Laboral

El Gobierno valenciano subvencionará la semana de cuatro días a las empresas

El ejecutivo que preside Ximo Puig dará más de 9.000 euros por cada empleado que acorte su jornada laboral

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Un trabajador en una imagen de archivo

Valencia"La cuestión no es por qué proponemos reducir la jornada laboral, sino por qué estamos trabajando tanto". Con esta reflexión resume el secretario autonómico de Ocupación, Enric Nomdedéu, la filosofía del programa de ayudas que ha puesto en marcha el Gobierno valenciano para incentivar a las empresas a acortar la jornada laboral de 40 horas semanales a 32.

El plan, que el ejecutivo que preside Ximo Puig prevé aprobar a finales de junio con un presupuesto de 1,5 millones de euros, ofrecerá a las compañías más de 9.000 euros por cada empleado que se sume a la iniciativa. Tendrán que cerrar, eso sí, un acuerdo previo con los sindicatos y un plan de mejora de la productividad, para el cual las empresas contarán con el asesoramiento de la administración. Además, las compañías podrán elegir si rebajan la jornada a cuatro días o la mantienen en cinco, trabajando menos horas cada jornada. Si todos estos requisitos se cumplen, recibirán por cada trabajador 5.492 euros el primer año, 2.746 el segundo y 1.373 el tercero.

El pilar sobre el que se levanta la iniciativa de la conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo es la convicción de que una mejor organización del trabajo puede incrementar la productividad y, por lo tanto, permitir reducir los horarios sin recortar los salarios. "En el Estado español trabajamos más de 100 horas más al año que la media europea y, en cambio, somos menos productivos", resume Nomdedéu. "No es cierta la ecuación que cuanto más horas de trabajo, más productividad; hay algo que falla", añade.

La reducción de la jornada laboral es un proyecto que el político de Castellón de la Plana persigue desde 2018. "La primera vez que formulé la propuesta fue en un foro de economía de Alzira (Ribera Alta). Entonces, todos me consideraron un loco, pero ahora es diferente". En esta receptividad más amplia el también director general del servicio valenciano de ocupación, bautizado como Labora, cree que ha jugado un papel clave la pandemia, que "ha cambiado muchas cosas que antes parecían imposibles de modificar".

Para que la fórmula funcione, el dirigente de Més –formación que integra la coalición Compromís– defiende que hay que optar por la promoción y evitar imponer una reforma a las empresas. Para defender esta opción aduce "la diversidad de la economía" y recuerda que el 85% de las compañías valencianas son pequeñas o medias. "Hay sectores donde la propuesta será viable y otros en los que no", admite. También cita la experiencia del caso francés, donde se redujo la jornada laboral a 35 horas semanales, pero donde, según el político valenciano, "no acabó de funcionar porque la legislación preveía demasiadas excepciones y se hacían demasiadas horas extras". Más alentadores son ejemplos como el de la siderurgia alemana, que "ha hecho una reducción a 28 horas semanales sin rebajar el salario".

El secretario autonómico de Ocupación del Gobierno valenciano, Enric Nomdedéu, durante la presentación del plan de ayudas para fomentar la semana laboral de 32 horas.

Sobre las ventajas de la reducción horaria, Nomdedéu cita la disminución de la contaminación por la reducción de los desplazamientos y del uso de la energía si las empresas abren cuatro días y no cinco. También destaca beneficios como la "mejora de la calidad de vida de los trabajadores" y recuerda como, según la Organización Mundial de la Salud, "el 4% de las muertes en el mundo son fruto del exceso de trabajo".

Para la portavoz de la Intersindical Valenciana, Beatriu Cardona, el plan va en la buena dirección. En este sentido, defiende que reducir la jornada laboral es "fundamental para repartir el trabajo, racionalizar los horarios, reducir la brecha de género y fomentar la corresponsabilidad". Aun así, alerta que la rebaja a 32 horas no puede suponer una "condensación del trabajo que genere más estrés, sino un reparto".

No es tan favorable el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, que, "a pesar de no oponerse a una mayor flexibilidad", defiende que una jornada laboral de 32 horas semanales sin reducción de salario "supondría aumentar el coste por hora trabajada en un 20%". Así pues, alerta que el incremento podría generar "una amplia destrucción de ocupación". El dirigente de la CEV añade que en estos momentos en el País Valenciano "son más necesarias ayudas como fomentar la ocupación juvenil".

Interés de la Generalitat de Catalunya y del Gobierno español

Donde sí que ha despertado interés la iniciativa es entre los gobiernos catalán y español. De hecho, ahora hace dos semanas dirigentes del Servicio de Ocupación de Catalunya se reunieron con representantes del ejecutivo de PSPV, Compromís y Unidas Podemos para conocer detalles del plan y ya estudian cómo reproducirlo. El ministerio de Industria, Comercio y Turismo también pelea esta idea y podría incluir medidas como la valenciana en el plan para mejorar la productividad que está preparando.

Cumbre Internacional

Precisamente, para debatir las ventajas de la reducción horaria, el 27 y 28 de mayo Valencia acogerá la Cumbre Internacional de la Semana de Cuatro Días, en la que participarán representantes de 30 países. Entre los asistentes destacan la economista y socióloga del Boston College Juliet Schor, el exportavoz de Economía del Partido Laborista John McDonnell, la experta en negociación colectiva del sindicato alemán IG Metal Sophie Jaenicke o el fundador de la empresa financiera Perpetual Guardian, Andrew Barnes, una de las primeras compañías en el mundo que implantó la semana laboral de cuatro días.

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