Cómo la IA me ayuda a estudiar y para qué más la utilizo
La inteligencia artificial generativa ya tiene utilidades prácticas para la vida real


BarcelonaHas probado ChatGPT: le has preguntado qué sabe de ti, si Cataluña será nunca independiente, si las máquinas acabarán dominando el mundo e incluso has generado algunas imágenes. Y es entretenido, pero ya está, piensas. No te dedicas al marketing, no tienes una web para llenar de contenidos generados automáticamente ni tampoco eres un delincuente que planea una estafa masiva. Y te preguntas si la moda esta de la inteligencia artificial sirve de nada para la vida real. Pues sí, puede resultar útil. Tiene muchas posibilidades, muchas más de las que soy capaz de aprovechar, pero te contaré para qué la uso yo en mi día a día, en el que me ayuda.
Profesores particulares
Ha habido mucho alboroto sobre el uso de la IA generativa por parte de estudiantes con pocas ganas de hacer trabajos. Pero debo confesar que la primera vez que usé la IA con un objetivo práctico fue para estudiar, y también para realizar trabajos. Sin embargo, no por copiar, que conste. El año pasado hice un posgrado y ChatGPT me ayudó. ¿Cómo? Pues me hice un profesor particular para cada asignatura. Cada uno estaba entrenado con los apuntes y materiales complementarios de la asignatura, y tenía instrucciones para centrarse en los contenidos que había añadido yo. En un caso como este es importante darle un prompt –las instrucciones– cuidadoso, que indique qué debe hacer, qué rol debe asumir, y cómo debe hacerlo de la manera más clara posible.
Estos profesores particulares los hice con la opción de pago de ChatGPT, que permite crear GPT personalizados, entrenados para una actividad específica. Pero esto también puede hacerse sin pagar, manteniendo todas las conversaciones sobre un tema concreto en un mismo chat o en un proyecto. Me fueron útiles durante todo el posgrado, pero sobre todo para realizar el trabajo final. No porque me lo escribieran, sino para discutir con ellos los apartados que redactaba, enriquecerlos y encontrar puntos mejorables. Tuve debates bastante interesantes con la versión virtual del profesor de estrategia empresarial, y la de finanzas me ayudó a aclarar muchos conceptos ya repasar las cifras de mi proyecto.
Conversar en inglés
Este año he vuelto a estudiar inglés después de más de veinte años. Leo a menudo en inglés, pero la parte oral la tengo muy oxidada y necesitaba un repaso. Y en esto ChatGPT también me ayuda, sobre todo la aplicación del móvil. Tiene una opción de conversación por voz –que se activa con un botón situado abajo a la derecha– que permite hablar casi como si lo hicieras con una persona. Le pido repasar algún aspecto concreto, como el orden de los adjetivos, el uso de los tiempos verbales o los adverbios, y que me analice y me corrija la pronunciación. Y lo hacemos en una conversación que fluye de forma natural. Al ser una máquina, da menos vergüenza equivocarse hablando, pero conviene no despistarse: si practicas caminando por la calle con los auriculares puestos, a veces te sientes observado.
La opción de pago, además, permite acceder a GPT personalizados creados por otros usuarios que están entrenados específicamente para ayudarle con el inglés para niveles concretos.
Trabajar con documentos
No todo es ChatGPT. Aunque el chatbot de OpenAI es el más conocido, ahora existe mucha diversidad de herramientas de inteligencia artificial. Y para realizar un trabajo de investigación o un trabajo en el que tenga que consultar mucha documentación que ya tienes descargada de forma rápida, Notebook LM, que es de Google, es muy útil. Permite subir hasta 50 documentos distintos y conversar con estos archivos. Puede generar un podcast para ayudarte a retener sus elementos más esenciales y si le pides que busque algo en los documentos, responde de forma precisa diciéndote de dónde ha sacado cada detalle que cita. Esto facilita comprobar si se equivoca o no. Es la herramienta perfecta para comparar documentos entre sí o buscar todas las referencias posibles a un tema concreto.
Buscadores alternativos
Estamos acostumbrados a utilizar Google cuando buscamos en internet, pero cada vez hay más internautas que le sustituyen por alguno de los modelos de IA generativa. ChatGPT puede hacer esta función: si se pulsa la bola del mundo que hay en el cuadro de diálogo, responde las peticiones con los enlaces de donde ha sacado la información que cita. Atención, si no se pulsa seguramente contestará con información antigua y sin ofrecerte enlaces. Y, aunque cliques, si cita algún medio de comunicación lo hará de forma sesgada: priorizará la información de aquellos medios con los que ha firmado acuerdos. Ten siempre en cuenta que, como el propio Google, estas herramientas de IA tienen sesgos y están cargados con los prejuicios de sus creadores.
Pero si has probado esta opción de ChatGPT te invito a intentarlo también con Perplexity, que a mí me parece más útil. Es una herramienta mucho más enfocada para sustituir a un buscador y más precisa con las respuestas que ChatGPT, y por defecto ofrece los enlaces de donde extrae toda la información que cita.
Ideas para cocinar
La semana pasada le pedí a ChatGPT: "Tengo cinco huevos, dos patatas, una cebolla, ajo, aceite, pan, sal, pimienta y poco más por casa. ¿Qué podría cocinar que no sea una tortilla de patatas?" –las tortillas me salen bastante bien, aunque una amiga con mala fe siempre insiste en que las suyas son mejores–. Activé la opción de búsqueda, la de la bola del mundo, porque quería comprobar qué fuentes utilizaba y me ofreció tres opciones: patatas gratinadas, huevos en el nido y sopa de ajo. Sacó la información de nueve webs diferentes –incluido el Comemos del ARA– y me detalló los pasos para hacer cada receta y los ingredientes que necesitarían. Luego le pregunté qué tardaría en hacer cada uno de los platos y, a partir de la información de ocho portales diferentes, me detalló el tiempo de preparación, el tiempo de cocción y el tiempo total necesario para cada una de las recetas. La más rápida era la sopa de ajo (30-35 minutos).
Planificar rutas
Con dos amigos, Lluís y Oriol, hemos establecido una tradición anual: una ruta en moto de tres o cuatro días en verano. Sí, cumplimos el tópico de hombres en la crisis de los cuarenta en moto, pero lo pasamos bien y viajamos sin prisas, somos motoristas tranquilos. El año pasado la hicimos por el Pirineo, de camping en camping con las alforjas y la tienda de acampada. Este año Oriol proponía hacer la llamada Ruta del Silencio, entre las comarcas del Maestrat y Andorra - Serra d'Arcs. En verano hará calor, pero el paisaje será espectacular. Pues tanto Oriol como yo hemos estado probando ChatGPT para planificar la ruta y hemos comprobado que ofrece bastantes ideas, también de actividades alternativas para hacer por el camino y lugares donde parar a desayunar ya comer –la comida siempre es una parte importante de cualquiera viaje–. El chatbot todavía es poco fino con los kilometrajes y es necesario revisarlos, pero es una buena ayuda para preparar una ruta como esta.