El presidente que dijo que declararía la independencia si Trump ganaba
El triunfo republicano en Washington da alas a los nacionalistas serbios de Bosnia
BarcelonaEl día que se supo que Donald Trump sería el nuevo presidente de Estados Unidos, el palacio presidencial de la República Srpska, una de las dos entidades que conforman Bosnia y Herzegovina, se iluminó con los colores de la bandera estadounidense y la cara del líder republicano. El responsable de la decisión era Milorad Dodik, el presidente de esa entidad con intenciones secesionistas, que también organizó una fiesta con motivo de la victoria del magnate estadounidense.
"Como la embajada de Estados Unidos en Sarajevo no ha organizado celebración alguna por la victoria de Donald Trump, me he encargado de hacerlo como presidente de la República Srpska", escribió el serbobosnio en una de las siete publicaciones a X dedicadas a Trump esa noche. Antes de la celebración, Dodik compareció con una gorra de béisbol roja, emulando la imagen MAGA del republicano, frente a sus seguidores, que se habían agrupado en el palacio presidencial en Banja Luka, la capital. "Para la República Srpska y para mí personalmente, la victoria de Trump simboliza un regreso a los valores que amamos: la familia, la libertad de elección y el derecho a preservar las tradiciones", aseguró.
Este líder nacionalista y pro-ruso ha dominado la política bosnia desde 2006, fecha en la que se convirtió en primer ministro de la República Srpska. Desde entonces no ha dejado de ostentar cargos de mucha relevancia: ha sido 10 años presidente de este territorio y presidente serbio de Bosnia –la federación de Bosnia Herzegovina tiene una presidencia tripartita con representación de un serbobosnio, de un croata y de un bosnio musulmán.
Al igual que Trump, Dodik se presenta ante sus seguidores como un líder perseguido injustamente por el poder judicial y comparte con el republicano el modelo de liderazgo: "Dodik gobierna de forma autocrática. No respeta ni los derechos humanos ni la libertad de expresión ni los medios de comunicación [...] y equipara a las instituciones consigo mismo", afirma al ARA Tanja Topic, analista de la fundación alemana Friedrich Ebert en Banja Luka.
Sus mandatos han estado marcados por intentos de bloqueo de las instituciones democráticas y por un discurso secesionista. El año pasado, de hecho, afirmó que "declararía la independencia" si Trump volvía a la Casa Blanca. Un aviso de que hay que "tomarse en serio", según Topic. Para esta analista, la victoria electoral de Donald Trump ha dado un nuevo impulso a la propuesta de secesión de Dodik: "Está esperando el momento adecuado para llevar a cabo su amenaza", alerta.
Una paz inestable
Los Acuerdos de Dayton que acabaron con la guerra de Bosnia establecieron una división territorial en dos entidades –una de mayoría serbia, la República Srpska, y la otra de mayoría croata y musulmana, la Federación de Bosnia y Herzegovina– y uno organismo internacional encargado de supervisar el cumplimiento de los acuerdos de paz. Esta oficina está encabezada por la figura del alto representante, una figura que Dodik no reconoce y que incluso ha denunciado a los tribunales. Amparándose en esta anomalía democrática, la estrategia política de Dodik ha consistido en "demostrar que Bosnia y Herzegovina es un estado fallido y que no puede existir", explica Topic. Por tanto, "la conclusión lógica de su política destructiva es que la República Srpska no tiene más remedio que separarse", añade.
El movimiento más evidente en este sentido se produjo en octubre del 2021, cuando Dodik anunció que la República Srpska se retiraba de todas las instituciones clave del estado tripartito de Bosnia –incluido el ejército, la justicia y la hacienda– para crear otras propias. Esta desvinculación fue considerada como una secesión de facto y fue castigada con sanciones por parte de Estados Unidos y Reino Unido.
De hecho, la victoria de Trump no fue la única noticia que recibió el líder serbobosnio de Estados Unidos el 6 de noviembre. Ese día también se emitió una notificación informando de que se ampliaban las sanciones de Washington que pesan contra él y su red –familia, amigos y empresas– desde el 2017 por corrupción y obstruir la implementación de los acuerdos de paz. Éste es el motivo principal que justifica el apoyo de Dodik a Trump: espera que le retire o le reduzca las sanciones, explica al ARA Berta López Domènech, analista especialista en los Balcanes en el European Policy Centre.
La irrupción de Trump en el escenario mundial y su pasividad por intervenir en política internacional dibuja un mundo en el que la República Sprska que imagina Dodik es más viable. Por un lado, la buena sintonía entre Trump y Putin puede dar manga ancha al presidente serbobosnio, el hombre fuerte del Kremlin en la región. Por otra parte, Dodik espera que la buena relación del republicano con Belgrado –el yerno de Trump ha iniciado grandes proyectos de inversión en la capital serbia– le favorezca. Y por último, y más relevante, los secesionistas serbobosnios esperan que la administración Trump decida desvincularse de la política bosnia y abandonar el rol que tienen en la oficina del alto representante: "Bosnia depende del papel internacional de la UE y de EEUU. Por eso es tan peligroso que Washington decida retirarse", constata López.