Iberdrola y Endesa, la cara y la cruz de los resultados de las energéticas
Las grandes compañías del sector siguen anotando ganancias históricas y amplían el peso en renovables a marchas forzadas
MADRID2023 no ha sido, en general, un año malo para las cuatro grandes energéticas del Ibex-35. Dos de ellas, Naturgy e Iberdrola, sortearon el descenso de los precios de la energía y se anotaron unas ganancias históricas (1.986 y 4.803 millones de euros respectivamente), mientras que en Repsol los beneficios de 2023 han sido los segundos mejores de la historia (3.168 millones de euros), por detrás de los de 2022; sólo Endesa pincha con un beneficio de 742 millones de euros, su segundo peor resultado desde que se reestructuró en 2014, cuando el negocio de la compañía en América Latina empezó a computar en la matriz italiana Enel.
En conjunto, las cuatro han ganado 9.961 millones de euros, es decir, un 22% menos que en 2022. Es un resultado ligeramente superior en comparación con el que anotaron en 2021. Hay que tener en cuenta que 2022 Endesa, Naturgy, Iberdrola y Repsol registraron un beneficio conjunto de más de 12.700 millones de euros, una cifra nunca alcanzada y consecuencia de la escalada de los precios energéticos por la guerra en Ucrania. La caída del 2023 se explica sobre todo por el retroceso de Endesa: si se excluye la energética que preside José Bogas puede afirmarse que Naturgy, Iberdrola y Repsol lograron neutralizar el descenso de los precios de la electricidad el gas natural y el crudo. Sin embargo, siguieron poniendo el grito en el cielo, sobre todo las dos últimas, en cuanto al impuesto extraordinario del gobierno español sobre el sector. "No tiene ningún sentido", exclamó el presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, durante la presentación de resultados.
Endesa y los extraordinarios
En el caso de Endesa existen algunas explicaciones para sus flojos resultados: un laudo favorable a Qatar por un contrato de suministro de gas natural licuado; el impacto del impuesto extraordinario del gobierno español y unas provisiones destinadas a la digitalización. Se trata de unos extraordinarios que sumados a la caída de los precios energéticos, en particular del gas natural, donde descansa buena parte de su negocio, han pasado factura a la segunda eléctrica más grande del Estado. Se añade también una menor demanda de las centrales de ciclo combinado (utilizan gas) para producir electricidad fruto del papel que desempeñaron las renovables a la hora de cubrir la demanda, así como una caída del consumo por parte de los clientes industriales y residenciales en un año marcado por las cálidas temperaturas.
Pero el escenario que vivió Endesa en el 2023 no es ajeno al resto de energéticas, sobre todo para la mayor, Iberdrola, y la tercera eléctrica y primera gasista de España, Naturgy. Esta última también lamentó durante su presentación de resultados "el descenso del precio del gas en los mercados internacionales", así como el descenso del consumo de este combustible fósil en Europa "a niveles de hace diez años", en plena resaca de la Gran Recesión.
Una de las grandes diferencias es que Naturgy o Iberdrola, pero también Repsol, han podido apoyarse en el negocio fuera de España (Endesa tiene un negocio mucho más reducido, ya que sólo opera en España y en Portugal). De hecho, siguen ampliando la apuesta por países como Estados Unidos o Australia, donde las dos primeras mantienen las inversiones superando incluso el peso que tienen en España. La diversidad de mercados y su impacto, por ejemplo en los tipos de cambio de moneda, suponen un balón de oxígeno para ellos.
Más inversiones en renovables
La pregunta es ahora si estos resultados extraordinarios son un techo, sobre todo teniendo en cuenta que en los mercados de futuros de la energía no muestra síntomas de escalada de los precios. En cualquier caso, las compañías saben que la continuidad de su negocio pasa por las renovables. Así, más allá de las ganancias, las inversiones de todas ellas se disparan en cuanto a proyectos vinculados a la transición energética.
Endesa, por ejemplo, ya anunció que quería abandonar todo el negocio de gas antes del 2040 y que la electricidad que venda sea 100% renovable. Entre España y Portugal, los activos en gas natural que posee la energética suman 3.824 MW en ciclos combinados. Naturgy se ha centrado en los gases renovables, sobre todo en el Estado donde gestiona unos setenta proyectos vinculados al biometano y al hidrógeno. Repsol, que sigue apostando por el negocio de exploración y producción de petróleo, ha detallado un plan estratégico hasta 2027 en el que plantea una inversión de entre 16.000 y 19.000 millones en energías de bajas emisiones y se compromete a triplicar el peso en renovables, hasta alcanzar los 10 GW (actualmente cuenta con 2,8 GW). Iberdrola presentará este mes de marzo una actualización de su plan estratégico, pero lleva tiempo caminando hacia un incremento de la capacidad instalada de renovables terrestres, así como por proyectos de eólica marina y la ampliación del negocio en redes eléctricas.