Europa

La ciudad belga de Gante recomienda a los ciudadanos comerse los árboles de Navidad

La agencia pública de alimentos alerta de que la mayoría de árboles de Navidad no son comestibles porque se tratan con pesticidas

Captura de la página web del ayuntamiento de Gante
Adrià Riera López
08/01/2025
2 min

BarcelonaLa conciencia medioambiental empieza a ser omnipresente en el día a día de las casas y las mentes europeas, con reiterados intentos de dar una segunda vida a los bienes de consumo reciclándolos o reconvirtiéndolos de diversas maneras. Pero a veces la fijación por la sostenibilidad puede volverse peligrosa. Un ejemplo es el del ayuntamiento de la ciudad belga de Gante, conocida por tener una política ecologista pionera, que publicó un artículo en la página web oficial del municipio como parte de una campaña en la que planteaba varias opciones para reciclar los árboles de Navidad.

La confusión saltó cuando la población vio que el consistorio de Gante indicaba que una de las opciones para reaprovechar el árbol Navidad una vez pasadas las fiestas era utilizar las hojas para hacer sopa; por tanto, aprovecharlo como alimento comestible. La idea está inspirada en una receta tradicional escandinava, y el ayuntamiento belga la promocionaba de forma contundente: "Los escandinavos comen árboles de Navidad". Además, el Ayuntamiento también plantea la posibilidad de que, hervidas las hojas, se coman sobre una tostada de pan con mantequilla, una propuesta que en la web está acompañada de una imagen de una madre y una hija dispuestas a comer -ne. "De esta forma tu árbol de Navidad no es un residuo al 100%", aseguraba el municipio, ya que "tirar la comida es una vergüenza".

En el norte de Europa la producción y adquisición de abetos es una práctica generalizada en la mayoría de las familias que celebran Navidad, y concretamente Bélgica es el segundo exportador de árboles de Navidad de Europa, una industria que genera unos 35 millones de euros anuales según datos de la Comisión Europea.

Imagen panorámica de la ciudad belga de Gante

Un peligro de salud pública

El artículo, que sigue publicado en la página web municipal, ha provocado una respuesta rápida y crítica por parte de la Agencia Federal de Alimentos (FASFC) de Bélgica, que ha alertado de los peligros para la salud pública que conllevan estas recomendaciones .La cuestión es que la gran mayoría de los abetos que se comercializan no provienen de bosques y entornos naturales, sino de macroproducciones agrarias donde se rocian los árboles con pesticidas y diversos productos químicos para preservar su aspecto decorativo a largo plazo y protegerlos de las plagas. la FASFC. La agencia explicaba que estos abetos se tratan químicamente con una práctica intensiva para evitar los pulgones –pequeños insectos que chupan la savia de los árboles y los destruyen lentamente–, y que ingerir los pesticidas con los que se combaten puede tener "consecuencias graves, incluso fatales"

Ahora bien, el caso es que las hojas de los abetos sí comestibles y pueden potenciar el gusto de varios platos. pueden utilizarse para hacer salsas como mayonesas, aceites y vinagres, acompañar ensaladas o servir como especie, e incluso para aromatizar la cerveza. Por eso, la FASFC recalca la importancia de tener en cuenta la procedencia del abeto y distinguir entre producción ecológica o industrial.

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