Francia

Los socialistas apoyan al nuevo gobierno francés y rompen la alianza de la izquierda

El primer ministro salva la primera moción de censura en la Asamblea

El primer ministro de Francia, François Bayrou, este jueves en la Asamblea Nacional.
16/01/2025
3 min
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ParísEl nuevo primer ministro francés, François Bayrou, ha logrado lo que hacía tiempo que el presidente Emmanuel Macron perseguía: dividir a los partidos que forman parte de la alianza de las izquierdas, el Nuevo Frente Popular (NFP), y romperla definitivamente. Llevaba meses agrietada, pero este jueves la alianza saltó por los aires después de que los socialistas hayan declinado votar a favor de la moción de censura contra el nuevo gobierno. "El Partido Socialista fractura al NFP. Pero capitula solo", ha certificado el líder de Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, en un mensaje a X.

La moción presentada por los insumisos y los ecologistas, la primera contra Bayrou, no tenía opciones de salir adelante aunque los socialistas hubieran apoyado –habría sido necesario también que se sumara la extrema derecha–, pero el hecho de que el partido liderado por Olivier Faure haya preferido no ir contra el gobierno, como sí han hecho sus socios de izquierda, cambia las cosas. El aval de los socialistas en el gobierno de Bayrou, en minoría en la Asamblea, es una victoria que se apunta el nuevo primer ministro, que se había puesto como objetivo no depender de la extrema derecha. Y el único camino para ello es encontrar el apoyo de los socialistas.

"Se abre otro camino para un acuerdo que permita construir un futuro diferente", se felicitó Bayrou este jueves. El primer ministro ha logrado la confianza de los socialistas después de haber hecho algunas concesiones, como por ejemplo revisar la reforma de las pensiones impulsada por el presidente de la República, Emmanuel Macron. La ley, que alargaba la edad de jubilación de los actuales 62 años a los 64 (progresivamente, no se llegará hasta el 2030), fue aprobada hace casi dos años sin someterse a votación en la Asamblea y después de semanas de protestas en la calle. Bayrou no ha querido suspender la ley, pero ha aceptado realizar cambios. Este viernes comienzan las negociaciones.

El primer ministro ha acabado de convencer a los socialistas con otras promesas de cara a los presupuestos de este año, la primera gran ley que deberá negociar el nuevo ejecutivo. Sólo una hora antes de la votación, François Bayrou ha enviado un documento a los socialistas en el que se comprometía a eliminar de los presupuestos algunos de los puntos más polémicos que había incluido el anterior gobierno: la supresión de 4.000 profesores así como la reducción de los reembolsos de medicamentos y de las visitas al médico. También se compromete a mantener el aumento de impuestos para los más ricos.

Los presupuestos, el gran examen del gobierno

El apoyo de los socialistas al primer ministro ante la moción de censura es solo un primer paso, pero Bayrou está ya claramente buscando el aval del partido en los presupuestos. El futuro del nuevo gobierno depende directamente de si logra el apoyo parlamentario para su aprobación. La izquierda –incluidos los socialistas– y la extrema derecha ya han advertido de que si el ejecutivo opta por aprobarlos por decreto, habrá otra moción de censura para derribarlo.

Aunque ha salvado la primera bola de partido, Bayrou no tiene garantizado el apoyo de los socialistas ni a corto ni a medio plazo. La confianza es todavía frágil y el Partido Socialista vive con una enorme tensión interna su apoyo parlamentario al ejecutivo. La formación está dividida ante la conveniencia o no de situarse junto a Bayrou y pulverizar la alianza con los demás partidos de izquierdas. El grupo parlamentario estuvo reunido la noche del miércoles sin llegar a ninguna conclusión definitiva y también se ha reunido este jueves por la tarde. Sólo unos minutos antes del inicio de la sesión en la Asamblea han anunciado que no votarían a favor de la moción. Ocho de los 66 diputados socialistas se desmarcaron y sí votaron la moción.

Los otros partidos del Nuevo Frente Popular –insumisos, ecologistas y comunistas– han incidido en el "aislamiento" de los socialistas y han dejado claro que continuarán unidos, que la alianza no se rompe, es el partido socialista quien se ha descolgado. "Vamos a continuar la lucha", ha afirmado Mélenchon. El NFP fue forjado para hacer frente común de la izquierda frente a la derecha y la extrema derecha en las elecciones legislativas de junio del año pasado, pero desde el principio las desavenencias entre las formaciones se han hecho evidentes. El apoyo de los socialistas al gobierno supone, muy probablemente, la estocada final en la alianza de todas las izquierdas en Francia.

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