INDUSTRIA

La carpintería catalana que crea prototipos de trenes en Rusia y Ecuador

Puigdellívol fabrica réplicas a escala real que se utilizan como modelo para construir convoyes

La carpintería catalana que crea prototipos de trenes en Rusia y Ecuador
Albert Cadanet
11/11/2018
3 min

En medio del distrito financiero de Quito se encuentra el parque de la Carolina, uno de los espacios más concurridos de la capital ecuatoriana. Desde diciembre del año pasado el ayuntamiento decidió exponer una réplica del metro de la ciudad para que los habitantes conozcan más de cerca la nueva infraestructura. La línea subterránea está todavía en construcción, pero los curiosos que han pasado por el parque de la Carolina ya saben qué aspecto tendrá el nuevo convoy que les facilitará los desplazamientos. Pero lo que la mayoría no saben es que esta réplica a escala real tiene sello catalán, concretamente de Sant Fruitós de Bages.

La empresa encargada de construir este prototipo es Puigdellívol, una carpintería que ha encontrado en la fabricación de este tipo de vehículos una pata importante para su negocio. Todo empezó a través de un acuerdo que firmaron con una empresa de servicios técnicos llamada IDP, con sede en Sabadell. "Ellos tienen la red comercial y nosotros producimos sus maquetas", que después sirven como modelo para hacer cada proyecto realidad, explica Fermí Garriga Puigdellívol, gerente de la empresa. El procedimiento para construir las maquetas a escala real es sencillo de explicar, pero el proceso tarda alrededor de tres meses: la empresa recibe la documentación, traslada los planos a un software para diseños en 3D y comienza el montaje. La empresa trabaja a partir de una base metálica, además de utilizar el vidrio para las ventanas. El resto, todo madera. A partir de aquí se concierta una visita con el cliente final para que vea el producto y decida si quiere realizar alguna modificación. “Cuando entras en una maqueta también entras en el tren real”, dice Garriga. “Lo tienes absolutamente todo: los mismos colores, el tipo de luz, los asientos; a veces superan la realidad”, añade el empresario.

A partir de la alianza con IPD, la carpintería anunció recientemente la construcción de un prototipo del tren que recorrerá las rutas de alta circulación de Rusia y los Urales. Aparte, ya está trabajando en nuevos proyectos que todavía deben hacerse públicos. El coste de cada encargo es de 200.000 euros, una cantidad que puede variar en función de las dimensiones de cada vehículo. Sin embargo, al final muchos clientes deciden comprar los prototipos. "Lo que hacemos son auténticas piezas de museo", opina Garriga.

La historia de Puigdellívol nace como cualquiera carpintería de pueblo. En su caso, en 1736, cuando uno de los antepasados ​​de Fermí Garriga decidió montar su propio taller artesano en Sant Mateu de Bages. El primer cambio importante para el negocio lo llevó a cabo el abuelo de Garriga, quien trasladó la carpintería a Manresa, un espacio que el actual gerente todavía tiene presente. "Tengo el recuerdo de un limpio que ve una carpintería de toda la vida, con máquinas antiguas y la imagen del ebanista típico de aquellos tiempos", explica Garriga. Fue su padre quien, años más tarde, estableció el taller definitivamente en Sant Fruitós de Bages, desde donde Puigdellívol se ha ido reinventando para afrontar los nuevos tiempos.

Aparte del negocio relacionado con la fabricación de prototipos, la compañía todavía se dedica a la actividad tradicional, confeccionar mobiliario para particulares. Pero Puigdellívol también recibe pedidos para hacerse cargo de obras de gran calado, como la restauración de la Casa Vicens de Gaudí o las reformas en el Hospital de Barcelona. La cuarta línea de negocio es la de las exposiciones, ya sea para diseñar los paneles informativos o maquetas de diferentes obras. Entre las más destacadas se encuentra la exposición Faraones, en el CaixaForum de Barcelona, ​​o la que repasa la trayectoria del cineasta Stanley Kubrick en el CCCB.

“También nos sentimos cómodos saliendo de la zona de confort”, responde Garriga. La apertura hacia nuevos mercados y la adaptación a las nuevas exigencias del mercado han permitido que la carpintería superara su récord de facturación en el 2017, situado en torno a los 4,6 millones de euros.

Fermí Garriga forma parte de la séptima generación al frente de Puigdellívol y está convencido de que la historia del negocio va a continuar. “Confiamos en que la octava siga; si no, estamos igualmente convencidos de que se seguirá sintiendo el nombre de nuestra carpintería”, dice, ya sea en Rusia o Cataluña.

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