El dinero negro ruso en la City, el otro caballo de Troya de Putin a Occidente

Desde la caída de la URSS, y sobre todo después de la crisis del 2008, el llamado Londongrad ha sido el paraíso donde se han lavado los capitales expoliados al Tesoro ruso

5 min
Imagen de la City de Londres, el corazón económico del Reino Unido, que ve tambalear el crecimiento.

LondresLa crisis de Ucrania ha llevado a los poderes occidentales a amenazar, en caso de invasión, con un paquete de sanciones económicas la Rusia de Vladímir Putin y los intereses económicos de su círculo de colaboradores más próximo. La Unión Europea, Washington y el Reino Unido han asegurado que el precio que tendría que pagar Moscú sería muy alto. Boris Johnson, el premier británico, ha hecho llamamientos a Europa, especialmente a Alemania, a abandonar la dependencia del gas ruso. Pero, además de la dependencia del gas –que en 2020 y en 2021, en países como la República Checa, llegó al 100% de las importaciones y en Alemania al 65%, de acuerdo con el Eurostat–, hay otro potencial caballo de Troya de Putin en Occidente. Se trata de dinero ruso de procedencia dudosa o, hablando en plata, robados al estado, que llenan el mercado inmobiliario de lujo de Londres y que corren a través de la City, el centro financiero global de la capital británica, donde muchas grandes empresas acuden para captar capitales.

El pasado jueves, por primera vez desde que se disparó la tensión, mientras visitaba una base aérea de la RAF al este de Anglaterra, Johnson aseguró que las sanciones contra Rusia también incluirían la prohibición de "captar fondos por parte de las empresas rusas en los mercados financieros de Londres". No concretó el cómo. Con todo, hay precedentes que hacen poner en entredicho sus palabras.

Boris Johnson, el pasado jueves, durante la visita que hizo a la base de la RAF de Waddington, al este de Inglaterra

Porque las promesas de sanciones económicas del Reino Unido tienen un dejà vu. Después del intento de asesinato en territorio británico del antiguo espía ruso Serguei Skripal y su hija Júlia, el marzo de 2018, la entonces primera ministra, Theresa May, puso encima de la mesa toda una serie de represalias económicas contra Moscú. Aun así, Gazprom, el imperio energético estatal ruso que patrocina la Champions League, celebró una venta de bonos en la City pocos días después. La embajada rusa incluso se burló y tuiteó que la demanda había sido "tres veces superior a la venta [750 millones de euros]". "¿Lo mismo de siempre?”, concluía. Uno de los pocos afectados entonces fue Roman Abramovich, el amo del Chelsea y de negocios infinitamente más lucrativos relacionados con el acero (Evraz) o el petróleo, tuvo problemas con la renovación de la residencia hasta que adquirió la nacionalidad israelí.

Los intereses en juego son enormes y afectan tanto a las empresas rusas como las británicas. Dealogic, una compañía especializada en el análisis de datos sobre transacciones económicas, asegura que solo los banqueros de inversión de la City han acumulado 295 millones de dólares (218 millones de libras esterlinas) en comisiones por acuerdos de deuda y adquisiciones de bonos de Gazprom desde el 2010. Gazprom, además, ha sido desde entonces un gran generador de dinero a cambio de servicios para importantes firmas de despachos mundiales de abogados, como DLA Piper, Freshfields Bruckhaus Deringer y Linklaters, y también para agencias de relaciones públicas. No solo hay que lavar el dinero, sino también la imagen pública.

Estimaciones

¿Es factible calcular cuánto dinero ha llegado desde Rusia a Londres en las últimas dos o tres décadas, desde la caída de la URSS y sobre todo desde que Vladímir Putin llegó al Kremlin en 1999? ¿Es posible saberlo, teniendo en cuenta que se trata de dinero ilegal? Solo hay estimaciones. El ex banquero ruso en Wall Street Roman Borisovitx y el también ex banquero irlandés Arthur Doohan, fundadores de la organización ClampK, dedicada a exponer la presencia de dinero proveniente de la corrupción en Londres y el Reino Unido a través del mercado inmobiliario de lujo, cifran en conversación con el ARA en "500.000 millones de dólares el valor de que se ha podido robar al Tesoro ruso desde principio de los años 90 en diamantes, petróleo, gas, madera y otros minerales".

Por su parte, la Agencia Nacional del Crimen del Reino Unido ha cifrado en 100.000 millones de libras al año, en todos sus frentes, el coste del flujo del dinero negro. No todo proviene de Rusia: también otras ex repúblicas soviéticas y más países.

