Biden ataca a Trump y le acusa de "doblarse" a Putin: "Es peligroso e inaceptable"

En su discurso del estado de la Unión, promete mantener la ayuda a Ucrania y exige a Israel "proteger a los civiles de Gaza"

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El presidente Biden durante el discurso del estado de la Unión

WashingtonEl presidente Joe Biden tuvo una hora y 30 minutos para demostrar durante el discurso del estado de la Unión, el más importante del año, que a sus 81 años puede asumir un segundo mandato. Y no sólo ha hecho esto, sino que ha logrado mostrar a un presidente enérgico y afilado. "El problema al que nuestra nación se enfrenta no es la edad que tenemos, sino la edad de nuestras ideas", ha dicho este jueves por la noche desde el Capitolio bajo los ojos escrutadores de las dos cámaras legislativas, los miembros del Tribunal Supremo, el estado mayor y numerosos invitados especiales. También ha aprovechado por atacar a su rival Donald Trump, a quien se ha referido repetidamente como "mi predecesor" y al que ha acusado de "fracasar en el deber presidencial más básico, el deber de cuidar" durante la pandemia de la cóvid-19, "y eso es imperdonable", ha dicho. También le acusó de "doblarse" ante Vladimir Putin y recordó que le dijo al presidente ruso que "haz lo que quisiera" con los países de la OTAN. "Eso es indignante, es peligroso y es inaceptable", ha dicho, levantando la ovación de la bancada demócrata.

Nada más empezar, Biden ha invocado los fantasmas de la guerra de Ucrania y el 6 de enero para inaugurar su intervención: "No puedes sólo amar a tu país cuando ganas". También ha citado a Franklin D. Roosevelt y la Segunda Guerra Mundial para avisar que este "tampoco es un momento ordinario" y ha hecho un paralelismo con la situación de Europa con la guerra de Ucrania. La comparación le ha permitido reforzar la idea de Estados Unidos como los salvaguardias de la democracia y la paz en todo el mundo.

Con esta responsabilidad (y también poder) Biden ha prometido seguir ayudando a Zelesnki: “Ucrania puede parar a Putin si nosotros estamos con ellos y les proveemos armas. Esto es todo lo que Ucrania está pidiendo". "No vamos a ir", ha prometido. Sin necesidad de mencionar el nombre de Donald Trump, ha aprovechado para criticarle: “La ayuda a Ucrania ha sido bloqueada por aquellos que quieren que dejamos atrás nuestro liderazgo mundial". También ha aprovechado para sacar pecho de la OTAN y felicitar al primer ministro sueco (que estaba entre el público) por la oficialización de su incorporación a la alianza atlántica.

Biden ha hablado más con un tono de mitin que de balance de año. Pese a ser el candidato favorito de los demócratas para acudir a las elecciones, tiene unos índices de popularidad muy bajos debido a su avanzada edad, el apoyo explícito a Israel y la gestión de la economía americana. Los tres temas también formaron parte de su discurso que millones de estadounidenses han podido seguir desde su casa. A ocho meses de las elecciones, no pudo tener mejor escenario posible.

La responsabilidad de Israel

Si Kiiv le sirvió para remarcar la importancia de la defensa de la democracia, Gaza fue el apartado donde Biden intentó mostrar su parte más "humanitaria", por decirlo de algún modo. El presidente ha descrito la muerte y el hambre severa que sufren miles de personas en la Franja como "angustiosa" (heartbreaking), utilizando exactamente el mismo término que empleó la vicepresidenta Kamala Harris el pasado fin de semana para pedir un alto el fuego. "Israel debe proteger a los civiles de Gaza", ha exigido Biden a Tel Aviv, consciente de que su suerte en las urnas está ligada a la gestión del conflicto palestino. En las primarias de Michigan y Minnesota, el voto protesta de los jóvenes y la comunidad árabe se hizo sentir y alcanzó un 13% y 20%, respectivamente, en forma de voto "no comprometido".

Consciente del malestar, y en forma de mensaje a sus votantes, el presidente ha querido remarcar el liderazgo de Estados Unidos en la creación de un puerto provisional en la costa de la Franja para poder enviar más ayuda humanitaria. La medida, que contará con la ayuda de varios países de la región, ya había sido anunciada horas antes de que empezara su intervención.

