¿Por qué hay tantas armas en EE.UU.?
El intento de asesinato de Donald Trump en Pensilvania vuelve a evidenciar un problema endémico
Barcelona¿Qué falló en los protocolos de seguridad de los servicios secretos? ¿Cuáles eran las motivaciones del asaltante, Thomas Crooks? ¿El clima de crispación y polarización que se respira en Estados Unidos fue responsable del ataque? El intento de asesinato de Donald Trump perpetrado durante un mitin en Pensilvania el pasado sábado ha hecho emerger muchos interrogantes, y ha vuelto a situar también en el foco una cuestión esencial que vertebra la identidad estadounidense: el control de armas en el país. Si las leyes fueran más estrictas, ¿se habría podido evitar el intento de magnicidio?
El bombero y padre de familia que fue asesinado en el mitin de Pensilvania es uno más de un goteo de víctimas que no se detiene: en el 2023, 18.854 personas murieron en Estados Unidos víctimas de las armas de fuego y desde de principios de 2024 ya son 9.161.
Y es que Estados Unidos es el país del mundo en el que circulan más armas: más de 393 millones, según la organización independiente Small Arms Survey. Y es también el que tiene más armas per cápita. Concretamente, se calcula que por cada 100 habitantes hay 120,5, muchas más que el resto de países de la clasificación, algunos de ellos en guerra.
Sobre esta cuestión que se ha convertido en un motivo de guerra cultural entre demócratas y republicanos en las últimas contiendas electorales, un 64% de la opinión pública cree que las leyes sobre el control de las armas serían más estrictas, mientras que sólo un 12% de los estadounidenses son del parecer que debería facilitarse su acceso. La opción de restringir su acceso está mucho más extendida entre demócratas (92%) que entre republicanos (32%).
Las armas, un derecho
El derecho de los estadounidenses a llevar armas encima se remonta a 1791 y es recogido en la Segunda Enmienda de la Declaración de Derechos, que autoriza a los ciudadanos a “llevar y poseer armas” y también a constituirse en “milicia bien organizada”. Si bien inicialmente la enmienda tenía un fuerte elemento circunstancial (cuando se redactó, la amenaza inglesa aún pesaba después de la Guerra de Independencia), la narrativa del derecho a las armas arraigó enseguida en la cultura norteamericana al siglo XIX con la conquista del oeste y se instaló definitivamente en los hogares a través de los televisores, de la mano de los westerns y los cineastas del siglo XX.
El vínculo de los estadounidenses con las armas no se entiende sin la influencia de lobis como la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que trabajan para difundir esta narrativa y para tumbar los intentos políticos de restringir el acceso a las armas de fuego, particularmente los fusiles de asalto.
El arma más popular de los tiroteos
Cuando las fuerzas de seguridad abatieron al presunto autor del atentado contra Trump encontraron a su lado un fusil de asalto semiautomático AR-15. Este arma ha sido utilizada en la mayoría de tiroteos masivos que ha habido en las últimas décadas en Estados Unidos y se calcula que hasta 16 millones de estadounidenses tienen uno.
Desde 2004, cuando la prohibición federal de los fusiles de asalto -en vigor desde 1994- expiró, la fabricación y venta de este tipo de armas vive un crecimiento inédito. Pese al montón de agresiones que protagoniza, el éxito de este fusil es tal que incluso una parte de la derecha estadounidense considera el AR-15 un símbolo de América. De hecho, una iniciativa legislativa republicana proponía en 2023 convertir al AR-15 en "el arma nacional de Estados Unidos".
Según una encuesta del 2023 del Washington Post e Ipsos, el perfil de las personas que poseen un AR-15 son mayoritariamente hombres blancos, entre 40 y 65 años, que vienen de hogares con ingresos altos, han servido al ejército y son votantes republicanos.
