COP26

Se acumulan los malos presagios para la cumbre del clima de Glasgow

La ayuda prometida en 2009 para la transición ecológica a los países pobres a partir de 2020 no se logrará al menos hasta 2023

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Pluja torrencial y humo, imagen tomada en Lagos, Nigeria, el pasado 22 de octubre. La ciudad tiene unos elevadísimos nivel de emisiones de gases invernadero y sufre un clima extremo , circunstancia que se acentúa con el cambio climático

Aún no ha empezado la cumbre sobre el cambio climático de las Naciones Unidas, la COP26, que se abre el próximo domingo en Glasgow, y los malos presagios y las malas noticias se acumulan. Una de las promesas clave para frenar el calentamiento del planeta, la ayuda de 100.000 millones de dólares anuales desde 2020 para ayudar a los países más pobres a recortar las emisiones de gases invernadero y para hacer frente a las consecuencias del cambio climático, no se logrará como mínimo hasta 2023.

En 2009, los países más ricos prometieron esta cantidad anual para hacer frente al desafío natural, tecnológico y vital. El gobierno británico, que hace de anfitrión de la COP26, coorganizada también por Italia, ha publicado este lunes un plan según el cual el dinero comprometido hace más de una década se podrían recaudar antes de 2025. Pero, todo ello, parece más una declaración de buenas intenciones ante la inminencia de la cumbre que no, al menos de momento, una posibilidad real.

El presidente de la COP26, Alok Sharma, ha afirmado este lunes, durante la presentación del mencionado plan alternativo, que era "muy consciente de la importancia" del objetivo y la promesa, hecha por primera vez en 2009 y arreciada en 2015 en la cumbre de París. El último conjunto de cifras verificadas corresponde a 2019, cuando se movilizaron unos 80.000 millones de dólares. La promesa para 2020 "casi seguro que no se logrará", pero se espera que en 2021 se superen los 100.000 millones de dólares y hasta 2025 se compensen las carencias actuales.

La noticia ha coincidido con la publicación este lunes de un informe de la Organización Meteorológica Mundial que advierte de que los niveles de CO₂ en la atmósfera no paran de subir.

El 'premier', en guerra contra Coca-Cola

En medio de esta bajada de las expectativas de la cumbre, no resulta extraño que por primera vez el primer ministro británico, Boris Johnson, haya admitido también este lunes que los objetivos que se había marcado la reunión "penden de un hilo". Johnson ha confesado que estaba "muy preocupado" porque la COP26 no pueda sellar los acuerdos necesarios para hacer frente al cambio climático. "Esta cumbre será muy y muy dura", ha dicho durante un encuentro con adolescentes que le planteaban cuestiones sobre el cambio climático y la COP26 en su residencia oficial.

Johnson ha puesto a Australia como ejemplo de los compromisos que caben adoptar, dado que el país se ha planteado llegar al objetivo de cero emisiones en 2050. Pero el problema de estos hitos en el tiempo es que se pueden acabar aplazando, tal como ha pasado ahora con el compromiso financiero adquirido hace más de una década.

En el encuentro con escolares, Johnson también ha tenido ocasión de señalar a Coca-Cola como una de las doce empresas del mundo que más plástico producen. En su manera habitual de expresarse, entre populista y tarambana, Johnson ha soltado a los chicos: "En este momento hay cerca de doce empresas, doce grandes corporaciones, que producen la gran mayoría de plásticos en el mundo. Grandes compañías de bebidas famosas que debéis conocer, pero que no mencionaré. No sé por qué no, pero no las mencionaré. Coca-Cola, por ejemplo, y otras, que se encargan de producir enormes cantidades de plástico. Y nos tenemos que alejar y tenemos que encontrar otras formas de envasar y de vender nuestras cosas".

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