"La esperanza ha ganado al terror"

Centenares de miles de chilenos llenan la avenida de La Alameda para celebrar el triunfo de Gabriel Boric

El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, se dirige a sus seguidores después de los resultados oficiales de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en Santiago
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Santiago de ChileLa principal avenida de Santiago, La Alameda, se convirtió este domingo en una fiesta ciudadana. Centenares de miles de personas salieron a la calle a celebrar la victoria de Gabriel Boric, que se convertirá en el próximo presidente de Chile. Los ciudadanos también se concentraron en la Plaça Baquedano, epicentro de las protestas de 2019 y bautizada como Plaza Dignidad durante esos meses. En la fachada de uno de los edificios de la plaza se podía ver una proyección gigante del colectivo de artistas lumínicos Delight Lab con la palabra "Esperanza”. Desde la revuelta social no se veía una multitud tan grande llenando las plazas y calles de la capital. A diferencia de hace dos años, esta vez la policía no hizo acto de presencia y nadie desalojó a los manifestantes.

“Hemos venido a celebrar este gran triunfo porque la esperanza ha ganado al terror, que era lo que más temíamos”, decía Carlos, de 48 años, uno del asistentes. Karina, de 38, acompañada de su hija de 15, intentaba acercarse al escenario desde donde al cabo de unos minutos hablaría el ganador: “No nos esperábamos este resultado, estábamos muy asustados. A pesar de que el contrincante ha hecho una buena campaña, lo hemos conseguido”. Para ella, el voto a Boric era fundamental para preservar las demandas de la revuelta social, en la que –dice– participó “de forma muy comprometida”.

A las siete de la tarde, después de que se conociera el resultado, miles de personas inundaron las calles. Algunos lo hacían en coche y haciendo sonar los cláxones, que se oyeron hasta casi la medianoche. Otros a pie, cargados con banderas mapuche, de la diversidad sexual o con el lema “Boric, presidente” estampado en el centro. Algunos incluso cargaban botellas de champán y copas. “El pueblo unido nunca será vencido”, coreaban algunos de los participantes. También se oyeron algunos de los lemas y cánticos popularizados durante el estallido social.

“Siento una felicidad enorme. Kast representaba un retroceso para el país. Cuando pensaba en esta posibilidad me hundía, porque como mujeres no garantizaba ninguno de nuestros derechos. Boric era la opción que el país necesitaba porque en el ámbito social estamos todavía muy atrasados. Yo le pediría aborto libre, seguro y gratuito”, exclamaba Martina, de 22 años, que junto con su hermana subía en bicicleta una de las calles para llegar a La Alameda, con un pañuelo verde, símbolo a favor de la legalización del aborto, atado al cuello. A pesar de que el público era muy diverso, desde familias a gente más mayor, los jóvenes predominaban. “Es un gran paso para los movimientos sociales y también para el proceso constituyente. Boric quiere mejorar las pensiones, la salud y la vivienda y la educación, que es por todo lo que la gente está endeudada. Yo le pediría la liberación de los presos del estallido social”, decía Alexis, de 35 años, la misma edad que el futuro presidente, que será el más joven de la historia del país.

Un consejo del presidente

Casi a las nueve de la noche apareció Boric en un coche custodiado por policías en motocicleta. Tanto él como su equipo se habían alojado en el Hotel Fundador, pocos metros detrás de La Alameda. La ovación que recibió cuando subió al escenario fue masiva. Fue en este primer momento cuando se mostró tímido y emocionado. Antes de comparecer había hablado por videollamada con el presidente actual, Sebastián Piñera, de quien es frontal opositor. Respetaba así la tradición republicana del país. “Contará con nuestra total y contributiva colaboración [...]. Aproveche muy bien este tiempo. Le recomiendo que se haga una foto cuando entre en La Moneda y otra cuando salga, porque vea lo duro y difícil que es este trabajo”, le sugirió el mandatario saliente.

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