Bolsonaro tenía "pleno conocimiento" de un plan para matar a Lula: la policía acusa de golpe de estado al expresidente de Brasil
Hay 37 personas acusadas de estar implicadas en el intento de golpe de estado de enero del 2023, justo un año después del asalto al Capitolio de EEUU
BarcelonaLa policía federal de Brasil ha presentado cargos este jueves contra el expresidente Jair Bolsonaro, investigado por un presunto intento de golpe de estado que pretendía derrocar, e incluso asesinar, al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, que va ganar las elecciones del 2022. El informe policial final cierra casi dos años de especulaciones sobre el papel que tuvo Bolsonaro en la incitación de los disturbios de sus partidarios que asaltaron las sedes de los tres poderes federales, en la capital del país, Brasilia, en enero del 2023, una semana después de que Lula da Silva tomara posesión.
Además de acusarle de instigar el golpe de estado, la investigación policial concluye que Bolsonaro tenía "pleno conocimiento" del plan para asesinar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, al vicepresidente Geraldo Alckmin y al juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes, instructor de la causa. Este martes la policía federal ya detuvo a cinco personas por haber estado implicadas en este complot de asesinato. Entre los detenidos se encuentra el general retirado Mário Fernandes, exasesor muy cercano a Bolsonaro durante su mandato, entre el 2019 y el 2022. Según la CNN Brasil, los implicados pretendían envenenar al presidente electo tras las elecciones.
Según la versión policial, Fernandes tenía un documento en el que se describía el plan para asesinar a Lula que se había impreso en el palacio presidencial. Fuentes policiales aseguran que Bolsonaro estaba en el palacio presidencial cuando se imprimió el documento y que conversaciones entre sus socios sugieren que el expresidente estaba al corriente del complot.
Inspirándose en el asalto al Capitolio de Estados Unidos, el 8 de enero del 2023, una semana después de la toma de posesión de Lula da Silva, miles de radicales invadieron sin apenas oposición policial la sede del Congreso, el Supremo y el palacio presidencial y reclamaron un golpe de estado contra el gobierno. El episodio terminó con más de 200 detenidos. Lula responsabilizó a Bolsonaro de haber instigado el asalto por haber negado la validez de los comicios.
Los cargos que pesan contra el expresidente brasileño son los de intento de golpe de estado, asociación ilícita y abolición violenta del estado democrático. Además de Bolsonaro, la policía ha acusado formalmente a otras 36 personas por estar implicadas en el ataque a las instituciones. Entre los acusados se encuentra el exministro de justicia de Bolsonaro, Anderson Torres; el ex ministro de Presidencia y de Defensa, Walter Braga Netto; el ex ministro de Seguridad de la Presidencia, Augusto Heleno; el antiguo asesor de Bolsonaro Marcelo Câmara, y personalidades vinculadas al ejército. El ejército, denunciando en el caso, declara este jueves en el Tribunal Supremo Federal.
El informe policial que ha recibido el Tribunal Supremo será enviado este viernes al fiscal general. Entonces la Fiscalía tendrá quince días para decidir si archiva el caso, lo acepta o solicita nuevas medidas. Según fuentes del tribunal, el juicio contra los presuntos implicados en el intento de golpe de estado podría ocurrir entre marzo y abril del 2025.
"Todo lo que la ley no dice"
Tras recibir la noticia de la acusación, Bolsonaro ha atribuido los cargos en su contra a la "creatividad" del juez que le investiga, a quien acusa de hacer "todo lo que la ley no dice". En un mensaje a X, el expresidente ha afirmado que todavía debe analizar la acusación con su abogado, y en una conversación telefónica con el periodista brasileño Paulo Cappelli, el expresidente ha centrado sus críticas en el juez Alexandre de Moraes, ponente del caso en el Tribunal Supremo que anteriormente había ordenado clausurar la cuenta de Bolsonaro.
Bolsonaro nunca reconoció su derrota electoral de octubre de 2022 y se marchó de Brasil hacia Florida días antes de la toma de posesión de Lula. Pero finalmente regresó a Brasil y entregó su pasaporte a la policía que investigaba su papel en los disturbios de la capital.
Además de su supuesta implicación en el intento de golpe de estado, Bolsonaro también está investigado por otros dos casos. En marzo, la policía le acusó de los cargos de asociación por delinquir y uso de datos falsos en registros oficiales por un supuesto fraude en la obtención del certificado de vacunación contra la cóvid-19. Y en julio fue imputado por un escándalo en torno a unas joyas millonarias regalo de la monarquía de Arabia Saudita. Le acusan de contrabando y blanqueo de dinero por no haberlas declarado y de apropiación indebida y malversación porque, si eran regalos de estado, deberían formar parte del patrimonio público del presidente de la República.