Reino Unido

De la alcaldía de Londres a Downing Street: mentiras y verdades de Boris Johnson

El ex primer ministro publica unas memorias políticas con el significativo título de 'Unleashed'

Boris Johnson
06/10/2024
5 min

LondresBoris Johnson quería invadir a los Países Bajos para hacerse con vacunas contra la cóvido; Boris Johnson sabía que la reina Isabel II tenía cáncer de huesos; David Cameron le amenazó diciéndole que, si apoyaba al Brexit, le “fotria para siempre”; el palacio de Buckingham le sondeó para que hablara con el príncipe Enric y Meghan Markle para evitar que abandonaran las obligaciones reales y marcharan a Estados Unidos. Johnson, Johnson, Johnson en todas partes.

Veinticinco meses después de ser ahuyentado de Downing Street por su partido, el polémico y carismático exprimer ministro vuelve a la primera línea del paisaje político británico, si es que nunca se ha alejado. El próximo jueves llega a las librerías del país un volumen de casi 800 páginas –escrito sin necesidad de ghostwriter– en la que repasa su trayectoria desde que ganó las elecciones a la alcaldía de Londres (2008) hasta principios de 2023. Quince años que han cambiado el Reino Unido, en parte gracias a BoJo, como le llaman popularmente; y no precisamente para beneficio de los británicos.

En enero del año pasado, Johnson firmó un contrato de seis cifras para ofrecer su versión de los hechos vividos a lo largo de este período, y los extractos que desde hace una semana pública en adelanto al Daily Mail y al Mail on Sunday, y que el resto de la prensa también difunde de segunda mano, son suficientemente llamativos para generar una gran expectativa. El Brexit, las fiestas de Downing Street durante la pandemia, la relación con la reina, los Juegos Olímpicos de 2012, la invasión de Ucrania o su caída en desgracia son algunos de los episodios de los que habla, inevitablemente. El título del volumen no puede ser más significativo: Unleashed (desencadenado).

Que lo estaba cuando vivía en Downing Street, incluso mucho antes –como alcalde y también como ministro de Exteriores– es bien sabido, ya que, incluso llegó al extremo de escapar se del escolta para acudir un fin de semana a una fiesta en un castillo de Italia, invitado por un exagente del KGB, mientras era el responsable de la diplomacia británica. A su regreso a Londres, fue visto en un aeropuerto italiano con un aspecto lamentable.

Versiones problemáticas

Lo que ahora habrá que comprobar es si su versión coincide con la de otros protagonistas de la época que recientemente han publicado memorias. Entre otras razones, porque la relación de Johnson con la verdad "siempre ha sido muy problemática", tal y como ha escrito en numerosas ocasiones Max Hastings, el ex editor del Daily Telegraph, diario del que el ex primer ministro fue despedido a principios de los años noventa por exagerar los hechos en sus artículos desde la corresponsalía de Bruselas.

El estilo del texto es innegablemente suyo. Y es tan colorido como cuando malhablaba de la propia Unión Europea de la que su padre, Stanley Johnson, había sido alto funcionario. Así, al evocar un agrio debate en el Parlamento con el entonces jefe de la oposición, Keir Starmer, no se muerde la lengua y describe su “cara irritable como la de un ternero al que le han introducido inesperadamente un termómetro por el recto ”.

La primera de las entregas serializadas es una de las más sorprendentes del material difundido hasta ahora. Aborda los difíciles momentos de la pandemia y la falta de vacunas que existían (en marzo del 2021). Johnson discutió con altos cargos militares la posibilidad de asaltar a los Países Bajos para hacerse con un cargamento de dosis de AstraZeneca que estaba en disputa con la UE, y que estaban almacenadas cerca de Ámsterdam. Parece poco más que una boutade destinada a agrandar su ego y atizar la leyenda de espíritu indomable que le gusta cultivar.

El teniente general Doug Chalmers, en ese momento subjefe del estado mayor de la defensa, tuvo que recordar al premier lo siguiente: “Si nos detectan, deberemos explicar por qué estamos invadiendo un aliado de la OTAN desde hace tanto tiempo”. Johnson, a continuación, y admite: "En secreto, estaba de acuerdo con lo que todos pensaban, pero no quería decirlo en voz alta: que todo era una locura".

Que David Cameron le amenazara si apoyaba al Brexit entra dentro de la lógica. En 2016, cuando el entonces alcalde deshojaba públicamente la margarita, se daba por hecho que su sola presencia por un lado u otro del debate podría decantar el resultado a favor o en contra de la UE.

El expremier intenta aparecer como una persona coherente. Si todo lo que había escrito hasta entonces desde Bruselas era contra la UE, no podía apoyar permanecer allí. Sin embargo, es bien sabido que escribió dos cartas destinadas a explicar su decisión: una a favor de la UE y la otra en contra. En sus memorias, David Cameron le acusa de apoyar al Brexit sólo porque eso favorecía sus posibilidades de convertirse en primer ministro. Los comentarios de Cameron, publicados en el 2019, eran una verdad conocida en Westminster en el 2016, en el momento del referendo.

Como ocurre en cualquier libro de memorias, muchas de las afirmaciones, en este caso del expremier, se basan en conversaciones privadas imposibles de verificar. Los hechos políticos a los que se refiere, y de los que existen otras evidencias o testigos, sí pueden contrastarse.

Éxito asegurado

Entre los primeros, cuando rememora la muerte de la reina Isabel II, Johnson escribe que “hacía un año o más que sabía que tenía una tipología de cáncer de huesos, y que sus médicos estaban preocupados que, en cualquier momento , pudiera experimentar un bajón brusco”.

Entre las segundas, comenta la negociación del Brexit y cómo superó el estancamiento político en el que había caído el país con unos pocos retoques en el acuerdo existente. Dice que lo firmó deliberadamente dejando a Irlanda del Norte sujeta a las reglas comerciales de la UE. "Lo hice porque no creía que la Comisión fuera tan estúpida como para bloquear el comercio dentro del Reino Unido". Pero no logró doblarla y fue, finalmente, Rishi Sunak quien desarrolló un lío que, más o menos, todavía continúa.

El éxito de ventas está más que asegurado. Porque le leerán tanto los que le admiran como los que no lo soportan. Superará con creces las cifras de ejemplares vendidos por Theresa May, David Cameron, Liz Truss e incluso John Major. Y, seguramente, también lo que vendió Tony Blair (En journey; 92.000 copias en los primeros cuatro días) y también Margaret Thatcher (The Downing Street years), con 120.000 ejemplares vendidos en una semana. Y con toda probabilidad tendrá traducción, al menos en castellano, como tuvieron Blair y Thatcher. No en vano alguien tan influyente en la derecha española como Cayetana Álvarez de Toledo es una admiradora sin límites de Boris Johnson y de sus verdades indemostrables.

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