El ataque ruso a Ucrania

Detenciones en Rusia por mostrar un simple cartel en la calle

Incluso se reprimen las expresiones a favor del gobierno

Àlex Bustos
3 min
Antiavalots detienen un hombre que protestaba en la plaza Manezhnaya, en el centro de Moscú, contra la guerra en Ucrania.

EstambulEl centro de Moscú está prácticamente fortificado contra cualquier intento de protesta o manifestación. La plaza Roja ya suele estar llena de fuerzas de seguridad, pero ha aumentado de forma significativa la presencia de policías en otros muchos puntos del centro. Durante buena parte del día hay antidisturbios atentos a cualquier movimiento sospechoso. Si ven a alguien que no les gusta, le detienen y no tienen problemas para detener a quienes consideren conveniente. Cuenta Svetlana (nombre ficticio, porque prefiere mantener el anonimato) que quiso ir a una protesta contra el conflicto en Ucrania en el corazón de la capital rusa pero cuando llegó al lugar donde estaba convocada se encontró “mucha policía y ningún manifestante”. Ante esta situación, explica, hizo ver que pasaba por allí por casualidad y se marchó.

Manifestarse de forma individual en Rusia es legal, aun sin pedir autorización. Sin embargo, muchos intentos de levantar un cartel en las calles de Moscú acaban por igual en las últimas semanas: con los policías deteniendo y llevando a esa persona a los furgones policiales. Se ha llegado al punto de que cualquier cartel que se saque es razón suficiente para ser detenido. Cartel en blanco: detención. El lema "5º mandamiento: no matarás": detención. Una pancarta con asteriscos: detención. Según la ONG OVD-Info, declarada agente extranjero por el gobierno ruso, 15.000 rusos han sido detenidos desde que empezó lo que Putin llama "operación militar especial", o sea el conflicto con Ucrania. En algunas ocasiones las detenciones se hacen de forma violenta, tampoco falta la intimidación, y no están excluidos ni los niños ni la gente mayor.

Las fuerzas de seguridad son tan estrictas que incluso detienen a personas que quieren posicionarse a favor de las actuaciones del gobierno ruso. El pasado sábado varios medios registraron cómo era arrestada una mujer en la plaza Roja que llevaba un folio que decía simplemente: “Dos palabras”. Luego otra mujer se dirigió a los periodistas y les preguntó si estarían dispuestos a entrevistar a una persona que estuviera a favor del gobierno ruso. Los informadores contestaron que sí, pero, cuando la mujer se disponía a dar su opinión, los antidisturbios también la cogieron y se la llevaron a un furgón policial.

Detenciones en Moscú

Otro episodio surrealista ha ocurrido este lunes. Marina Ovsiannikova, una trabajadora de la televisión estatal Canal 1 –el de mayor audiencia en el país–, se plantó con un cartel detrás de una de las presentadoras más famosas de Rusia durante la emisión del telediario en prime time. El cartel decía "no a la guerra". Apenas se vio en la pantalla durante cuatro segundos, porque los realizadores cambiaron enseguida el plano para desaparecer la imagen del cartel. Ovsiannikova no es la única periodista oficialista que protesta y deja su trabajo. Otra de las voces más populares de Rusia, Lilia Guildeeva, ha abandonado el país por sorpresa y, desde la distancia, ha hecho pública una carta de renuncia. Guildeeva era la presentadora de NTV desde 2006 y había sido reconocida dos veces por el propio presidente ruso, Vladímir Putin. "Primero tenía que irme, y luego renuncié", ha declarado a varios periodistas independientes rusos. Ivan Urgant, otra de las caras más famosas del Canal 1, ha dimitido, se ha ido del país y actualmente está en Israel. Antes de marcharse publicó en las redes sociales el siguiente mensaje: “El miedo y el dolor. No a la guerra”.

El Partido Liberal Democrático (extrema derecha), de Vladimir Jirinovski, uno de los miembros de la oposición sistémica, ha presentado un proyecto de ley para que cualquier persona que proteste por la situación en Ucrania sea enviada a luchar al frente. El vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, ha puesto también sobre la mesa la posibilidad de reinstaurar la pena de muerte en Rusia para los "criminales peligrosos".

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