Mercados

La nueva fiebre del oro: la fuerte demanda de los bancos centrales dispara el precio del metal precioso

Muchos países en conflicto, como China o Turquía, aumentan sus reservas frente a la situación geopolítica

4 min
Lingotes de oro.

BarcelonaLa fiebre del oro no se detiene. Esta semana el metal precioso ha batido su récord histórico de precios y se ha situado por encima de los 2.400 dólares la onza –llegó hasta los 2.415 este viernes, con una corrección posterior–, precios nunca vistos hasta ahora. Sólo en los últimos cinco años, el precio del oro en dólares se ha revalorizado más de un 80%, y en tan sólo en el último mes la revalorización ha sido de cerca de un 10%. ¿Cuáles son sus motivos?

El oro se entiende tradicionalmente como un buen termómetro de la estabilidad mundial, tanto en el ámbito financiero como en el geopolítico. Es lo que en economía se llama un valor refugio, porque en momentos de inestabilidad e incertidumbre –el enemigo por excelencia de la economía– logra mantener cierta estabilidad.

L’or, en màxims històrics
Evolució del preu dels futurs d’or en termes setmanals entre l’1 de gener del 2001 i el 12 d'abril del 2024. Preu per unça en dòlars nord-americans

Cabe decir que el contexto actual es inestable en estos dos ámbitos: a escala económica, con una inflación latente ya la espera de que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) rebajen los tipos de interés y, en términos geopolíticos , con un récord de conflictos y guerras comerciales de las últimas décadas. A todo ello se añade que 2024 es un año especialmente intenso en elecciones, con más de 70 países de todo el mundo llamados a las urnas, entre los que destacan las presidenciales en Estados Unidos.

"La inestabilidad geopolítica, con las tensiones en Israel y una situación en la que se está dividiendo toda la parte occidental, sumada a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el conflicto Rusia-Ucrania... Frente a 'este caldo de cultivo, los inversores acuden a un activo tranquilo, como el oro", explica Xavier Brun, profesor de finanzas en la UPF y gestor de fondos en Trea AM.

Los bancos centrales decantan la balanza

Sin embargo, los que realmente compran oro no son los inversores pequeños, sino los bancos centrales. De hecho, el oro es un importante componente de sus reservas gracias a sus características de seguridad, liquidez y rentabilidad: los tres objetivos clave de inversión de los bancos centrales. Según datos del World Gold Council, el organismo internacional que agrupa a las principales empresas del sector, los bancos centrales son importantes poseedores de este metal precioso y representan alrededor de una quinta parte de todo el oro que se ha extraído al largo de la historia.

La institución explica que la crisis financiera de 2008 "provocó un cambio fundamental en el comportamiento de los bancos centrales hacia el oro, alentando una reevaluación de su papel y relevancia en la gestión de los activos de reserva", puntualiza. Así, los bancos centrales de los mercados emergentes han aumentado su compra oficial de oro, mientras que los bancos europeos han dejado de venderlos, y el sector representa ahora una importante fuente de demanda anual de oro.

El banco central de China es quien actualmente está emitiendo una demanda más potente de oro, y, según datos del World Gold Council, sólo el año pasado compró 225 toneladas. Es el país que más incrementó sus reservas. También Polonia y Singapur compraron con fuerza, pero fue Turquía el país que proporcionalmente aumentó más sus reservas de oro (+0,71%). Con todo, Brun recuerda que "China sólo tiene un 4% de sus reservas en oro –Estados Unidos concentra un 60%–, por lo que todavía hay mucho recorrido por crecer y todo apunta a que seguirá comprando", dice el profesor.

¿Pero por qué quieren oro los bancos centrales? Pues precisamente por sobrevivir a los conflictos geopolíticos. "Se han dado situaciones que han evidenciado la utilidad de tener oro en el banco central, como las limitaciones impuestas por Estados Unidos a Rusia en el acceso a las divisas", explica la catedrática en economía financiera y contabilidad y presidenta de la ACCID Montserrat Casanovas. "Tener oro te hace menos vulnerable, porque su valor no está ligado a las divisas", explica la catedrática. "Los bancos centrales buscan reducir su exposición al dólar y, por tanto, cambian oro por dólar", explica a su vez el profesor del EAE Business School y miembro de la comisión de economía financiera del Colegio de Economistas de Cataluña Alfons Fernández.

Inflación y tendencia

La situación de incertidumbre económica, con la fuerte inflación de los últimos años y la espera de una rebaja de tipos, también impulsa el precio del oro. "Tener oro te protege de la inflación, porque mantiene cierta estabilidad. Por tanto, cuanto más incertidumbre, más aumenta el precio del oro", apunta Casanovas. Si bien en un escenario en el que se empieza a corregir la inflación puede tener un efecto negativo en el precio del oro, la incertidumbre sobre los tipos de interés mantiene la situación. "Cuanto más tarde la Fed en decidirse a bajar tipos, más positivo será el recorrido para el oro", explica Fernández.

Así, todos los expertos consultados por el ARA coinciden en que la tendencia para este metal precioso seguirá siendo al alza. De hecho, las grandes casas de análisis, como Goldman Sachs o Citi Bank, apuntan a que el oro podría alcanzar los 3.000 dólares por onza en los próximos doce meses. "Mientras sigan los conflictos geopolíticos, que no parecen tener que terminar en el corto plazo, el precio del oro seguirá subiendo", asevera Casanovas.

"De todas las materias primas que hay, el oro es la que ha tenido un mejor comportamiento en los últimos diez años", asevera Brun. "Todas las demás materias primas, como el cobre, la plata, el cobalto... Todas tienen usos industriales, por lo que también se ven afectadas por los ciclos económicos que vive la industria, pero no es el caso del oro", apunta el experto.

stats