Transparency International, un grupo anticorrupción, ha identificado 1.500 millones de libras (2.000 millones de dólares) de dinero ruso en propiedades de Londres, la mayoría de las cuales están en manos de empresas ficticias con sede en paraísos fiscales británicos. Solo en los distritos de Kensington y Chelsea, hay 6.000 de registradas. En el Reino Unido, se calcula que son entre 90.000 y 100.000.

El blanqueo con las mansiones

La compra de mansiones en los mejores barrios de Londres siempre es igual, como demostró Roman Borisovitx en un documental de Channel 4 que se emitió en 2017. Un magnate elige la residencia y pide una transacción discreta a la inmobiliaria. El dinero sale de Rusia generalmente hacia Chipre (Unión Europea) y los intermediarios ponen en contacto al comprador con el despacho de abogados que organiza la estructura de empresas pantalla para esconder la identidad del titular. La ley británica, por ahora, no obliga a ninguno de los diecisiete paraísos fiscales que dependen del Reino Unido a revelar los verdaderos propietarios.

¿Desde cuándo la City se convierte en un lugar importante para lavar dinero? En el fondo, siempre lo ha sido. Pero para el que viene de Rusia, sobre todo a partir del 2008, con la crisis económica y después de la llegada de los conservadores al poder. En 2010, el gobierno de David Cameron abrió la vía rápida a obtener la nacionalización británica si se invertía un mínimo de dinero (en millones de libras), un programa popularmente conocido como la ruta del Visado de Oro, que la ministra del Interior, Priti Patel, ha anunciado que eliminará la próxima semana. Arthur Doohan, de ClampK, cifra en "50.000 millones de libras el dinero ruso que ha llegado a Londres los últimos diez o doce años". Además, una vez blanqueado en Londres, se queda o se va hacia otras partes: Francia, Alemania o Austria, tal como denuncia Daria Kaleniuk, del Centro de Acción Anticorrupción, de Kiev, una entidad que lucha contra el blanqueo de capitales y en favor de la recuperación de activos.

En Alemania, además, los intereses rusos también han conseguido llenar los bolsillos de destacadas personalidades del país. Para poner un caso, las de la excanciller Gerhard Schröder, apenas designado candidato a formar parte del consejo de administración de Gazprom, que se votará en junio en San Petersburgo. Marion Scheller, exjefa de la oficina del canciller Helmut Kohl, fue nombrada en 2016 jefa de relaciones del North Stream 2 –filial de Gazprom, con sede fiscal en Suiza, que promueve el gasoducto bajo el Báltico desde Víborg (Rusia) hasta Lubmin (Alemania)–. Aterrizó en el cargo desde la condición de jefa de departamento de política energética del ministerio de Asuntos Económicos.

Un problema conocido

Pero de Europa occidental, es el Reino Unido y sobre todo Londongrad, como se conoce, lo que genera más fascinación entre las élites rusas próximas a Putin. Se sabe y hay todo tipo de pruebas. Un informe del comité de inteligencia del Parlamento de Westminster del 2020 concluyó que Londres era una "lavandería" de dinero ruso. Y uno de anterior del 2018, en este caso de los diputados del comité de asuntos extranjeros, consideró que, "a pesar de la fuerte retórica, el presidente Putin y sus aliados han sido capaces de continuar, como hacían habitualmente, escondiendo y lavando sus activos corruptos en Londres".

En otras palabras, que Downing Street con el Partido Conservador "ha mirado hacia otro lado y ha aceptado grandes donaciones de millonarios rusos los últimos años", asegura Arthur Doohan. ¿Cuáles? Por ejemplo, la de Lubov Txernúkhina, la mujer del antiguo viceministro de Finanzas ruso Vladímir Txernukhin, que ha dado más de 2,1 millones de libras a la formación después de convertirse en ciudadana británica, suficiente para asistir a reuniones mensuales con el primer ministro y ser una de los diez mejores donantes de los tories.

La mano derecha dice una cosa y la izquierda hace otra. En palabras de Roman Borisovitx, la amenaza del gobierno británico contra los intereses económicos rusos envía la señal contraria al combate contra la corrupción. En cuanto que las sanciones solo llegarían en caso de una invasión, el mensaje implícito es: "No lo hagáis y podréis continuar viniendo aquí con el botín robado".

¿Una prueba? A pesar de los anuncios de nuevas sanciones, pendientes de la invasión, el gobierno Johnson ha aplazado una vez más este febrero el proyecto de ley contra la delincuencia económica, que obligaría a revelar los verdaderos propietarios de mansiones de lujo a nombre de compañías fantasma con sede en paraísos fiscales como las islas Vírgenes británicas y Turcas y Caicos.

stats