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Cuando coger el coche es un reto: "Mi trauma es poner la quinta"

El 30% de los conductores sufre ansiedad en el volante. ¿Por qué ocurre y cómo se puede superar?

Miedo a conducir
30/03/2025
6 min
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BarcelonaHace un par de meses que Núria fue a renovarse el carnet de conducir. Hacía diez años que había aprobado el examen ya principios de año le caducaba. Lo que la diferenciaba a ella del resto de usuarios que hacían cola para superar una prueba de reflejos es que lleva un tiempo incapaz de conducir un coche de verdad. "Me da vergüenza reconocerlo, pero imaginarme al volante me genera ansiedad. No entiendo por qué me cuesta tanto. ¡Es algo que sabe hacer todo el mundo!", confiesa.

La amaxofobia o miedo a conducir se caracteriza, como cualquier otra fobia, por un miedo irracional a enfrentarse al estímulo que causa la aversión, en cuyo caso coger el coche. Según la mayoría de estudios, el miedo a conducir afecta a alrededor del 30% de los conductores. De éstos, con datos de la Fundación CEA (Comisariado Europeo del Automóvil), un 55% son mujeres y un 45% hombres. Los datos aseguran que más del 50% conducen habitualmente, pero un 22,4% sólo lo hacen en determinadas ocasiones y un 21%, como Núria, no son capaces de coger el volante. "Se trata de una fobia más común de lo que pensamos. No es una de las más reconocidas porque mucha gente no lo dice. Tengo pacientes que incluso se inventan cosas como que no quieren contaminar", explica Sebastià Sánchez Marín, presidente de la Sección Psicología de la Movilidad y de la Seguridad del Colegio Oficial de Psicología. Según Sánchez Marín, diferenciar si se trata de un miedo o de una fobia es clave a la hora de abordar el conflicto.

¿Miedo o fobia?

"Es normal tener miedo a conducir si te quitaste el carnet hace muchos años, hiciste las prácticas mínimas para poder aprobar y no has vuelto a coger el coche desde entonces", explica el psicólogo, quien asegura que lo que necesita esta persona es hacer prácticas de coche para ganar seguridad. De hecho, la mayoría de autoescuelas ofrecen clases de reciclaje, lecciones dirigidas a las personas que ya tienen el carnet pero sienten que necesitan ponerse al día antes de conducir de forma independiente.

Éste sería el caso de Sandra, que hace quince años que dejó de conducir porque se fue a vivir al extranjero y como allí no necesitaba el coche fue perdiendo práctica. "Conducir me provocaba bastante estrés, también llevaba un coche sin dirección asistida y no era muy cómodo. Cuando volví me acostumbré a que condujera a mi pareja", recuerda. Últimamente explica que está intentando volver a conducir por zonas poco habitadas con el apoyo de algún familiar para ir ganando confianza. "Me sabe mal haber perdido una habilidad que te aporta independencia. Aunque me genera tensión, hay momentos en los que casi puedo decir que disfruto de la conducción".

El miedo o inseguridad de Sandra es el que los expertos definen como una emoción racional, como el que tendría una persona a la hora de entrar dentro de una jaula donde hay un león que no ha comido durante una semana. Sin embargo, una fobia irracional es cuando la persona tiene una respuesta muy exagerada ante un estímulo que no tiene un peligro evidente. Sánchez Marín lo ejemplifica con uno de los primeros casos que trató como psicólogo especializado en amaxofobia. Se trataba de un comercial de Girona que medía 100.000 kilómetros al año. "Subimos en uno de los coches con doble mando que utilizamos en la consulta y ¡conducía mejor que yo!", recuerda. Aquel paciente llevaba medio año sufriendo una crisis de ansiedad dentro de un túnel y, como lo había pasado muy mal, empezó a evitarlos. "Cuando entrábamos en un túnel empezaba a sudar, le temblaban las manos y sufría una tensión muscular muy fuerte. Y al salir, volvía a calmarse ya conducir fantásticamente bien", explica sobre el caso, que define como buen ejemplo de lo que sería una fobia, porque te inmoviliza o te huye de la situación. "Planificaba las rutas para sortear los túneles. Un viaje que podía durar una hora se alargaba a dos. Y así exponencialmente".

