Johnson vuelve a visitar Kiev y ofrece a Zelenski más ayuda militar

El 'premier' promete un programa de entrenamiento militar a los ucranianos para 10.000 soldados cada cuatro meses

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Boris Johnson con Volodímir Zelenski, a la llegada del 'premier' británico a Kíiv, este viernes por la tarde.

LondresUn día después de que cuatro líderes comunitarios –tres de los cuales, los motores de la Unión Europea: Alemania, Francia e Italia, más Rumanía– hayan visitado Kiev, y solo al cabo de unas pocas horas de que este viernes por la mañana la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, haya anunciado que Bruselas otorga a Ucrania y Moldavia el estatus de países candidatos al ingreso a la Unión Europea, el primer ministro británico, Boris Johnson, se ha plantado en la capital del país en visita sorpresa, como si temiera que Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Mario Draghi le tuvieran que robar el protagonismo occidental a la hora de mostrar el apoyo incondicional en Ucrania.

Y, por si hubiera alguna duda, Johnson ha explicitado: "En las circunstancias actuales, en las que continúa un asalto bárbaro contra personas totalmente inocentes [y vemos como] pueblos y pueblos se reducen a escombros, y continuamos viendo el objetivo deliberado de civiles, lo que sin duda es un crimen de guerra, entiendo completamente por qué vosotros y vuestro pueblo no podéis tener ningún compromiso con Putin". Unas palabras que reafirman la posición del presidente Volodímir Zelenski, que ha tenido en Johnson uno o el más firme aliado desde antes, incluso, de que estallara el conflicto.

En la conferencia de prensa posterior al encuentro, Johnson ha informado de que el Reino Unido puede entrenar a las fuerzas de Ucrania. Y ha confirmado que Londres ofrecerá a las fuerzas ucranianas un importante programa de apoyo que tendría la capacidad de entrenar hasta 10.000 soldados cada 120 días. "Mi visita de hoy, en las profundidades de esta guerra, es mandar un mensaje claro y sencillo al pueblo ucraniano: el Reino Unido está con vosotros y estaremos con vosotros hasta que finalmente triunféis. A medida que los soldados ucranianos disparan misiles del Reino Unido en defensa de la soberanía de vuestra nación, también lo hacen en defensa de las mismas libertades que damos por hecho. Es por eso que he ofrecido al presidente Zelenski un nuevo programa de entrenamiento militar importante que podría cambiar la ecuación de esta guerra, aprovechando la más poderosa de las fuerzas, la determinación de Ucrania de ganar".

¿Derrota y humillación?

Johnson también ha asegurado: "Haremos todo lo posible para continuar reforzando la coalición diplomática en apoyo de Ucrania en todo el mundo. Trabajaremos juntos para liberar el grano, como dices, con razón, que está siendo rehén ahora mismo de Putin, que está privando a la gente de todo el mundo de los alimentos que necesitan. Por supuesto, continuaremos como hemos hecho desde el principio para proporcionar el equipo militar que necesitéis, porque vosotros, el pueblo ucraniano, seréis capaces de expulsar al agresor de Ucrania. Y este será el momento de las conversaciones sobre el futuro. Y será en este contexto de una Ucrania libre en la que nosotros y otros países asumiremos los compromisos y garantías de seguridad de los que hemos hablado tan a menudo".

En otras palabras, si Zelenski tiene de vez en cuando dudas sobre si empezar a hablar con Rusia sobre una frágil paz, impuesta a golpe de misiles y cañones, si la UE se aparta de la determinación británica de "derrotar" a Rusia, el Reino Unido continuará junto a Ucrania ofreciéndole "la estratégica resistencia" que necesita Zelenski. Unas palabras que quizás contrastan con las suficientes conocidas del presidente francés, Emmanuel Macron, según las cuales no "se puede humillar a Rusia".

La visita de Johnson a Kiev, la segunda desde que empezó la guerra –la primera tuvo lugar en abril–, ha constituido una sorpresa tanto para los ucranianos como para los británicos. De hecho, Johnson ha cancelado un anunciado viaje a Doncaster, al norte de Inglaterra, donde tenía un encuentro con militantes conservadores en el corazón de una circunscripción clave de Red Wall, los distritos tradicionalmente laboristas del norte de Inglaterra que Johnson ganó en 2019. La próxima semana tiene lugar una elección parcial fundamental para medir la popularidad del primer ministro en los territorios que le dieron la victoria hace dos años y medio.

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