El histórico gigante catalán Puig se estrena en bolsa con un valor de casi 14.000 M€
La empresa catalana de perfumes da el salto a los mercados con un precio de 24,5 euros por acción
BarcelonaYa es oficial. El gigante de los perfumes Puig es la nueva gran cotizada catalana. La compañía familiar fundada en 1914 por Antonio Puig Castelló ha dado este viernes el toque de campana con el que se estrena en bolsa, y lo ha hecho en Barcelona, en el edificio de intercambio de valores del paseo de Gràcia. Y ese salto ha sido, como era previsible, tintado del color verde. Instantes después del repique el precio por acción ya ha superado el de salida, de 24,5 euros, con subidas cercanas al 4% e incluso ha llegado a repuntar un 8% en algún momento. Sin embargo, al final de esta primera jornada la cotización de la multinacional de las fragancias ha quedado plana.
Esta operación es un antes y un después para el grupo, que llega a los mercados con una capitalización superior a los 13.900 millones de euros, que la sitúa entre gigantes cotizados de origen catalán como Cellnex y el Banc Sabadell. Es la salida más importante a bolsa en Europa desde principios de año y en España desde la de Aena en 2015. También es el primer toque de campana para entrar en el mercado continuo que se celebra en la capital catalana desde 2007, cuando tuvo lugar el de la multinacional de piscinas Fluidra. Las credenciales de Puig la convierten en la candidata perfecta para entrar en el Ibex 35, donde no ha habido ningún cambio de sillas desde diciembre del 2022.
Una parte importante de esta nueva etapa es que la familia conservará el control de la compañía, porque se ha blindado que los Puig mantengan una participación mayoritaria. La importancia de esta estirpe para el pasado, el presente y el futuro del grupo ha sido muy repetida en el discurso de su presidente, Marc Puig, previo al estreno. El directivo le ha quitado a su hija Pilar la fábula que ella misma mencionó para hablar ante sus compañeros de graduación en una universidad de Ámsterdam. Un grupo de aves organizaba un concurso para ver quién volaba más alto y el águila imperial dejaba el resto atrás, hasta que un pequeño jilguero apareció escondido entre sus plumas y ganó la competición de un salto. "Si hemos llegado más alto es porque nos hemos apoyado sobre los hombros de unos gigantes", ha dicho Puig.
Estos "gigantes" eran el bisabuelo del presidente actual, un agricultor del Maresme que envió a su hijo a Inglaterra "porque era donde venía mejor las patatas", pero también su abuelo –que regresó del Reino Unido con contratos de distribución de cosméticos– y la generación de su padre y sus tíos, "que en un país autárquico apostaron por el diseño, buen gusto y modernidad". "Hemos recogido el testimonio de los antecesores y hemos hecho realidad sus palabras", recordó Puig. El discurso del directivo se ha hecho corto y mientras esperaba la cuenta atrás para tocar la campana, el ejecutivo ha tenido que improvisar un poco para hacer tiempo. En un tono más distendido bromeaba con la anécdota de un amigo pegado a observar las constantes subidas y bajas del precio de las acciones en bolsa, como quien mira hervir una olla: "Espero que nosotros no nos obsesionemos demasiado".
La intención del grupo es ser "una compañía cotizada que actuará como privada", consciente de su responsabilidad con los accionistas, "pero haciendo las cosas con las luces largas" para la siguiente generación. "Tenemos por delante un futuro prometedor", ha concluido el presidente de Puig. Programado en plena campaña electoral de las catalanas, en el acto de salida a bolsa no ha habido ninguna aparición de políticos de primera línea. Sí se han dejado ver otras personalidades del mundo empresarial nostrat como el presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre; el del Círculo de Economía, Jaume Guardiola, y la de Barcelona Global, Maite Barrera.
Fuerte demanda previa
El anuncio de la empresa de cosmética y fragancias hace unas semanas ya había sido bien recibido por los inversores antes de ese pistoletazo de salida. La fuerte demanda de fondos internacionales, así como la entrada de CriteriaCaixa –que se incorpora al capital de Puig con el 3,05%, con una inversión de 425 millones de euros–, ha permitido que la empresa de perfumes pueda exprimir al máximo el tenedor de precios. Con esta operación, se venderá en torno a un 22% de la compañía por unos 3.000 millones de euros. La colocación es una oferta pública de venta (OPV) de acciones existentes y una oferta pública de suscripción (OPS) de acciones nuevas. Además, los bancos colocadores cuentan con una opción de venta de títulos adicionales. Asimismo, las acciones que se venden son de clase B, con menos derechos que las de clase A, lo que permitirá a la familia Puig mantener el control casi total del voto en la compañía.
Puig entra en el mercado continuo por la puerta grande, situándose entre las veinte cotizadas más valiosas de la bolsa española. También con una nueva imagen de marca, ya que ha renovado su logotipo, basado en el trabajo original que el diseñador suizo Yves Zimmerman hizo para la compañía. En el 2023 la multinacional catalana –que mantuvo su sede tras el 1-O y remarcó la importancia de celebrar este paso tan importante en Barcelona– facturó más de 4.300 millones de euros y ganó 465, en los terceros resultados consecutivos de récord.