes
"Soy una romántica y una defensora de la vida en pareja", confiesa enseguida Montse Herrera. Esta mediadora y coach, con más de 20 años de experiencia, vio claro el negocio hace año y medio: “Las mujeres que venían a mis cursos me preguntaban: «¿Dónde están los hombres?» ¡Y yo les respondía, en broma, que yo no tengo el catálogo! -explica Herrera-. A partir de ahí vimos que hay una necesidad real en el mercado, y que podíamos hacer algo”.
De esta manera, en pleno auge de las aplicaciones de móvil para ligar, como Tinder y Happn, en 2015, Herrera puso en marcha Soulmate Matchmaking: una plataforma que recupera los métodos más tradicionales para buscar pareja, destinada a un público exclusivo -como directivos, empresarios o personas con exposición pública- en el que el reclamo principal es la privacidad y la personalización. “A mí los sistemas que utilizan las plataformas por Internet como Meetic y Badoo no me gusta, por una cuestión de intimidad; siento como si las personas fueran carne expuesta y yo he intentado huir totalmente de esto”, dice Herrera.
La base es “la de la matrimoniera de toda la vida”, pero esta empresaria ha modernizado el negocio añadiendo las técnicas de mediación, coaching y crecimiento personal que acumula por su experiencia profesional en el sector de la mediación. De momento en el negocio trabajan tres personas con total dedicación y una red de relaciones públicas que se encargan de buscar los contactos. “Tenemos dos despachos en Barcelona y uno en Madrid que alquilamos sólo cuando nos desplazamos. Este año nos gustaría consolidarnos y tener un despacho fijo en Madrid”.
Aunque puso en marcha su actividad en 2015, Soulmate no ha empezado a atender a los primeros clientes hasta hace siete meses. Actualmente tiene una cartera de 70 usuarios, que han ayudado a adaptar los servicios que ofrece esta empresa a sus necesidades. "Aún no tenemos beneficios, pero tampoco perdemos dinero y todo lo que facturamos lo reinvertimos en el negocio", explica Herrera.
El coste de buscar -y encontrar- pareja con esta ayuda, sin embargo, no está al alcance de todos los bolsillos. El precio inicial por acceder a estos servicios es de 1.000 euros. Con ésta matrícula el cliente tiene derecho a una serie de estudios de su conducta, de su forma de relacionarse y tests de personalidad. Tras este proceso Soulmate comienza a buscarle una pareja, utilizando el método de las agencias matrimoniales de toda la vida, pero con matices: “Nosotros participamos en el primer encuentro, para evitar que la posible pareja se sienta incómoda; es como un encuentro de amigos y si el encuentro funciona también hacemos un seguimiento, nuestro trabajo no se acaba una vez se forma la pareja para que sigamos dando asesoramiento”, explica la fundadora.
En función de la necesidad de cada cliente también se puede acceder a servicios más personalizados -con un coste de 5.000, 9.000 o 14.000 euros (IVA aparte)- que, según Herrera, combinan diferentes terapias conductuales y de conocimiento personal y multiplican las opciones de encontrar pareja estable.
Este negocio, que quiere aglutinar a los detractores de las aplicaciones y las redes sociales, dedicó su actividad durante 2016 a diseñar una cartera de clientes y se ha marcado 2017 como el año de la consolidación. La empresa puso en marcha con una inversión inicial inferior a 100.000 euros y ya tiene dos despachos en Londres, pero ahora quiere centrarse en España: "Empezamos a tener algunos clientes de otras ciudades españolas", explica Herrera. El reto pasa por fijar una consulta en Madrid y seguir desarrollando la actividad también fuera.
La era de la inmediatez, la tecnología y las redes sociales ha ido tan allá que ha dejado a un sector de clientes apartados del negocio del amor y las relaciones sentimentales. Soulmate ha venido a rescatarlos.