Cabaret Pop

La semana en tres vestidos (y dos máscaras)

El festival de Venecia nos deja propuestas de moda que nos transportan a la antigua normalidad, mientras Letizia ha reciclado un vestido de la reina Sofía

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El actor mexicano Hernán Mendoza y su acompañante a la 78a edición del Festical Internacional de Cine de Vencècia

BarcelonaLa 78 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia ha llegado esta semana a nuestras vidas para permitirnos soñar que después de este otoño, finalmente, quizás podremos volver a vivir como antes, aunque sea con la mascarilla puesta en algunos momentos. Mientras Europa corre para vacunar a los miedosos y temerarios que faltan como fórmula para reactivar la circulación interna, los brilli-brilli de los vestidos que han circulado por la alfombra roja de la Mostra nos han iluminado la mirada y a algunos incluso el alma.

Después de una larga temporada con una enorme escasez de alfombras rojas, ver la cara entera de las celebridades que han formado parte del festival ha sido un mensaje de esperanza. Porque, además de ver vestidos, también era ilusionante ver caras que hace demasiado que solo vemos en las pantallas y en las redes sociales. A pesar de esto, sin embargo, han triunfado justamente dos enmascarados. Y no de media cara sino de cara entera.

Fueron el actor mexicano Hernán Mendoza y su compañera, que hicieron acto de aparición a la première del film La caja vestidos de gala pero con dos máscaras típicas mexicanas. Con este golpe de efecto, quisieron aprovechar la enorme audiencia de este festival en todo el mundo para promocionar varias cosas. La primera, el film que coprotagonitza él; la segunda, su país de origen; y la tercera, a ellos mismos, poco famosos en aquella jungla de celebridades. Esta idea, acompañada del baile muy cogidos que protagonizaron ante las cámaras, les permitió existir para los fotógrafos. Por cierto, muchas ganas de ver su película, que habla de las maquiladoras, las fábricas mexicanas próximas a la frontera con los EE.UU. donde se explota a personas –sobre todo a mujeres– sin miramientos.

Hernán Mendoza y la suya novio a De

De las invitadas que enseñaron la cara destacaron de manera prominente dos mujeres que no formaban parte del ranking de favoritas. Fueron una alemana y una española, dos países que habitualmente caen de este tipo de competiciones, que suelen ganar actrices de Hollywood, francesas o italianas.

La alemana fue Leonie Hanne, una influencer hamburguesa de 31 años que ya lleva tiempos desafiando a las actrices que quieren acaparar los flashes de los festivales. En esta ocasión rivalizó con cisnes como Penélope Cruz, Jessica Chastain o Dakota Johnson... y ganó. Un vestido de una marca ucraniana llamada Milla –a la que le ha tocado la lotería...– inspirado en el de la Bella de La Bella y la Bestia ha sido la opción que ha hecho que esta estrella de las redes se haya consagrado como trendsetter más allá de su reino de 4 millones de seguidores en Instagram. Las capas y capas de tul de su icónico vestido de escote halter eran tantas que para colocarlo bien en la alfombra roja necesitó cuatro asistentes. Valió la pena la inversión.

Leonie Hanne en Venecia

La española triunfadora sí que es actriz. Es Marta Nieto, una murciana de 39 años que triunfó con mono negro de Alberta Ferretti, una firma italiana que siempre es una apuesta ganadora en las alfombras rojas. Las lentejuelas alargadas y de efecto brillante le daban una extravagancia dramática pero selecta a la actriz, que, por más ganadora que haya salido de los rankings de las más bien vestidas, habrá quien siempre pensará que habría podido hacer como los mexicanos y promocionar el talento creativo de su lugar de origen.

Marta Nieto vestid con un Alberta Ferretti

Y más allá del glamur, encontramos una apuesta estilística arriesgada protagonizada por la reina Letizia, que ha jugado fuerte sus cartas poniéndose un vestido de su suegra. La actual consorte española le ha revuelto el armario a la suegra para recuperar un vestido que la reina se puso hace 40 años para un viaje oficial a Roma, y se lo ha puesto para recibir al presidente de Chile, Sebastián Piñera, que quizás pensó que en España las cosas están tan mal que ya no hay dinero ni para ropa nueva.

Que la reina recicle ropa está muy bien porque quizás alguna fanática monárquica hará lo mismo, ni que sea por imitación. Pero claro, si para reciclar tienen que cambiar toda la pedrería cosida... Casi ensucia más reciclar que un vestido nuevo. Pero se entiende que para el caso valía la pena el esfuerzo de sacar todas las flores de plástico bordadas –que en el original eran malva y esta semana aparecieron plateadas– porque así, además de la medalla ecologista, también se ponía la de amiga de la suegra. No sé cuál de las dos me resulta menos creíble.

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