Mascotas

Ocho cosas que podemos aprender de los gatos

Aunque siguen siendo unos seres bastante desconocidos para los humanos en cuanto a su comportamiento, lo cierto es que de su manera de hacer podemos extraer algunos aprendizajes que pueden ser muy útiles en nuestro día a día

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Un gato en una imagen de recurso.

BarcelonaLos que tiene gatos en casa seguramente se habrá sorprendido en más de una ocasión preguntándose qué pasa por su cabeza mientras están allí sentados, inmóviles, a veces indolentes, pero sabedores de todo lo que sucede a su alrededor. Los clasificamos como animales de compañía y domésticos, aunque sería más acertado referirnos a ellos como domesticados parcialmente, por la singular relación que tienen con los humanos y que es muy distinta a la que establecen los perros, por ejemplo.

La editorial GeoPlaneta acaba de publicar el libro El lenguaje secreto de los gatos, de la etóloga Sarah Brown, que lleva más de 30 años estudiando el comportamiento de los gatos domésticos, y en la que se pregunta hasta qué punto se pueden domesticar a los gatos. Reconoce que la capacidad de ser domesticados la tienen y que, en general, parecen satisfechos de comer lo que les damos. También se han adaptado a vivir en grupo, aunque por lo general sólo cuando lo necesitan o les supone una ventaja. Sin embargo, dice, la lista termina aquí. "Que los gatos consideren a los humanos como sus líderes es algo muy cuestionable", asegura. Según Brown, el gato doméstico moderno tiene una predisposición genética a ser amigable con los humanos, pero no se vuelven amistosos por arte de magia desde que nacen sino que deben tener el primer contacto con humanos desde pequeños —entre las dos y las siete semanas de edad— por ser tolerantes y amigables con nosotros cuando sean adultos. Como explica la etóloga en su libro, en lugar de cambiar por completo y convertirse en una especie social, ha conservado la capacidad de vivir una vida solitaria o una vida social según las circunstancias.

Ricard Adan, veterinario y etólogo clínico del COVB, precisa que, aunque los gatos han evolucionado con el tiempo, "tradicionalmente hablamos de animales territoriales e individualistas, capaces de formar colonias como colectivo, pero no de hacer manadas, como hacen otras especies". "Pueden compartir espacio y recursos, pero raramente comparten la vida", aunque puedan establecer algunos vínculos entre ellos. Para ejemplificarlo, Adan apunta que "si bien las personas adoptamos perros, los gatos nos adoptan a nosotros", dejando claro que son ellos quienes fijan los términos de la relación.

En cualquier caso, son animales que nos fascinan, por algo, según datos de The European Pet Food Industry Federation (FEDIAF), la Unión Europea cuenta con una colonia de 127 millones de gatos de compañía y un 13% de los catalanes tienen un gato en casa. Qué nos gusta compartir la vida con ellos ya depende de cada casa (hay cierta coincidencia al decir que la convivencia con un gato aporta paz y seguridad), pero lo cierto es que tienen algunos rasgos de comportamiento que les hacen especiales, como la su independencia o su capacidad de observación, rasgos que podríamos aplicar en nuestro día a día. Porque lo que buscamos en este reportaje es tratar de averiguar todo lo que podríamos aprender del comportamiento de los gatos que nos ayude a mejorar nuestras vidas.

Laura Trillo Carmona, comunicadora felina y terapeuta de gatos en Terapia Felina, explica que el rasgo más característico de los gatos es que "son animales extremadamente sensibles, más de lo que la gente piensa, y por esta sensibilidad reaccionan a todos los estímulos y sensaciones que tienen de una forma que las personas a menudo no comprendemos. Son animales muy transparentes, el problema es que no conocemos suficientemente su lenguaje y su comportamiento". En la misma línea, Ricard Adan apunta que "tienen un comportamiento muy sincero; si quieren cariño te vendrán a buscar y, si no, se mantendrán lejos". "No son animales complacientes". Trillo recuerda que su comportamiento deriva en buena parte de su naturaleza de predadores y de sus necesidades como especie y como seres individuales, y lamenta que "a menudo son muy incomprendidos".

¿Cuáles son las ocho actitudes que podemos aprender de los gatos?

