Reino Unido

Guerra abierta entre Rishi Sunak y Boris Johnson

Se acusan mutuamente, uno de pedirle que rompa con las convenciones políticas; el otro de decir todo tipo de "disparates"

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Rishi Sunak, ministro del Tesoro británico, y Boris Johnson, en una imagen reciente.

LondresEl generalmente discreto Rishi Sunak ha dicho basta y ha cargado duramente contra Boris Johnson, acusándole este lunes de pedirle que rompiera con las convenciones de la política británica. De acuerdo con su relato, Johnson quería que el premier revirtiera un dictamen de la Comisión de Nombramientos de la Cámara de los Lords, que ha vetado ocho de los nombres de la lista de aliados y colaboradores más cercanos que el ex primer ministro elevó al gobierno para que fueran recompensados con el título de lord o dame y entraran a la cámara de no electos del Parlamento. Es costumbre que cada primer ministro que abandona Downing Street proponga una serie de nombres al nuevo ejecutivo para recompensar servicios o fidelidades prestadas.

"Boris Johnson me pidió que hiciera algo que no estaba preparado a hacer, porque pensaba que no era correcta: o bien anular lo que había decidido la Comisión de Nombramientos o hacer promesas a una serie de personas [que serían propuestos para la Cámara de los Lords en un futuro]. Y no estaba preparado para hacerlo. Como he dicho, no me parecía correcto. Y si esto no le gusta a la gente, pues mala suerte", ha comentado Sunak, en las preguntas posteriores a una comparecencia en la que ha abordado los retos de la inteligencia artificial.

Johnson solo tardó unas pocas horas en contestarle. "El primer ministro está diciendo un montón de disparates. Para honorar los nombramientos no era necesario anular [el dictamen de la Comisión de Nombramientos]; solo con que revisaran la verificación, cosa que es un trámite". Uno de los motivos por los que la Cámara de los Lords ha vetado algunos de los nombres propuestos es que habían manifestado la intención de no renunciar al escaño de diputado para sentarse en la Cámara de los Lords en un plazo mínimo de seis meses.

Mala mar

La mala mar entre los dos referentes del paisaje conservador británico se remonta a primeros del julio pasado, cuando Sunak, entonces ministro del Tesoro de Boris Johnson, dimitió, cosa que precipitó el hundimiento del mismo gobierno del que formaba parte y forzó así la caída y rendición del hasta entonces líder tory, asediado desde hacía meses por el progresivo escándalo del Partygate.

Pero a lo largo del fin de semana los acontecimientos se han precipitado. El viernes, a última hora, Johnson hacía pública la renuncia inmediata a su escaño de parlamentario, una vez tuvo un adelanto del veredicto –muy desfavorable– del Comité de Privilegios de los Comunes sobre la mencionada investigación en relación con las fiestas a Downing Street durante la pandemia, y sobre si Johnson mintió o no al Parlamento cuando aseguró que no sabía nada.

El Times avanza esta mañana de martes que el Comité ha concluido que Johnson mintió deliberadamente a la cámara de los comunes y también trató de confundir a los mismos miembros del panel, mientras prestaba declaración bajo juramento. La letra exacta del pronunciamiento no se conocerá hasta este miércoles. Las conclusiones están en la misma línea de un primer informe de la alta funcionaria Sue Gray, publicado el mayo del año pasado, sobre la responsabilidad de las fiestas en Downing Street.

Uno de las fotos que han servido para inculpar a Johnson, en este caso de la despedida de su director de comunicaciones, el 13 de noviembre de 2020.

Además, Johnson acompañó el anuncio de su marcha –que ha hecho efectiva el lunes a última hora– con un comunicado de mil palabras en el que cargaba contra todo el mundo: contra el Comité de Privilegios –que ha tildado de llevar a cabo una "farsa de juicio"; kan garoo court, ha dicho en el término inglés–, contra el primer ministro, del cual insinuó que, en todo caso, también tomó parte en las supuestamente inexistentes fiestas, y, en una nueva pirueta populista, contra los antibrexiters que, en última instancia, quieren revertir la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Solidarios con Johnson

Y aún horas antes de que el ex primer ministro dejara caer el viernes su bomba, dos de los ocho vetados en la Cámara de los Lords, la diputada Nadine Dorries, exministra de Cultura de Johnson y una de sus defensoras más enconadas, y Nigel Adams, otro tradicional aliado del polémico premier, comunicaron que renunciaban al acta, bien por haber sido vetados por la Comisión de Nombramientos de la Cámara de los Lords o bien porque Downing Street se opuso, según afirman, a rectificar sus honores.

De repente, pues, y de manera inesperada, Sunak se ha encontrado con tres elecciones parciales –la ley electoral británica obliga a repetir las elecciones en cada distrito, en caso de renuncia o deceso del titular–, en unos momentos en ñps que las encuestas soplan muy en contra del gobierno, y cada paso por las urnas puede suponer la confirmación de que los días de los conservadores en Downing Street están contados.

La próxima prueba de fuego para la estabilidad del gobierno de Sunak llegará esta semana, una vez el dictamen sobre las supuestas mentiras de Johnson sea público, y se tenga que pronunciar la totalidad de la Cámara de los comunes. Con todo, es improbable que muchos más diputados sigan a Dorries y Adams en el camino de la dimisión, por solidaridad con Johnson.

Pero, sea como sea, un año después del hundimiento del político que consiguió ganar una mayoría de 80 diputados en diciembre de 2019, y que consiguió hacer realidad el Brexit después del periodo de incertidumbre y de tira y afloja de Theresa May, Johnson parece dispuesto a no permitir que su figura no haga sombra en el día a día de Downing Street.

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