La circulación en espacios cerrados como los túneles, pasar por puentes, las incorporaciones a vías rápidas, conducir en autopistas o autovías o realizar un viaje largo son algunas de las situaciones que una persona que sufre un miedo persistente a conducir puede temer. Elisenda, que se sacó el carnet en el 2003 con veintidós años, explica que su bloqueo se produce con la velocidad. "Conducir, conduzco. Y lo hago muy tranquila hasta que tengo que pasar a quinta. Me genera mucha inseguridad y empiezo a tener la sensación de que el coche me puede controlar a mí en vez de yo el coche. Mi trauma es poner la quinta o la sexta", explica.

Origen incierto

Las causas que pueden provocar estos temores son muy variadas y con frecuencia el origen de las fobias no tiene una explicación racional. "No necesariamente has tenido que pasar por una experiencia real. De hecho, las personas que han sufrido un accidente en carretera son las más fáciles de tratar", dice Sánchez Marín. "Nuestro cerebro necesita un razonamiento que la tranquilice y le diga: «Estás sufriendo todo esto porque has tenido un accidente y lo has pasado muy mal. Es normal que ahora tengas miedo»", explica. Pero según el psicólogo, éste no suele ser el caso más ejemplar en la consulta. "Imagínate que en la empresa de una persona están despidiendo a gente. Y su jefe le dice una tarde que tiene que hablar con ella. Que ese día no tiene tiempo, pero que mañana quiere hablar a primera hora", expone Sánchez Marín. "Aquel trabajador se va a casa con angustia pensando que al día siguiente le dirán que le echan. No puede dejar de pensar en la hipoteca que no podrá pagar, qué dirá a la familia... Entonces, empieza a sufrir ansiedad y justamente está conduciendo y entra en un túnel". Según el psicólogo, el problema es que la mente acaba haciendo una asociación con un peligro que no es real: "El peligro está asociado a perder el trabajo, no a entrar en el túnel. Pero como has tenido ansiedad en un túnel y no quieres pasarlo mal, tu cuerpo te envía señales de alarma para que no entres".

Existen cuestionarios pensados ​​para analizar la intensidad del miedo a conducir y, de acuerdo con ello, qué tratamiento se necesita para superarlo. Empezar a tratar la amaxofobia desde el principio es más sencillo porque la fobia no tiene tanta fuerza. "La fobia va ganando terreno a medida que la persona va retrocediendo. Primero puede notar que cuando sale de Catalunya con el coche le coge algo que no sabe muy bien qué es. Y se empieza a restringir. Ya no va más allá de no sé qué comarca, después ya no sale de Barcelona. Y al final llega un momento que ya no sube al coche ni al barrio, ni al parking".

Pequeños objetivos

Según los expertos, en caso de que una persona se sienta incapaz de conducir, una buena idea es empezar poniéndose pequeñas metas. Por ejemplo, si sufre ansiedad cuando conduce a mucha velocidad, un buen inicio es buscar un pedazo de autopista en el que se pueda entrar y salir rápidamente. Una vez superado el trance, probarlo al día siguiente e ir haciendo tramos más largos paulatinamente. Ésta fue la técnica que utilizó Àgata Subirats, conocida como @mamayogabcn en las redes, que no se veía capaz de sacarse el carnet de conducir. "Tengo cuatro hijos, he sacado adelante dos negocios exitosos, pero nada más imaginarme conduciendo me entraba ansiedad. Era una creencia limitadora que siempre había tenido", explica.

El primer verano después de separarse fue consciente de que sacarse el carnet le facilitaría sus vacaciones familiares. "Hicemos cosas en tren y autobús, pero con cuatro niños, y dos muy pequeños, fue muy difícil". Según explica, le ayudó mucho un consejo que le dio su madre. "¿Verdad que quitarte la teórica no te da miedo?», me dijo. Y eso hice", recuerda. Subirats explica que se fueron estableciendo objetivos a corto plazo y poco a poco fue perdiendo el miedo. Hasta que hace un año se quitó el carné. "La primera vez que cogí el coche sola fue un momento muy importante de mi vida. Se me pone la piel de gallina solo pensar en cómo vencí ese obstáculo. Ahora soy capaz de llevar el coche con mucha más seguridad de lo que jamás habría esperado".

Según Sánchez Marín, un 85% de las personas que padecen amaxofobia logran perder el miedo. "El 15% restante no sabemos por qué motivo no responden adecuadamente al tratamiento, posiblemente porque a este trastorno se suman otros. Si hace poco que notas ansiedad al volante es más fácil que por ti mismo sepas cómo estructurar tu práctica y enfrentamiento. Si está muy avanzado necesitarás un refuerzo profesional, que un psicólogo esté a tu lado y te.

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