Corea del Norte amenaza a sus "enemigos" con un misil balístico intercontinental
Pyonyang exhibe músculo militar para dejar claro que tiene la "determinación de contraatacar"
BarcelonaCorea del Norte ha exhibido su músculo militar con una prueba de lanzamiento de un misil balístico intercontinental para mostrar su "determinación de contraatacar" a sus rivales con "el arma estratégica más poderosa del mundo". Según la agencia estatal KCNA, el dictador norcoreano, Kim Jong-un afirmó que el test es un aviso a los "enemigos" de que amenazan la seguridad del país.
"La prueba es una acción militar adecuada que cumple plenamente el propósito de informar a los rivales, que recientemente han escalado la situación regional y han supuesto una amenaza para la seguridad de nuestra República, de nuestra voluntad de contraposición" , ha dicho Kim.
Esta exhibición llega la misma semana que la OTAN, Estados Unidos y Corea del Sur han confirmado el envío de soldados norcoreanos a Rusia para luchar en la guerra en Ucrania. Washington afirma que ha recibido información que indica que "en estos momentos" hay 8.000 militares norcoreanos en la región rusa de Kursk, según ha informado este jueves el embajador estadounidense en Naciones Unidas, Robert Wood.
El misil ha recorrido una distancia de unos mil kilómetros desde su punto de lanzamiento en el interior de Corea del Norte y ha caído a aguas del norte de Japón, alcanzando una altura máxima de 7.000 kilómetros, según las datos recogidos por Japón y Corea del Sur. Seúl ha indicado que el proyectil ha recorrido una trayectoria parabólica o un ángulo casi vertical, lo que le ha permitido alcanzar mayor altura y recorrer una distancia más larga de lo habitual. Tokio detalló que el misil voló durante casi una hora y media, con lo que se convierte en el proyectil de Pyonyang que voló durante más rato. La agencia norcoreana KCNA también ha dicho que se han logrado nuevos récords.
Por todo ello, las fuerzas armadas surcoreanas alertan de que podría tratarse de un nuevo tipo de misil balístico de larga distancia. De hecho, uno de los miedos de Corea del Sur es que la colaboración militar entre Pyonyang y Moscú comporte un intercambio de información que ayude a sus vecinos del norte a mejorar su capacidad tecnológica en lo que se refiere al desarrollo de misiles.
Preocupación en Seúl
Esta semana, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, se ha llamado con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski; con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte; y con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para expresarles su preocupación. El principal miedo es que Rusia transfiera tecnología militar relevante a Corea del Norte a cambio del envío de tropas y que las fuerzas norcoreanas adquieran experiencia de combate, dos aspectos que supondrían "una gran amenaza de seguridad" para Seúl.
Este miércoles, horas antes del lanzamiento de la prueba, Corea del Sur ya había hecho referencia a información militar que sugería que Pyonyang podía probar un misil balístico de larga distancia o llevar a cabo una séptima prueba nuclear, posiblemente con la ayuda de Rusia, justo antes de las elecciones de Estados Unidos para intentar exhibir su creciente capacidad militar. El último lanzamiento de un misil de largo alcance por parte de Corea del Norte antes del de este jueves fue el 18 de diciembre del pasado año.
Shin Seung-ki, jefe de investigación sobre el ejército de Corea del Norte en el Instituto Estatal Coreano de Análisis de Defensa, con base en Seúl, considera que la intención de Pyonyang puede ser demostrar que no cederá a la presión, que responderá a la fuerza con fuerza, y buscar alguna influencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, según ha dicho a Reuters.
Seúl ha alertado de que esta última prueba supone una "clara violación" de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y ha anunciado que propondrá ampliar las sanciones internacionales sobre Pyonyang para controlar su importación de componentes que puedan ser utilizados en misiles de combustibles sólidos. Corea del Norte está afectada por sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU desde 2006 y las medidas se han ido reforzando constantemente para intentar detener el desarrollo de armas nucleares y misiles balísticos.