Bosnia, otro campo de batalla entre Rusia y la Unión Europea
La región de la República Srpska aprueba un proyecto de Constitución para establecer instituciones autónomas y fuerza a Europa a desplegar más soldados para mantener la paz


BarcelonaBosnia está inmersa en la crisis política más grave en décadas. La Asamblea de la República Srpska, una de las dos entidades (de mayoría serbia) que conforman Bosnia y Herzegovina, ha adoptado un nuevo proyecto de constitución que le encamina hacia la independencia. El anteproyecto de ley, aprobado la madrugada del jueves, autoriza a la entidad a establecer instituciones autónomas respecto a las estatales, como el ejército y el poder judicial, y recoge su derecho a la autodeterminación, a decidir sobre la aplicación de leyes nacionales sobre el territorio ya formar confederaciones con otros países. Todas estas propuestas son contrarias a los Acuerdos de Paz de Dayton, firmados en 1995 para poner fin a la guerra, y que sirven de base para el derecho constitucional en Bosnia.
La noticia llega en un momento ya de por sí mucho tienes. La semana pasada, la Fiscalía estatal bosnia ordenó la detención de varios cargos serbobosnios, entre los que se encontraba el presidente de la entidad, el pro-ruso Milorad Dodik, condenado a un año de prisión y seis de inhabilitación. Dodik, instigador del nuevo proyecto de constitución, ya ha hecho varios intentos de desafiar a las instituciones estatales, pero "nunca había llegado tan lejos con la implementación de su agenda", afirma en el ARA el investigador del International Institute for Peace, Adnan Cerimagic. Como respuesta, Dodik inició la elaboración de leyes que prohíben la entrada en la región en el poder judicial y en la policía estatales.
La posibilidad de que la República Srpska recupere unas fuerzas armadas y una policía independiente es lo que más preocupa a la comunidad internacional. El ejército de la República Srpska había dejado de existir en 2003, cuando se integró en el ejército estatal de la Federación. Sin embargo, antes fue la fuerza militar que impuso el asedio de Sarajevo y que perpetró el genocidio de Srebrenica, dirigida por su comandante en jefe de entonces, Ratko Mladic, condenado por crímenes de guerra y genocidio. Un enfrentamiento entre los cuerpos de esta región y los de la Federación (la otra entidad de Bosnia, de mayoría croata y musulmana) haría reavivar la guerra de los años 90, un conflicto todavía latente.
Europa envía más tropas a la misión de Bosnia
No es de extrañar, pues, que la condena de Dodik alertara a Bruselas. La UE anunció que ampliaría la misión militar que todavía tiene en Bosnia para el mantenimiento de la paz, las EUFOR, con 400 nuevos efectivos que se añadirán a los 1.100 que ya tiene desplegados en el país. Este cuerpo –un espejismo de lo que quisiera el presidente ucraniano Volodímir Zelenski cuando habla de “garantías de seguridad”– asegura la aplicación del acuerdo de paz firmado tras la guerra de Bosnia. El gesto de desplegar más tropas "envía el mensaje de que se quiere evitar la escalada del conflicto", asegura la investigadora del EU Institute for Security Studies, Bojana Zoric.
El apoyo que había apuntado la Unión Europa lo certificó el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, con una visita a Sarajevo el lunes, en la que aseguró que "no permitiría que se pusiera en peligro la paz" en Bosnia.
Los aliados rusos de la República Srpska ven en la inestabilidad de Bosnia otra oportunidad para demostrar, una vez más, que con el mínimo esfuerzo Moscú es capaz de desestabilizar el centro de Europa. Poco después de que se hiciera pública la condena de Dodik, Rusia la criticó por tener "motivaciones políticas" y convocó una sesión de urgencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para discutir el asunto. Dodik ya ha anunciado que visitará Moscú el 19 de marzo, y también ha pedido a Rusia que vete al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la ampliación de la misión europea, que debe votarse en noviembre.
¿A la espera de un giro político de Estados Unidos?
Ambos investigadores coinciden en que Dodik habría decidido actuar ahora convencido de que la coyuntura internacional le favorece. Como ferviente defensor de la política de Donald Trump, el presidente serbobosnio había invertido dinero en la campaña del republicano, esperando que su presencia en la Casa Blanca y la endémica incapacidad de la Unión Europea para tomar decisiones conjuntas le permitirían aplicar su programa sin trabas.
Pero "ha calculado mal", defiende Zoric. De momento, parece que Trump no tiene la intención de modificar la línea política sobre Bosnia que han defendido las administraciones estadounidenses precedentes. En un comunicado que cayó como un cubo de agua fría en Banja Luka, la capital de la República Sprska, el secretario de estado de EEUU, Marco Rubio, afirmaba que las acciones de Milorad Dodik "están debilitando a las instituciones de Bosnia y Herzegovina y amenazando su seguridad y estabilidad". Por ahora, dice Cerimagic, Washington da algo de oxígeno a Sarajevo, pero la Casa Blanca siempre puede dar a Dodik la impunidad necesaria para comprometer de nuevo la seguridad del país.