"Me siento avergonzado": el exlíder de los Proud Boys, condenado a 22 años de cárcel por el asalto al Capitolio
Es la mayor sentencia impuesta por los disturbios producidos el 6 de enero del 2021
BarcelonaEl exlíder de la organización Proud Boys, Enrique Tarrio, ha sido sentenciado este martes a 22 años de cárcel por su papel en el asalto al Capitolio de enero del 2021, cuando una multitud de votantes trumpistas irrumpió en el edificio para intentar impedir la investidura de Joe Biden como presidente de Estados Unidos. Estaba acusado de conspiración sediciosa, y es la mayor pena impuesta hasta ahora contra miembros del grupo de extrema derecha y también en relación con los hechos ocurridos aquella jornada.
El departamento de Justicia quería que Tarrio, de 39 años, pasara más de tres décadas en prisión, ya que lo consideraba el "líder de un complot para romper, a través de la violencia, la piedra angular de la democracia de los Estados Unidos" y, por tanto, "anular" la victoria electoral de Biden sobre Donald Trump, que también ha sido juzgado por el papel que tuvo en esa jornada. Por contra, la defensa del acusado pedía un máximo de 15 años de cárcel.
Tarrio no estaba en Washington el 6 de enero –las autoridades lo obligaron a abandonar la ciudad por culpa de otro caso–, pero los fiscales aseguraban que su papel fue clave para movilizar a los trumpistas y animarlos a actuar con violencia. “A los parásitos del Congreso y a los que quieren robar la Casa Blanca, si queréis una guerra, tendréis una guerra”, sostuvo Tarrio en un evento en Washington días antes del asalto. Según los fiscales, como no pudo estar, eligió a Joe Biggs y Ethan Nordean para que fueran los líderes del grupo sobre el terreno.
"Estoy profundamente avergonzado"
Antes de conocer la sentencia, Tarrio compareció ante el tribunal y, visiblemente emocionado, pidió insistentemente disculpas por sus acciones. "No soy un fanático. Hacer daño o cambiar los resultados de las elecciones nunca fue mi objetivo. De hecho, nunca pensé que fuera posible cambiar los resultados de los comicios –ha dicho–. Estoy profundamente avergonzado y arrepentido de todo ello, que me está causando tanto sufrimiento. Definitivamente, [el asalto al Capitolio] fue una vergüenza para todo el país", añadió. Previamente, habían hablado miembros de su familia, su madre y su hija, que, entre llantos, habían pedido clemencia.
La sentencia contra Tarrio es la más contundente, pero no es la única que se ha dado a conocer últimamente contra miembros de los Proud Boys. En los últimos días, varios dirigentes del grupo radical han conocido sus penas: Dominic Pezzola, condenado a 10 años de cárcel; Zachary Rehl, a 15 años; Joseph Biggs, a 17; y Ethan Nordean, a 18 años, la sentencia hasta ahora más contundente.
Según la organización de derechos civiles Southern Poverty Law Center (SPLC), más de 40 integrantes de los Proud Boys han pasado por los tribunales estadounidenses para responder por sus acciones del 6 de enero del 2021. La demoledora actuación del sistema judicial contra "el ejército de Trump", como los definió uno de los fiscales del caso, dejó a la organización tocada. Los últimos datos disponibles de Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED), que recopila información en tiempo real de incidentes de violencia política, indican que la actividad de los Proud Boys en julio cayó un 75% respecto a junio. Sin embargo, SPLC advierte de que el grupo no está en proceso de desaparición sino más bien de reconversión.
Un periodista canadiense, el origen
El grupo, que fue clave en el asalto al Capitolio del 2021, fue creado en el 2016 por el periodista canadiense de origen británico Gavin Mclnnes. McInnes, ahora de 53 años, había sido uno de los fundadores en 1994 de la revista Vice de Montreal, una publicación gratuita con un estilo de punk alternativo y provocador que se convirtió en un punto de referencia para los llamados hipsters. Gracias al éxito de Vice, McInnes se instaló en 2001 en Nueva York, ciudad donde se transformó de un provocador irreverente en un extremista con la palabra "Destrucción" tatuada en la espalda.
En 2003, en una entrevista en el diario The New York Times, McInnes pronunció la frase de que años después se convertiría en la esencia del grupo extremista: "Me encanta ser blanco y creo que es algo de lo que hay que estar muy orgulloso". En los años siguientes, McInnes siguió refinando su visión extremista, racista, homófoba y misógina, inicialmente desde Vice y posteriormente desde otros medios conservadores. Hasta que en el 2016 lanzó, en la revista supremacista Taki's Magazine, el movimiento Proud Boys (chicos orgullosos, en inglés), una especie de club en el que no están permitidas las mujeres y en el que los hombres "se niegan a disculparse por haber creado el mundo moderno”.
McInnes, fiel a su estilo provocador de extrema derecha, empezó a distanciarse de los Proud Boys en 2017, acusando al grupo que él creó de ser una versión "ligera" de lo que la derecha alternativa tiene que ser. De todos modos, el movimiento se acabó consolidando como un grupo de apoyo fidelísimo al expresidente Trump, tal y como acabó de quedar patente en el asalto al Capitolio.