Suiza

La neutral Suiza se adapta a una Europa en guerra

El aumento de las tensiones geopolíticas en el continente ha llevado al país a flexibilizar sus políticas de seguridad

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Un soldado suizo frente a una bandera suiza en una imagen de archivo.

BarcelonaEl jefe nacional de armamento suizo, Urs Loher, firmó la semana pasada la solicitud de adhesión a la Iniciativa del Escudo del Cielo de Europa (ESSI, por sus siglas en inglés). El plan, lanzado por Alemania en 2022, pretende reducir costes para los países coordinando la compra de sistemas de defensa aérea y de misiles como el sistema de misiles Patriot. Los estados miembros de la iniciativa son Bélgica, República Checa, Dinamarca, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania y la fundadora, Alemania. A partir de ahora los integrantes del programa tienen dos meses para dar su consentimiento o expresar reparos sobre la adhesión de Suiza. El movimiento del país helvético se enmarca en el contexto de tensión geopolítica creciente en Europa, a raíz de la invasión rusa de Ucrania. El acercamiento del país a las posiciones de la OTAN y el distanciamiento de la tradicional neutralidad es cada vez más evidente.

La política exterior de seguridad suiza se basa en la neutralidad: no tomar partido en los conflictos armados de terceros países. La neutralidad se estableció oficialmente en el Congreso de Viena en 1815 y se confirmó pocos meses después en el Tratado de París del mismo año. Aun así, algunos historiadores fijan el inicio de la neutralidad en su aplicación de facto después de la batalla de Marignano, en 1515.

Con los años, el país helvético se ha ido adaptando a distintos conflictos internacionales. Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, así como durante la Guerra Fría, Suiza logró mantener su estatus de neutralidad transmitiendo la imagen de un país que podía acoger cumbres de paz y mediar en los conflictos.

En 1993 el país cambió la doctrina al anunciar que sustituiría el concepto tradicional de "seguridad a través de la neutralidad y la independencia" por el de "seguridad mediante la cooperación". Esta nueva versión de neutralidad es la que se ha ido utilizando en los últimos años en los que la implicación de Suiza en los desafíos internacionales cada vez ha sido mayor.

Un avión armado suizo ofreciendo defensa aérea durante el Foro Económico Mundial en Davos en el 2023.

Efectos de la guerra en Ucrania

Cuando Rusia anexionó la península de Crimea en 2014, Suiza no se alineó con la Unión Europea y Estados Unidos en la aplicación de sanciones al régimen ruso. En cambio, con el ataque ruso sobre Ucrania en febrero del 2022, el país helvético sí sancionó a Rusia. Algunas voces críticas, incluido el Kremlin, aseguraron que la imposición de sanciones suponía el fin de la histórica neutralidad suiza. Pero el hecho es que Berna ya había aplicado sanciones antes, como en el caso del régimen de Sadam Husein de Irak en los años 90. Expertos como Jean-Marc Rickli, jefe de riesgos globales y emergentes del Centro de Política de Seguridad de Ginebra , explica al ARA que "las sanciones económicas no forman parte de la neutralidad".

Aun así, en los últimos meses al gobierno suizo no le ha temblado el pulso por negarse a enviar armamento a Ucrania. No sólo en enviar las armas que se fabrican en su territorio, sino también que otros países se las compren y las reexporten para hacerlas llegar al ejército de Zelenski. En este sentido, ha denegado peticiones de Alemania, España y Dinamarca de acuerdo con la Ley de Material de Guerra, que estipula que "las solicitudes de exportación de material de guerra no se autorizarán si el país de destino está implicado en un conflicto armado interno o internacional". Esta negativa destapó los recelos de los aliados europeos que ven la posibilidad de una guerra de la OTAN con Rusia en Europa cada vez más cerca. Ante este escenario, Suiza debía decidir si se mantenía firme en su posición o se abría a realizar cambios en sus políticas de seguridad.

Reforma militar

Hace un mes el país salió de dudas. Después de la conferencia por la paz para Ucrania celebrada a orillas del lago de los Cuatro Cantones, en Suiza, el Consejo Nacional inició el esperado proceso que puede terminar en la flexibilización de la Ley de Material de Guerra. Apoyó el levantamiento de la prohibición total de las reexportaciones de armas a países en guerra. Suiza ha intentado hacer ver que el estallido de la guerra en Ucrania no ha afectado a su posición de neutralidad, pero, como explica Rickli, "la revisión de la ley de exportaciones se ha desatado a raíz de la posición que adoptó Suiza en la guerra de Ucrania" y, de facto, por el enfado de los aliados.

"Esta ley no forma parte de la Ley de la Neutralidad", sentencia Rickli, quien explica que "el proyecto que se está presentando ahora es muy restrictivo". De hecho, la reforma incluye la obligatoriedad de revisar caso por caso las licencias de exportación. Además, los países que podrían realizar la reexportación de armas suizas a otro país deberían compartir valores con el país helvético. Ahora este proyecto de reforma debe aprobarse en las dos cámaras del Parlamento y, en caso de que se recogieran firmas suficientes, podría someterse a referéndum. Por tanto, tal y como detalla el experto del Centro de Política de Seguridad de Ginebra "no veremos armamento suizo en Ucrania pronto".

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