Asia

¿Por qué las elecciones en Taiwán nos afectan?

La confrontación entre China y EEUU, la situación de la isla y el liderazgo en la producción de microchips hacen de los comicios un evento global

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Lai Ching-te, vicepresidente de Taiwán y candidato a presidente del Partido Democrático Progresista.

PekínMás de dieciocho millones de electores deciden el sábado en Taiwán si mantienen al frente del gobierno al independentista Partido Democrático Progresista (PDP) o si apuestan por el cambio y optan por el nacionalista Kuomintang (KMT).

La decisión no solo tiene que ver con el programa de política interior que han propuesto los candidatos. La decisión, sobre todo, tiene que ver con la relación que la isla quiere tener a partir de ahora con la todopoderosa China. El PDP asegura, de hecho, que es necesario elegir entre “democracia o dictadura”. Es decir, defender la democracia que existe en la isla o vivir bajo una dictadura si se avanza en la reunificación con Pekín. Para el KMT, más cercano a Pekín, la elección es entre ”guerra o paz”, porque solo ellos, dicen, pueden rebajar la tensión con China.

Las encuestas, que están prohibidas en los últimos diez días de campaña, vaticinaban un resultado muy ajustado, pero daban la victoria a Lai Ching-te, actual vicepresidente y candidato del PDP. A poca distancia le seguía su rival directo Hou Yu-ih, del KMT. En estos comicios, rompiendo el bipartidismo, ha aparecido un tercer candidato, Ko Wen-je, del Partido Popular de Taiwán (PPT), próximo a los postulados del KMT.

Para China, la reunificación de la isla, que considera una provincia rebelde, es incuestionable y no admite interferencias extranjeras. En los últimos años, Pekín ha sido mucho más beligerante y ha amenazado con recurrir a una operación militar para conseguirlo.

Taiwán es una pieza clave para los objetivos de “rejuvenecimiento nacional” que el presidente Xi Jinping se ha propuesto alcanzar en 2050. Xi aspira a una China fuerte y Taiwán es el recordatorio de un período en el que el gigante asiático era débil. Tras perder una guerra, la isla fue cedida a los japoneses en 1895 y recuperada al término de la Segunda Guerra Mundial. En 1949, tras perder la guerra civil contra el ejército comunista, el KMT se refugió allí y estableció su gobierno.

China prefiere la victoria del KMT, con quien mantenía relaciones estrechas cuando gobernaba en el pasado y abrió una vía de cooperación de cara a la reunificación. Esta política pasó factura al KMT y propició la victoria en el 2016 del PDP de la mano de Tsai Ing-wen, que ahora termina los dos mandatos.

Aunque la presidenta y el PDP nunca han pedido explícitamente la independencia de isla, han defendido el statu quo y han rechazado la reunificación. Bajo el mandato de Tsai, Taiwán ha ganado protagonismo internacional y ha ampliado la relación con Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, pero ha perdido el reconocimiento diplomático de nueve países.

Dependencia comercial

Lai Ching-te, el candidato presidencial del PDP, tampoco puede olvidar que, a pesar de los intentos por diversificar el mercado, China sigue siendo el principal socio comercial de Taiwán. En 2023 el volumen de comercio alcanzó los 224.000 millones de dólares y también es uno de los principales destinos de inversión. Se calcula que las empresas taiwanesas han invertido más de cien mil millones de dólares en China atraídas por su gran mercado y los bajos costes de producción.

Desde la victoria del PDP en 2016, China ha cortado la comunicación con el gobierno de Taiwán y no ha dudado en presionar económica y militarmente a la isla. Una nueva victoria del PDP tensaría aún más las relaciones.

De momento, desde Pekín no se han ahorrado las críticas y la agencia de noticias china Xinhua ha acusado al candidato Lai de “sabotear el desarrollo pacífico de las relaciones entre los dos lados del estrecho de Formosa”.

Sin embargo, la política de confrontación también ha tenido resultados negativos para China, que ha visto cómo Estados Unidos se involucraba en el conflicto y aumentaba la venta de armas en Taiwán.

La beligerancia china y la intervención en Hong Kong, que ha hecho prácticamente inviable la opción "de un país dos sistemas”, también coloca en una posición difícil al KMT. Aunque su candidato Hou Yu-ih afirmó que China y Taiwán son una misma familia, se vio obligado a especificar que aspiran a rebajar la tensión con el continente y estrechar lazos, pero manteniendo la soberanía.

Intereses de Estados Unidos

Para Washington, Taiwán tiene una gran importancia geoestratégica. Su situación geográfica frente a las costas de China la convierten en un punto de contención contra el ejército chino. EEUU tiene bases militares en Corea del Sur, Japón y Filipinas que aseguran su presencia en el Pacífico. Además, el estrecho de Taiwán es una importante ruta marítima por donde pasa gran parte del comercio mundial.

Washington respeta la política "de una sola China" que defiende Pekín y no mantiene vínculos formales con Taipei. Esto no evita que mantenga un convenio para defender la isla si es atacada por Pekín y que le venda armas para la autodefensa.

Taiwán también tiene un gran tesoro que anhelan las dos potencias: TSMC, el principal fabricante mundial de microchips avanzados. Un conflicto puede interrumpir la cadena de suministro de chips que son necesarias para todo tipo de productos electrónicos. Y ninguna de las dos potencias quiere que la otra controle este sector.

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