Gráficas Molero, la no explicada supervivencia del papel
La emblemática papelería de los hermanos Urbez da servicio integral a oficinas y profesionales desde 1884
BarcelonaEn tiempo de dogma digital, de concepciones apocalípticas sobre el fin de todo lo que haga fero de analógico, incluso de demonización sistemática de cualquier tufo de espíritu boomer, va muy bien visitar Gràfiques Molero, en la Ronda de Sant Pere, 44. Su maquinaria es casi al 100% digital –¡y qué maquinaria!– pero lo elocuente y útil que son escuchar las consideraciones y reflexiones de los hermanos Carlos y Olga Urbez.
La lógica nos impulsa a pensar que el papel está muerto, ¿no? Que todo rastro de material impreso es una antigualla, una rémora, un empeño en quedarse anclado en el pasado. Pues nada más lejos de la realidad. Gráficas Molero es dos cosas: una imprenta y una papelería. La segunda es la puerta de entrada a la primera y la primera es sin duda el punto fuerte del negocio. Ofrecen servicios diversos a todo tipo de profesionales: carteles, facturas, recetas, talonarios, calendarios, libros, libretas, dípticos, tarjetas, revistas, folletos de todo tipo. Todo ello personalizado y con la posibilidad de ofrecer también el diseño gráfico del encargo. Un miembro del equipo es el encargado de trabajar y realizar la propuesta.
Por un lado, los típicos libros recopilatorios para celebrar una efeméride familiar: el 80 aniversario de la abuela, por ejemplo. Y así poder hacer tangible todo un universo de recuerdos y escritos inyectados de cariño. Pero, además de particulares, la tipología de la clientela es muy extensa: sindicatos, agencias de viajes, restaurantes, fábricas y muchos colectivos profesionales, como médicos, abogados, contables, asesores fiscales, administradores de fincas, etcétera.
¿Qué encarga un médico? El talonario de recetas. ¿Y un abogado? Las cartas, sobres, tarjetas de visita, papeles para la minuta. "Ya hace tiempo que nos estamos encontrando un patrón que se repite mucho", explica Carles. ¿Y cuál es ese patrón? Pues que muchos profesionales necesitan poder disponer de un rastro físico y tangible de su trabajo, un papel que dé fe de su intervención, de una presentación, de un briefing, de una acción comercial, etcétera. "Todos recibimos cada día una cantidad de mails y de información online tan grande que podemos acabar saturados y no hacer caso de lo que, quizás, deberíamos hacer. Y tener una materialización en papel ayuda a mucha gente a poder incidir mejor en su intencionalidad comunicativa", explican los Urbez.
Otro ejemplo: las escuelas y academias privadas de todo tipo, dicen mientras me enseñan un folleto de la escuela de teatro Eòlia. Antes, con la impresión tipográfica y el offset había que realizar tiradas muy grandes para que les saliera a cuenta tanto al cliente como a ellos. Hoy, con la tecnología digital funcionando a todo trapo, se pueden realizar pedidos limitados a las unidades que se deseen. Por ejemplo, un cliente de maquinaria especializada les ha encargado recientemente 25 folletos –cinco en cada idioma– porque realizará cinco reuniones diferentes y no necesita más.
El equipamiento digital permite más posibilidades y, sobre todo, más rapidez. Poder satisfacer pedidos de un día para otro o, en su caso, incluso para el mismo día. Quedan lejos los tiempos del padre de Carlos y Olga, Josep Urbez, que se quedó el negocio en 1978 después de empezar como aprendiz en 1951. Ramon Molero lo había fundado en 1884 en la calle Almogàvers –sólo como taller-imprenta– y en algún momento entre los años veinte. Con la compra del negocio por parte de Josep Urbez, sus dos hijos entraron a participar. Olga de forma inmediata y Carlos después de formarse en artes gráficas para hacerse cargo de la imprenta.
Con pleno conocimiento de causa, Carles Urbez destaca lo importante que ha sido estar siempre al caso de las evoluciones tecnológicas, ponerse al día, para poder ofrecer siempre servicio de calidad y rapidez. En el apartado de papelería, ofrecen todo el típico muestrario de este ámbito –incluidas posibilidades casi en desuso como los libros de contabilidad y el papel carbón– y también un punto fuerte es la venta online para poder garantizar el suministro integral de todo lo que pueda necesitar una oficina: desde todo tipo de papelería, material de escritura, cartuchos de impreso papeleras, escaleras, botellas de agua y material de limpieza. "Imagina que un cliente tiene la sede de la oficina en un polígono industrial y necesita una actuación integral que se lo proporcione absolutamente todo. Pues para eso estamos nosotros también".
¿Y el barrio? "Está muy cambiado, el turista entra, pero no compra". Hasta hace unos años tenían una legión de clientes cerca, pero el éxodo ha sido incesante. Se han marchado muchas empresas, despachos y locales comerciales. "Aquí al lado, en el 42, están edificando pisos turísticos. Ahora solo abren brunchs, desayunos y restaurantes. Y éstos no nos necesitan casi para nada", lamenta Urbez.