La división interna inmoviliza a la UE ante la ofensiva en Gaza
Los ministros de Exteriores se reúnen este martes llamados por Josep Borrell para "hablar con una sola voz"
BruselasYa hace una semana que empezó a escalar la violencia en Jerusalén y Gaza, pero en la Unión Europea los ministros de Exteriores no se reunirán para abordar la cuestión hasta este martes. "Siendo realistas, no tenemos capacidad de mediación. Esto solo lo pueden hacer los Estados Unidos, suponiendo que quieran", reconocía el pasado jueves el Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, en un acto del Instituto Real Elcano. Si el jefe de la diplomacia europea ya acostumbra a tener un papel complicado a la hora de representar a veintisiete perspectivas diferentes que en realidad son competencia nacional, con el conflicto Israel-Palestina directamente se resigna y pasa el testimonio a Washington.
La comparecencia del portavoz de Exteriores de la Comisión Europea, Peter Stano, de este lunes se ha convertido en un dribbling constante, después de que se haya vuelto a hacer visible la inacción europea ante el conflicto. Stano ha recordado que "cualquier asunto" de la política exterior europea tiene que ser consensuado de manera unánime por todos los gobiernos que la conforman, cosa que ha hecho evidente que Bruselas, y más en concreto, Josep Borrell, está con los manos atadas ante una cuestión en la que, empezando por Francia y Alemania, hay fuertes divisiones dentro del Viejo Continente.
La Unión Europea ha estrenado recientemente un nuevo mecanismo de sanciones internacionales para castigar las vulneraciones de derechos humanos, un instrumento que ha usado con Rusia por el caso Navalni y también con Birmania. Cuando le han preguntado por qué la Unión no prevé usar sanciones ante los incumplimientos reiterados de Israel a las resoluciones de la ONU, Stano ha asegurado que hasta ahora ninguno de los gobiernos europeos ha puesto la opción encima de la mesa y que, en cualquier caso, la prioridad es parar la violencia a través de las herramientas diplomáticas tradicionales.
Berlín, como Austria, reitera constantemente el derecho de Israel a defenderse, un clamor que Bruselas replica, a pesar de que también reitera que los asentamientos y las colonias de Israel en territorio palestino vulneran la ley internacional. El gobierno del ultraconservador austríaco Sebastian Kurz izaba el pasado viernes la bandera de Israel en señal de "solidaridad", mientras que otros países, como Bélgica, han enfurecido a Tel Aviv. La ministra de Exteriores belga, Sophie Wilmès (de origen judío), aseguró que están pasando cosas "difíciles de aceptar por parte de los dos lados" bajo las presiones de socialistas y verdes dentro de la coalición de gobierno que piden sanciones contra Israel.
"Estoy muy preocupada por la situación en Israel y Gaza. Condeno los ataques indiscriminados de Hamás. Los civiles de los dos lados tienen que ser protegidos y la violencia tiene que pararse inmediatamente", tuiteaba el pasado viernes la presidenta del ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, resumiendo así la posición europea. Von der Leyen, alemana y exministra de Defensa de Angela Merkel, hace un llamamiento a parar la violencia y condena solo los ataques de Hamás, pero no la ofensiva militar israelí. Por eso, Stano ha tildado de "ataque terrorista" el lanzamiento de cohetes de las milicias palestinas y ha defendido el derecho de Israel a defenderse pero haciendo un uso "proporcional" de la violencia y de acuerdo con la ley internacional y humanitaria.
Según el portavoz de Exteriores, la reunión de los ministros de Exteriores de este martes tiene el objetivo justamente de decidir cómo puede contribuir la UE de manera efectiva a la desescalada de violencia y de hablar "con una sola voz" sobre el conflicto. Pero la realidad de la Unión es tan compleja que un país como Alemania convive con Suecia, el primer país europeo que ha reconocido a Palestina, o con Francia, Irlanda o España, partidarios de reconocerla para dar vía a la solución de los dos estados. Europa ha dado millones de euros en fondos europeos a Palestina pero hace constantes equilibrios con Israel justamente porque uno de sus principales motores es Alemania y porque, al fin y al cabo, la mayoría de sus gobiernos acaban alineándose. Por eso, Borrell puede acabar haciendo poco más que llamar a la desescalada y rogar para que los Estados Unidos apuesten por la mediación.