El preludio de la Tercera Guerra Mundial o una exageración: la UE, dividida en el tono bélico

Los socios de Europa del Este instan a prepararse para un gran conflicto con Putin y los del sur quieren rebajar la alarma

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La Unión Europea, dividida.

BruselasLa Unión Europea no es ni ha sido nunca un bloque completamente homogéneo, y tampoco lo es respecto a la guerra de Ucrania y sobre qué peligro puede suponer el imperialismo del régimen de Vladimir Putin. En este sentido, también existen dos grandes almas: la de Europa del Este, que por cuestiones de proximidad geográfica e histórica nota más cerca el aliento de las tropas rusas; y la del sur del continente, que mantiene un tono más pacifista y ve la involucración directa en una gran guerra como posibilidad lejana.

Las dos sensibilidades se hacen más que evidentes en el tono del lenguaje bélico de los últimos días. Por un lado, los dirigentes de países como Polonia o Estonia alertan de que el bloque comunitario se encuentra en el preludio de una Tercera Guerra Mundial y que, por tanto, es necesario prepararse, tanto mentalmente como en cuanto a recursos. "La duda es cuándo empezará la próxima guerra", dijo en la cumbre europea del pasado jueves la primera ministra estonia, Kaja Kallas, que antes ya había avisado de que "para evitar una Tercera Guerra Mundial" es necesario "que Rusia pierda en Ucrania" .

Y, por otra, ves como la del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se han mostrado críticas con este tipo de vocabulario, como con querer crear una "economía de guerra" o dar por hecha la llegada de la Tercera Guerra Mundial si las tropas rusas invaden Ucrania. De hecho, el primer ministro polaco, Donald Tusk, explicó en una entrevista a El País que en el anterior encuentro de los jefes de estado y de gobierno de los Veintisiete el líder socialista hizo saber su malestar a sus homólogos con el aumento del tono bélico de la UE. Además, Sánchez dijo que en España el sentirse amenazado por una guerra "suena abstracto" y que el dirigente de Polonia, a su juicio, le respondió taxativamente. "En mi parte de Europa la guerra ya no es una abstracción. Debemos actuar y prepararnos para defendernos", dijo.

Sin embargo, Sánchez es más bien la excepción. Por ejemplo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en un primer momento apostó por mantener los puentes de diálogo abiertos con Putin y, pese a dirigir la gran potencia militar de Europa, no ha sido el Estado miembro, ni mucho menos, que ha entregado mayor apoyo militar a Ucrania. Sin embargo, en los últimos meses ha dado un giro de 180 grados y, en la voluntad de erigirse ahora en el más acérrimo aliado de Volodímir Zelenski, incluso ha abierto la puerta a enviar tropas de la OTAN a Ucrania.

En la misma línea, aunque sin hacer tanto ruido como Macron, Alemania ha sido el socio europeo que más apoyo militar ha suministrado a Kiiv, y el que más presiona al resto de Estados miembros para que incrementen su compromiso con Ucrania. De este modo, el mayor país de la UE ha dejado atrás el tono eminentemente pacifista que había tenido desde el final de la Segunda Guerra Mundial: es uno de los aliados de la OTAN que se están rearmando más rápido y están llevando a cabo una reestructuración de su ejército para que realmente esté preparado para hacer la guerra.

La UE rompe el tabú en Defensa

Más allá de los dirigentes estatales de Europa del Este, el global de líderes de las instituciones europeas también han roto el tabú pacifista en materia de Defensa de la UE y se acercan más a los posicionamientos de Tusk o Kallas que al de Sánchez. Bruselas quiere potenciar el rearme del bloque comunitario para prepararse para una potencial guerra y la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció en el Parlamento Europeo, y con un tono de mitin electoral, una gran compra conjunta de armas, como se hizo con las vacunas o el gas. Y el comisario de Mercado Interior e Industria, Thierry Breton, ha llegado a decir más de una vez que quiere poner en marcha "una economía de guerra".

En la misma línea, la candidata a las elecciones europeas del próximo 9 de junio del Partido Popular Europeo (PPE) también prometió que, si revalida su mandato al frente del ejecutivo comunitario, creará la figura de comisario de Defensa. Sin embargo, algunos dirigentes, como el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, han puesto el grito en el cielo ante esta propuesta, sobre todo porque Defensa es competencia exclusiva de los estados miembros, y han optado por rebajar el alarmismo bélico.

Otra voz que proviene del sanchismo, la exvicepresidenta del gobierno español y actual presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño, tampoco acaba de sentirse cómoda en la petición que le han hecho la Comisión Europea y los estados miembros de cambiar los estatutos de la entidad que lidera, que es el gran brazo financiador de la UE, para que pueda impulsar la inversión a escala comunitaria de la fabricación de armas.

De hecho, el hecho de que la UE se plantee cambiar la normativa del BEI para redirigir los fondos previstos para la transición energética hacia la remilitarización del bloque comunitario desagrada a algunos socios europeos que geográficamente se ven más lejos de las grapas de Putin . Y, de alguna forma, constata las diferencias internas de la UE en cuanto a la sensación de peligro. "A nosotros, sinceramente, nos preocupa más el cambio climático que los gritos de alarma de una potencial Tercera Guerra Mundial", admite un diplomático de un país del sur de Europa.

"Enviar defensas aéreas a Ucrania de forma urgente"

Con lo que sí se pusieron de acuerdo los Veintisiete en la cumbre europea de este miércoles y jueves es con "la necesidad de enviar de forma urgente defensas aéreas a Ucrania", según se recoge en las conclusiones acordadas entre los socios europeos. En la misma línea, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció que los aliados atlánticos se habían comprometido a enviar ese tipo de material militar e incluso ya habían hecho inventario de los que tenían disponible y podían suministrar en Kiev a corto plazo.

En este sentido, ya se han identificado, por ejemplo, baterías Patriots, que tienen España, Rumanía, Grecia, Países Bajos o, entre otros, Alemania, que ya anunció que enviaba esta semana. También se prevé que se envíen de los tipos SAMP/T, que utiliza Francia.

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