El regreso a las monedas, una cuestión de seguridad nacional en Suecia
El gobierno prepara una ley para mantener el dinero en metálico para compras básicas ante el miedo a sufrir ciberataques rusos
CopenhagueLos billetes y las monedas son casi algo del pasado en Suecia, donde en los últimos años el dinero en efectivo prácticamente ha desaparecido de los comercios y de los bolsillos de los suecos. Para pagar en un supermercado, un billete de transporte público, o en una cafetería, lo habitual es ver la indicación “kontantfritt” es decir, que sólo se pueden utilizar métodos digitales como las tarjetas de crédito o los móviles para realizar la compra.
La transición hacia una sociedad sin dinero en efectivo se ha producido de forma rápida en los últimos 10 años, gracias a un acceso generalizado al internet de alta velocidad, un alto grado de penetración en el uso de ordenadores y smartphones, y el crecimiento pionero de empresas de tecnología financiera como Swish (el equivalente al Bizum), que cuenta con 8,5 millones de usuarios en un país de 10,5 millones de habitantes. Una encuesta del Banco Central (Riksbank) revelaba en 2022 que sólo el 8% de los ciudadanos había realizado pagos en efectivo en el último mes, frente al 40% que en 2010 utilizaban las monedas y los billetes. Con estos datos, la ex vicegobernadora del Riksbank, Cecilia Skingsley, pronosticó la completa extinción del dinero en efectivo para el 2025.
Lo que no previeron desde el Banco Central es que en una sociedad altamente digitalizada, la desaparición del dinero en efectivo aumentara la preocupación por la ciberseguridad y el bloqueo de las tecnologías de pago, hasta el punto de que el retorno en el uso de las monedas y billetes se ha convertido en una cuestión de seguridad nacional. El inicio de la guerra en Ucrania y el giro de Suecia al ingresar como nuevo miembro de la OTAN han puesto en alerta al país ante posibles sabotajes hacia sus infraestructuras, también las digitales, por parte de Rusia. "El sistema de pago digitalizado tiene sus carencias, ya que se basa en tener suministro eléctrico y una conexión de banda ancha, pero si la electricidad desaparece, podemos tener problemas" explicaba Gustaf Forsberg, gestor de procesos de los servicios básicos en el condado de Västerbotten. Forsberg también alertaba: "Nuestra sociedad no está preparada para una crisis así".
Para remediarlo, desde la Agencia de Preparación para Emergencias se han actualizado las recomendaciones que todo ciudadano sueco debería seguir. En un folleto bajo el título “Si llega una crisis o una guerra” que se envía a todas las casas, la agencia gubernamental quiere que todos los hogares guarden al menos 2.900 coronas en efectivo (250 euros), que tengan cuentas en distintos bancos y tarjetas de crédito de distintos proveedores: “Si puedes pagar con distintos métodos, fortaleces tu preparación” dice el prospecto.
El gobierno está preparando una propuesta de ley que se presentará en diciembre para garantizar que en los comercios de bienes esenciales, como las tiendas en las que se puede comprar comida, gasolina, o medicamentos, se pueda pagar siempre en efectivo. A principios de este año se vivió una crisis que abrió los ojos a las autoridades cuando la empresa de servicios informáticos Tytoevry recibió múltiples ciberataques que dejaron varias tiendas y supermercados sin acceso a los pagos. El ataque afectó a varias instituciones públicas, incluido el Riksbank. “Fue un recordatorio de lo frágil que es el sistema de pago digital” dice Joeri Van Laere, profesor de tecnología de la información en la Universidad de Skövde. El profesor añade que "si grandes grupos de población no pueden acceder a la comida o al combustible, esto puede provocar una crisis de suministro que, a su vez, generaría problemas de seguridad".
Riesgo de exclusión digital
Más allá de esta preocupación, Banco Central y gobierno también reconocen que con la digitalización de pagos se está excluyendo al 10% de la población que no tiene acceso a la tecnología. Esto les ha hecho darse cuenta de que "hay una gran necesidad social para que el dinero en efectivo vuelva a funcionar, sobre todo para las personas en situación de exclusión digital, como personas de la tercera edad o con discapacidades" dice Johan Nilsson, director de marketing de la empresa Bankomat. En 2021 se aprobó una ley para que los seis grandes bancos de Suecia garantizaran que el 99% de la población tenga acceso a un cajero automático a menos de 25 kilómetros de casa. Sin embargo, actualmente Suecia, junto a Noruega, es el país de Europa con menos cajeros automáticos per cápita, con poco más de 2.000 cajeros repartidos por el país.
Desde el Riksbank, "las medidas para proteger el uso del dinero en efectivo se ven con buenos ojos" dice Ragnar Olofsson, asesor en el departamento de análisis de pagos e innovación de la entidad. Pero Olofsson también señala que desde el Banco Central se ha instado al gobierno a elaborar una legislación más ambiciosa, pidiendo "medidas adicionales para que los grandes bancos estén obligados a aceptar monedas y billetes de particulares y no sólo de comercios".