El camino hacia la plena soberanía

El Tribunal Supremo de Reino Unido veta el segundo referéndum de independencia de Escocia

Los cinco jueces rechazan el plebiscito a pesar de que solo sería consultivo, no tendría consecuencias prácticas ni afectaría a la unidad del estado

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Manifestació en pro de la independencia de Escocia

LondresEscocia no podrá celebrar, de momento, un segundo referéndum de independencia, al menos sin contar con el permiso de Westminster. El Tribunal Supremo de Reino Unido así lo ha dictaminado por unanimidad este miércoles, en un esperado veredicto sobre el caso que en junio presentó el gobierno de Edimburgo. Se rompe así la estrategia planteada por Nicola Sturgeon, la jefa del ejecutivo autónomo y líder del Partido Nacional Escocés (SNP), que con la consulta al Supremo sobre si el Parlamento de Holyrood podía convocar un plebiscito "estrictamente consultivo" había intentado forzar al máximo órgano judicial del país a abrir una vía legal para superar las continuas negativas del gobierno de Londres para facilitarlo.

De hecho, la muy arriesgada opción de Sturgeon de implicar al Supremo ha acabado, al menos en un primer momento, en un tiro en el pie. Es la opinión que expresa Daniel Cetrà, politólogo catalán especialista en asuntos constitucionales de Reino Unido, formado en Edimburgo durante once años, y ahora en la Universitat de Barcelona. "No ha habido sorpresas. Lo que me ha chocado es la rotundidad del pronunciamiento del Supremo, en el sentido de que el Parlamento de Edimburgo no tiene competencias relativas a la independencia de Escocia". La relevancia del veredicto, además, es que subraya que "no hay una vía legal para la independencia escocesa", sin la luz verde de Londres.

En este sentido, la primera ministra Sturgeon ya ha hecho pública una primera reacción, a través de las redes sociales. "Pese a que estoy decepcionada [por el veredicto del Supremo], respeto la decisión. Pero el Tribunal Supremo de Reino Unido no hace la ley, solo la interpreta. Una ley que no permite a Escocia escoger su propio futuro sin el consentimiento de Westminster hace que sea un mito cualquier noción de Reino Unido como una asociación voluntaria y justifica la independencia. No negarán la democracia a Escocia. La sentencia de hoy bloquea una vía para escuchar la voz de Escocia sobre la independencia, pero en una democracia nuestra voz no puede ser ni será silenciada".

Sea como sea, el tribunal se ha inclinado a que las cuestiones relacionadas con la Constitución, incluida la unión entre Escocia e Inglaterra, estén reservadas al Parlamento de Reino Unido, de acuerdo con la ley que aprobó la creación de la cámara legislativa escocesa en 1999. Por lo tanto, aunque el plebiscito fuera solo consultivo, el Supremo considera que el resultado del hipotético referéndum quizás no tendría consecuencias legales pero sí "consecuencias prácticas". Además, rehúsa el argumento de que el pueblo escocés tenga el derecho a la autodeterminación, de acuerdo con la ley internacional, porque no es un "pueblo oprimido".

De momento, entonces, una vez más, el SNP ve cómo su promesa electoral, recogida en el programa de las elecciones de 2021, de que los escoceses se volverían a pronunciar sobre su futuro se ve bloqueada.

La petición independentista cobró nueva relevancia a raíz de la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Escocia votó mayoritariamente en contra del Brexit (62% a favor de quedarse en la Unión Europea), pero aún así se ha visto arrastrada a salir, una de las amenazas que el lado unionista había lanzado contra el independentismo.

En octubre, los representantes tanto del gobierno escocés como del británico expusieron sus argumentos en el alto tribunal, que anunció que quizás tardaría meses en tomar una decisión, considerando las 8.000 páginas de argumentos legales. Por esta razón, el hecho de que apenas hayan pasado cuarenta días desde la vista hacía pensar a la mayoría de analistas, algunos de los cuales habían sido consultados por el ARA, que la decisión sería contraria a los intereses de Edimburgo. Y, efectivamente, Robert Reed, el presidente del Supremo, un juez escocés, ha hecho pública la sentencia en contra de los planes del gobierno de Sturgeon.

A pesar del veredicto contrario al gobierno de Sturgeon leído por Reed, la cuestión de la independencia y de cómo Escocia tiene que poder volver a decidir su futuro, cuando la promesa del referéndum es referendada por la mayoría de los electores en las elecciones nacionales, se seguirá avistando sobre el paisaje político al norte del muro de Adriano.

Con independencia de la decisión del Supremo, este miércoles se han convocado catorce concentraciones en Escocia y cinco más en ciudades europeas para mostrar la voluntad de una parte de los ciudadanos del país de celebrar una consulta sobre su futuro constitucional y si tiene que continuar o no formando parte de Reino Unido.

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