Automoción

La maldición de la reindustrialización de Nissan

La retirada de Great Wall Motor, la exclusión de una fábrica y la lentitud del concurso público retardan el plan

La fabrica de Nissan en la zona franca
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BarcelonaFinales de mayo de 2020. La población estaba confinada debido a la pandemia cuando Nissan anunciaba lo que todo el mundo se temía, pero nadie quería escuchar: el cierre de sus tres plantas en Catalunya. Tres meses más tarde concretaba cuándo lo haría: el 31 de diciembre de 2021. Casi un año y medio para empezar a tejer un plan de reindustrialización de las tres factorías y del que se encargarían el ministerio de Industria, la Generalitat, los sindicatos y la propia Nissan.

El plazo, según varias fuentes próximas a las negociaciones, parecía suficiente para buscar una solución. La realidad, sin embargo, es que se ha convertido en una carrera de obstáculos y justo dos años después del anuncio del cierre, las fábricas todavía esperan a los nuevos inquilinos, como los empleados que se han quedado sin trabajo esperan el anuncio de que ya tienen un nuevo puesto de trabajo.

Después de una lluvia inicial de empresas que mostraron su interés, algunas con más mesura que otros, a finales del septiembre pasado, tal como avanzaba el ARA, la china Great Wall Motor se situaba como la gran favorita. Quería a Barcelona para desembarcar en Europa, con un plan para fabricar 150.000 vehículos al año y el compromiso de absorber toda la plantilla de Nissan, que se quedaba en el paro. Pero solo un mes y medio más tarde, la misma multinacional se autodescartaba. El motivo que esgrimía era que quería duplicar la producción de 150.000 a 300.000 vehículos al año y la planta de la Zona Franca se quedaba pequeña a pesar de las millonarias ayudas que las administraciones le ponían sobre la mesa para que se instalara en Barcelona.

El no de la china obligaba a la mesa de reindustrialización a activar el plan B y trocear la planta de la Zona Franca para meter un hub de electromovilidad liderado por QEV Technologies y BTech, y un centro logístico. El mismo hub también se quedaba con la planta de Sant Andreu de la Barca, mientras que el fabricante de vehículos eléctricos, Silence, iba hacia la de Montcada i Reixac.

Cambio de planes

Pero solo un mes después, a mediados de enero, surgía un nuevo problema. Los propietarios de la planta de Sant Andreu de la Barca anunciaron que querían salir del proyecto de reindustrialización de Nissan y buscar por su cuenta a un nuevo inquilino para la planta. Este movimiento provocaba, de nuevo, otro cambio de piezas. La mesa lo resolvió decidiendo que el hub siguiera en la Zona Franca y ocupara también Montcada i Reixac. La decisión no gustó a Silence, que siempre había reclamado la fábrica vallesana. Finalmente, sin embargo, después de diversos tira y afloja se llegó a una nueva fumata blanca proponiendo a la empresa de vehículos eléctricos que también se instalara en la Zona Franca, junto con el hub y el centro logístico.

Cuadradas todas las piezas, en los dos últimos meses la mesa de negociación “ha estado en punto muerto” (la última reunión antes de este viernes se celebró el 14 de marzo), aseguran varias fuentes cercanas a las negociaciones. El motivo en este caso es que el consorcio de la Zona Franca, propietario del terrenos donde se tienen que ubicar los sustitutos de Nissan, quiere que se haga un concurso público de donde salga un único ganador que gestione el alquiler de los terrenos que ocuparán todos los nuevos inquilinos, más la parte que se queda de Nissan. Este ganador, según las fuentes, será alguna de las empresas logísticas interesadas entre las que están Goodman y JLL, y que tendrá que cumplir de pe a pa con los metros cuadrados que se tienen que destinar a industrialización (los que ocuparán el hub, Silence y la pequeña parte que mantiene Nissan) con las condiciones que se han pactado en la mesa y los que se ocuparán en logística. “Se está perdiendo mucho tiempo con la elaboración de las bases de este concurso”, aseguran las fuentes.

Tanto tiempo que uno de los inquilinos, Silence, ya tiró un ultimátum a principios de la semana pasada asegurando que o se desencallaba la situación o se marchaban de Catalunya. La empresa tiene prisa para empezar a fabricar los primeros vehículos eléctricos, que ahora están en fase de pruebas. De hecho, su intención era sacarlos al mercado en junio. 

Pero lo cierto es que en la reunión del viernes de la mesa tampoco se presentaron las bases definitivas del concurso, sino solo unas genéricas. "El compromiso fue que las definitivas estarán a punto en la próxima reunión prevista en dos semanas [viernes 20 de mayo]", explican fuentes cercanas a las negociaciones. Este nuevo atraso alarga todavía más todo el proceso, que en el mejor de los casos no se cerrará hasta finales de julio, puesto que se tendrá que esperar a resolver el concurso. Eso sí: para evitar que Silence se marche, Nissan propuso en la reunión alquilarle una parcela para que pueda empezar su actividad. De hecho, la compañía catalana se reunirá este martes con representantes de la mesa para cerrar el alquiler. El proceso de reindustrialización, pues, sigue maldecido.

Las cifras claves de la negociación

1.200

Son el número de extrabajadores de Nissan que se han quedado en el paro y esperan ser recolocados con el plan de reindustrialización

517.000

Son los metros cuadrados que deja Nissan en la Zona Franca y que dependen del consorcio que lleva el mismo nombre

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