Biden ha elevado el tono contra Israel, sí, pero también ha hecho equilibrios para no incomodar demasiado a su socio. Pese a exigir responsabilidades a Tel Aviv sobre sus ataques en la Franja ha matizado que "Hamás se esconde entre los civiles y en los hospitales". También ha reconocido que "Israel tiene derecho a perseguir a Hamás" y ha prometido que trabajará para rescatar a todos los rehenes secuestrados durante el ataque del 7 de octubre.

Subir los impuestos a las sociedades

Mirando a casa, el gran grosor del discurso lo ha ocupado la economía del país. Los macroindicadores económicos del país dicen que va bien, pero el ciudadano sopla cada vez que pasa por la caja del supermercado. Uno de los grandes retos que tiene de cara a noviembre es hacer llegar sus políticas económicas a los ciudadanos y este jueves por la noche ya se ha puesto manos a la obra. Biden ha recordado que "la inflación ha pasado de un 9% a un 3%", ha remarcado como debajo de su presidencia se han creado alrededor de 14 millones de puestos de trabajo y que la tasa de paro ha bajado por debajo del 4%. "Hereté una economía que estaba al borde del abismo. Ahora nuestra economía es la envidia del mundo”, ha insistido.

Durante todo el capítulo económico, el elefante en la habitación ha sido Trump. Bastava escuchar la propuesta de Biden para saber cuál era su reverso: Un ejemplo ha sido el impuesto de sociedades, el cual Biden ha prometido aumentarlo más allá del 21% (porcentaje fijado durante la administración Trump).” Soy un capitalista , si quieren hacer un millón de dólares, genial para mí, pero deben pagar una cantidad justa de impuestos", ha defendido Biden que ha insistido en que "las clases medias construyeron el país". El presidente se ha alzado como el defensor de las clases medias y trabajadoras, mientras dejaba que Trump se quedara con el papel de paladín de los ricos.

El anuncio de una ayuda mensual de 400 dólares para las hipotecas ha sido uno de los otros de los mensajes lanzados a sus votantes "Es hora de bajar estos alquileres", ha reivindicado cuando ha hablado de la necesidad de combatir la reduflación ha aprovechado para hacer un poco la gracia: "Las empresas de snacks creen que no te darás cuenta si cambian la tamaño de la bolsa y le ponen muchísimas menos patatas fritas".

Los migrantes y el sueño americano

El control de la frontera es uno de los otros grandes temas que preocupan a los estadounidenses y ha sido un dolor de cabeza para la administración Biden. Debajo de su gobierno se han llegado a cifras récord de casi 250.000 personas entrando por la frontera con México. Sin demasiadas dilaciones ha puesto sobre la mesa el bloqueo republicano (instigado por Trump) en el proyecto de ley de seguridad fronteriza. En esto, Biden se ha dirigido específicamente a Trump ("no es sobre él, no es sobre mí") y le ha vuelto a tender la mano. "Podemos discutir sobre arreglar la frontera o podemos arreglarla. Estoy listo para arreglarla, envíeme la ley de la frontera ahora", ha dicho con fuerza, mientras tras ellos la vicepresidenta Kamala Harris se levantaba a aplaudirle y el speaker de la Cámara de Representantes Mike Johnson se quedaba sentado. Durante toda la comparecencia de Biden el republicano se ha quedado enganchado a la silla.

"No voy a demonizar a los inmigrantes diciendo que envenenan la sangre de nuestro país", remachó Biden marcando una clara diferencia con el discurso de odio de Trump. El presidente ha defendido una inmigración ordenada y ha invocado el sueño americano para volver a humanizar a los miles de personas que pasan la frontera: "Somos el hogar de la gente que viene de cualquier parte del planeta para perseguir sus sueños".

Restaurar Roe vs Wade

La presencia en el Capitolio de Kate Kox, la mujer que demandó a Texas por poder abortar, ya era toda una declaración de intenciones de por dónde iría el discurso de Biden en cuanto al aborto. Desde que en junio del 2022 se derogó la sentencia del caso Roe contra Wade, el aborto ha dejado de ser un derecho y se ha convertido en un delito en muchos estados. Uno de los más restrictivos es precisamente Texas, donde el gobierno estatal peleó todo lo posible para evitar que Kox abortara. Al final Kox tuvo que ir a abortar a otro estado. Biden ha utilizado la historia de Kox para reivindicar su lucha por los derechos reproductivos y ha prometido volver a "restaurar a Roe vs Wade".

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