Biden y Trump reeditarán un duelo que no se repite desde antes de la Primera Guerra Mundial

Desde las elecciones de 1912 que un presidente y un expresidente no se disputan la Casa Blanca

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Joe Biden Y Donald Trump.

WashingtonYa no hay vuelta atrás (si es que nunca hubo posibilidad). Con las nominaciones aseguradas, el expresidente Donald Trump y el presidente Joe Biden se preparan para reeditar una batalla electoral que no se repite desde principios del siglo XX. Gracias a la victoria de esta madrugada en las primarias de Georgia, Misisipi y Washington, ambos candidatos se aseguraron a los delegados necesarios para que a las convenciones de sus partidos les designen candidatos a las presidenciales del 5 de noviembre.

La última vez que un presidente y un expresidente se enfrentaron a las urnas fue en las elecciones de 1912. El expresidente Theodore Roosevelt (que creó el Partido Progresista para poder presentarse) le disputó la reelección al presidente William Howard Taft (republicano) en unos comicios a cuatro en los que también participaban el socialista Eugene V. Debs y el demócrata Woodrow Wilson. En esa ocasión ni el expresidente ni el presidente pudieron repetir mandato, ya que Wilson se llevó la victoria.

Roosevelt, que accedió al cargo con 43 años, es el presidente más joven de la historia de la nación estadounidense. Más de 100 años después, Biden es el presidente más viejo que ha tenido el país (81 años) y será uno de los protagonistas que volverán a escenificar esta batalla entre dos mandatarios en unas elecciones.

La idea de tener que elegir entre un septuagenario (Trump) y un octogenario no es muy alentadora para los estadounidenses. Tampoco resulta demasiado atractivo tener que elegir entre un candidato sobre el que pesan cuatro causas criminales y otro que apoya explícito a Israel en el conflicto de Gaza. La realidad, sin embargo, es que Biden prácticamente no ha tenido ningún oponente y Trump ya se ha deshecho de la única rival que podía ser vista como una amenaza: la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley. Pese a que las primarias aún no han terminado, tanto Trump como Biden ya se han puesto en modo campaña.

En medio de una de las elecciones más polarizadas que se recuerdan, precisamente los seguidores de Haley serán la carnaza por la que Trump y Biden lucharán a lo largo de los ocho meses que quedan. La ex gobernadora era muy popular entre los votantes independientes, aunque nunca fueron suficientes para hacer frente a los seguidores de Trump. De hecho, algunas encuestas mostraban cómo Haley tenía más opciones para quitarle electores a Biden que a Trump. Con los votantes independientes, el reto para ambos candidatos será el mismo: conseguir su voto cuando ni uno ni otro tienen demasiada popularidad.

Unidad no es igual a popularidad

La última encuesta publicada por el New York Times mostraba cómo Trump ganaría frente a Biden si las elecciones se celebraran ahora. Lo haría por un margen muy ajustado de 5 puntos de diferencia, y es ahí donde los votantes independientes podrían ser decisivos. Aunque puede parecer que el magnate sea más popular que Biden, la realidad es que se trata de un espejismo provocado por la unidad que hay en sus filas. Los seguidores de Trump forman una masa homogénea y sólida que ha arrinconado a las pocas voces críticas en el partido. En cambio, la coalición de votantes que dieron la presidencia a Biden son harina de otro costal.

Trump no se esconde de su amor por quienes le profesan lealtad. "Me gustan todos los que me quieren", afirmó en un mitin en Virginia para referirse a su buena relación con Milei. Este factor será un elemento que pesará mucho a la hora de designar a un vicepresidente. Mientras ya se sabe que Biden reeditará su tándem con Kamala Harris, las incógnitas sobre quién será el segundo (o la segunda) de Trump son infinitas. Incluso se llegó a plantear la posibilidad de que Haley lo acabara siendo, aunque después de no apoyar su candidatura es difícil que Trump le haga ese regalo.

En la larga lista de candidatos se encuentra Doug Burgum, gobernador de Dakota del Norte, a quien Trump siempre ha elogiado por sus negocios, o bien la congresista Marjorie Taylor Greene. El pasado jueves, durante el discurso del estado de la Unión, Greene se propició uno de los mems de la noche cuando increpó a Biden durante su camino hacia la tribuna. También está sobre la mesa el nombre del polémico periodista Tucker Carlson, al que despidieron de la cadena Fox.

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