La crisis de la vivienda

Uno de cada cinco nuevos alquileres en Cataluña es de temporada

La firma de arrendamientos temporales crece un 38% en territorio catalán en un año, hasta los 5.970

BarcelonaEl crecimiento del alquiler de temporada es una realidad conocida: hace tiempo que los portales de anuncios van llenos. Y los inquilinos que se ven obligados a aceptarlos, por falta de oferta tradicional, proliferan ya por todos los barrios de ciudades como Barcelona. Pero el alcance de esta realidad ha sido hasta ahora una sospecha no acreditada: no existen datos oficiales. Todo el mundo ha visto el fantasma, pero nadie le ha fotografiado.

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Si bien este miércoles conocíamos la contención del precio de los alquileres en Cataluña post control de los alquileres, así como que el parque de alquiler de Barcelona –entendido como el número de contratos vigentes– se ha reducido por primera vez en la historia, ahora también podemos poner cifras oficiales en el avance del alquiler de temporada. Esta tipología, no regulada por la ley de vivienda de hace un año, se caracteriza por durar más de un mes –si no requeriría licencia turística– y menos de cinco años –el mínimo legal para un alquiler de residencia permanente.

Según ha podido saber el ARA, también a partir de los datos del Instituto Catalán del Suelo (Incasòl), el organismo autónomo de la Generalitat que recoge por ley las fianzas de los nuevos contratos de alquiler de viviendas, el alquiler de temporada representa ya el 22% de los nuevos contratos de alquiler que se firman en Cataluña. En concreto, en el tercer trimestre de este año, se firmaron 5.970 nuevos contratos de esta modalidad de alquiler –un 38% más que los firmados hace un año–, mientras que en total se van firmar 27.098.

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El hecho es que el alquiler de temporada ha crecido de manera importante en las cuatro demarcaciones catalanas, con un claro liderazgo de Barcelona, ​​que respecto al año anterior ha registrado un aumento del 38,9%, ligeramente por delante de la media catalana (38%) y de Tarragona (37,4%), y muy por encima de Girona, donde esta tipología de alquiler creció un 31,6%, y de Lleida, donde aumentó un 22,4%. También es en la demarcación de Barcelona donde en el tercer trimestre se firmaron más contratos de alquiler de temporada en proporción al total (23,3%), mientras que Lleida fue donde tuvieron menor impacto (9,6%).

El juego del gato y el ratón

Este mismo jueves el Ayuntamiento de Barcelona ha dado el primer paso para limitar esta modalidad, en una decisión que supone que las tres grandes administraciones con competencias en vivienda en Cataluña ya hayan intentado poner freno a esta tipología de contratos, que se dispararon especialmente el pasado año por la voluntad de algunos propietarios de eludir el control de precios de los alquileres. Primero fue el turno de la Generalitat, con un decreto ley que el Parlamento tumbó al cabo de unos mes –con la abstención del PSC–; y medio año después, del gobierno español, con un registro obligatorio, que verá la luz en enero.

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De por medio ha habido desavenencias políticas y giros de 360 ​​grados, como cuando Junts impidió que se tramitara la regulación de los alquileres de temporada en el Congreso de los Diputados, lo que desembocó en una concentración frente a su sede de Barcelona, ​​y después dio luz verde a una propuesta de ERC para regularlos. En el día siguiente, ha habido una ola de manifestaciones históricas en toda España convocadas para reclamar la bajada del precio de los alquileres, que en la capital catalana congregaron a más de 170.000 personas, según el Sindicato de Alquiladoras.

Un vacío de datos

Si nos guiamos por la cantidad de anuncios de alquiler de temporada que existen en los principales portales inmobiliarios, Barcelona sería la ciudad donde más avanza esta modalidad y, por tanto, donde más peso tienen los nuevos contratos sobre el total de alquileres. Sin embargo, consultada por este diario, la Generalitat asegura que no dispone todavía de estos datos.

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"Viendo el porcentaje de alquileres de temporada en los portales y los contratos que ha registrado Incasòl, hay que sospechar que el alquiler de temporada es superior al que dicen las fianzas, y esto puede ser porque hay una parte importante de las fianzas que no se están registrando. Tiene sentido por varios motivos, pero lo principal es que hay mucho fraude de ley", explica al ARA el codirector de el Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA), Jaime Palomera. "Amamos que Incasòl registra el 80% del total de los contratos tradicionales, pero con el alquiler de temporada no tenemos datos", añade este experto.

De hecho, este instituto publicó el pasado miércoles el informe Vivir de alquiler: una inseguridad garantizada por ley, en el que recogía nuevos datos sobre la crisis de la vivienda y la inseguridad que supone vivir de alquiler. Una de ellas es que en Barcelona en 2019 los contratos de alquiler de temporada suponían el 2,2% del total.

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