Perseverancia

Seguro que habéis oído muchas veces que los gatos siempre caen bien, o de pie, porque lo cierto es que por muchas veces que caigan, siempre encuentran la manera de levantarse y volver a intentarlo. Una buena lección de vida: aprender de los errores y continuar para conseguir el éxito. Aunque, si tenemos que ser honestos, esto de caer de pie tiene sobre todo que ver con sus condiciones físicas, ya que, como explica la terapeuta y comunicadora felina, "como cazadores de animales pequeños y rápidos, deben ser ágiles para poder saltar, correr, subir a los árboles...". "Tienen que poder girar al aire para caer de pie. Todo está pensado para su principal actividad". En todo caso, el veterinario y etólogo Ricard Adan asegura que "cuando un gato quiere algo, no para hasta que lo consigue, al igual que si no quieren hacer alguna no conseguirás que lo hagan. No se les puede convencer como a un perro".

Paciencia

Los gatos nos enseñan que la espera es la antesala necesaria para conseguir una recompensa y su fama de pacientes tiene que ver, sobre todo, con su condición de cazadores. Como explica Laura Trillo, "el gato es un depredador y gran parte de su actividad cuando vive en libertad está centrada en la caza. Esto comporta pasar mucho tiempo observando, escuchando, sintiendo, olfateando, rodeado de estímulos naturales".

Transparencia

Laura Trillo remarca que otra de las cosas que deberíamos aprender de ellos "es su capacidad de no juzgar y su transparencia a la hora de ser y comunicarse". "Se habla de que son pacientes y perseverantes, unos rasgos que van asociados a su condición de cazadores, pero lo importante es que son tal como los voces, nunca esconden nada aunque pueda parecer que son muy misteriosos". Ricard Adan recuerda que los gatos son animales muy territoriales, "para ellos es más importante el espacio que las personas", por tanto, la hipocresía no entra dentro de sus esquemas mentales.

Astucia e inteligencia

Esta inteligencia va ligada de nuevo a la necesidad de supervivencia, tanto para evitar ser cazado como, sobre todo, para poder cazar alimento para sobrevivir. Y, en este marco, también debemos hablar de la fuga como señal de inteligencia, ya que los gatos no dudan en alejarse de un conflicto si ven que llevan las de perder.

Curiosidad y ganas de juego

Los gatos siempre están dispuestos a estudiar cualquier nuevo objeto que llegue a casa oa adentrarse en madrigueras y agujeros para descubrir qué se esconde. Como hemos explicado, en estado de libertad, buena parte de su tiempo lo dedican a la caza, algo que los gatos domésticos no pueden hacer. Por eso, dice Laura Trillo, "es importante poner a su alcance diferentes estímulos visuales, olfativos o auditivos, de modo que pueda estar entretenido (que no estresado)". "Y eso podemos hacerlo a través de juguetes", dice Ricard Adan. También precisa que, por la domesticación, "hemos conseguido alargar la capacidad de juego a lo largo de toda la vida, porque, en realidad, el juego es el reflejo que hacen los cachorros de las acciones que van a realizar cuando sean adultos; son un aprendizaje" .

Independencia y libertad

Laura Trillo explica que los gatos son animales muy sensitivos e independientes. "No buscan ni necesitan agradar, por lo que difícilmente harán nada que no quieran hacer. El gato es feliz cuando es libre de ir y venir y de relacionarse o no. Pueden tener vínculos muy profundos con personas y con otros animales porque le aportan seguridad, y también los necesitan, pero son animales que se agobian si los fuerzas demasiado, porque tienen una tolerancia más baja en el control". Explica que son animales independientes, "pero esto no quiere decir que no necesiten relacionarse con los humanos o con otros gatos en caso de las colonias, por ejemplo".

Orden y rutinas

Los gatos necesitan orden, limpieza y rutinas para sentirse bien. Tienen muy bien ajustado su reloj interno y necesitan estabilidad en sus hábitos. Como explica Laura Trillo, "las rutinas les dan seguridad". "Aprenden todos los movimientos y horarios y nos acompañan en el día a día. Las rutinas les permite anticipar qué va a pasar, sobre todo en lo que se refiere a alimentación, y si fallamos, les genera ansiedad". El veterinario del COVB Ricard Adan añade que "los gatos son muy sensibles y se estresan fácilmente, por lo que las rutinas son muy necesarias, tanto con la gente como con el sitio. No preservarlas puede derivar en problemas físicos y de comportamiento".

Vida activa y capacidad de descanso

Cada vez que se incorporan, los felinos se estiran de forma particular, con movimientos elegantes que permiten poner su cuerpo listo para la caza. También rascan y rascan, en una conducta natural que les sirve tanto para afilar las uñas como para estirar todo su cuerpo. Alternan los ratos de movimiento con otros de descanso (siempre eligen ellos donde quieren dormir) y recuperación de energía para poder estar siempre al 100% para afrontar la actividad que deba realizar.

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