La UE denuncia el "chantaje" de Putin con el gas, pero asegura que tiene alternativas

Von der Leyen avisa que se está preparando una respuesta coordinada para garantizar el suministro

5 min
La presidenta de la Comisión  Europea, Ursula von der Leyen, ayer.

BruselasEs un "chantaje inaceptable e injustificado", dice la Unión Europea después de que Rusia haya cortado unilateralmente el suministro de gas a Polonia y Bulgaria por negarse a pagarlo en rublos. Pero Bruselas asegura que está preparada, porque se lo veía venir. "No es una sorpresa", ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una comparecencia después de reunirse con el comité de coordinación de gas donde están representados todos los socios europeos. Según Von der Leyen, la UE está preparada. Polonia y Bulgaria recibirán envíos de gas de otros socios comunitarios y se intensifican todavía más los esfuerzos para reducir la dependencia de Rusia: "La era de los combustibles fósiles rusos en Europa se ha acabado", ha sentenciado.

En la capital belga la medida de Rusia se entiende como una "provocación", o incluso como una "agresión", en palabras del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y por eso la réplica ha sido institucional y contundente. Bruselas amenaza con una respuesta "inmediata, unida y coordinada" que no detalla, pero avisa a Putin que, si su intención es dividir a los Veintisiete, ha vuelto a "fracasar". Putin ha cortado el suministro de gas a Bulgaria y Polonia porque se han negado a pagar en rublos, una exigencia reciente del Kremlin que está viendo como la economía rusa se ahoga debido a las sanciones económicas millonarias que Occidente ha puesto en marcha.

El Gobierno polaco ha acusado a Moscú de "imperialismo gasista", pero ha insistido en que podrá hacer frente a ello. "Es un ataque directo a Polonia", ha defendido el primer ministro, Mateusz Morawiecki, en una comparecencia en el Parlamento a pesar de que ha asegurado que "Varsovia se ha estado preparando para este momento durante años". De hecho, ha ido más allá y ha afirmado: "A partir del otoño, Polonia no necesitará en absoluto el gas ruso. Afrontaremos este chantaje, con esta pistola en la cabeza y los polacos no lo notarán". Con las instalaciones de almacenamiento de gas al 76%, Morawiecki ha indicado que esto supone suficiente gas para cubrir seis semanas de uso y que, si suben las temperaturas, los suministros podrían durar más tiempo.

Aun así, el Kremlin ha rechazado las acusaciones de chantaje. "Las condiciones que se documentaron en el decreto del presidente [Putin], es decir, el nuevo método de pago, fueron causadas por pasos hostiles sin precedentes para la economía y el sector financiero realizados contra nosotros por países hostiles", ha argumentado el portavoz del Gobierno ruso, Dmitri Peskov, en la conferencia de prensa diaria. También ha dicho que Rusia se ha visto obligada a cambiar al pago en rublos debido a las nuevas restricciones. "Hemos tenido una cantidad importante de nuestras reservas bloqueadas, o robadas, por decirlo sencillamente. Todo esto ha requerido una transición a un nuevo sistema de pago", ha justificado Peskov, que ha recordado que las nuevas condiciones "se pusieron en conocimiento de los compradores con anterioridad".

¿Más sanciones?

Si la economía rusa no se ha asfixiado del todo es justamente gracias al gas y al petróleo que vende mayoritariamente en Europa y esta es la delicada carta que Putin está usando. Si no se ha aprobado un sexto paquete de sanciones en Europa es justamente porque no todos los estados europeos se pueden permitir dejar de comprar combustibles fósiles a Rusia. Países como Alemania, Austria, Italia, Hungría, Letonia, Polonia y Bulgaria son altamente dependientes. Hasta ahora, se han bloqueado activos bancarios, se han sancionado a centenares de personas y entidades o se ha vetado la exportación de diferentes productos, bienes y servicios, pero no se ha podido dejar de enviar millones de euros a Rusia a través de las facturas por su gas y petróleo. Sí que se ha hecho con el carbón, pero la magnitud de este negocio es muy inferior.

Este es el debate constante e intenso en Bruselas desde hace algunas semanas, que avanza en paralelo a los esfuerzos europeos de liberarse de la losa que representa la alta dependencia energética de Rusia. Ya antes de la guerra en Ucrania, Moscú empezó a utilizar este recurso energético como una herramienta geopolítica, reduciendo las reservas europeas de Gazprom a mínimos y encareciendo el precio del gas, lo que ha despertado conciencias en Europa, altamente dependiente de Rusia para calentar hogares y generar electricidad. Por eso, desde la Comisión se han buscado nuevos acuerdos con otros proveedores como Estados Unidos y Catar, no solo para asegurar alternativas a medio y largo plazo, sino también para poder responder en caso de que Moscú cierre definitivamente el grifo como ya ha hecho con Polonia y Bulgaria. Por ejemplo, en la última visita del presidente norteamericano, Joe Biden, Estados Unidos se comprometió a incrementar los envíos de gas licuado a Europa en un 68% este mismo año.

Importantes voces europeas como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, presionan en este sentido y creen que tarde o temprano se tendrá que dejar de comprar gas y petróleo a Rusia, pero mientras no se consiga Europa trabaja a marchas forzadas para buscar alternativas de suministro, como confirmaba esta misma semana el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, que aseguró que Alemania podría ser independiente del petróleo ruso "en cuestión de días" porque ha conseguido reducir la dependencia del 35% al 12% desde que empezó la guerra.

Entre la espada y la pared

Pero en la práctica todo es mucho más complicado. Europa está entre la espada y la pared. Según ha revelado este miércoles la agencia Bloomberg, ya son cuatro las compañías europeas que sí que han pagado el gas ruso con rublos. ¿Cómo lo han hecho si la Comisión Europea considera que es incumplir las sanciones impuestas? Pues porque Bruselas no considera que se vulneren si, en cambio, los compradores de gas europeos abren una nueva cuenta bancaria en Gazprombank y pagan en euros, dejando la conversión en rublos en manos de la entidad bancaria. Según Von der Leyen, los contratos estipulan los pagos en euros, pero, de nuevo, países altamente dependientes tienen las manos atadas. Alemania, por ejemplo, ya ha anunciado que lo hará así.

De momento, Europa se mantiene firme, promete que tiene alternativas para garantizar el suministro y replica a Putin que una medida como esta es pegarse un tiro en el pie porque le impide ingresar importantes cantidades de dinero. "Este movimiento solo es otro recordatorio de que tenemos que liberarnos de la dependencia energética de Rusia", ha remachado Von der Leyen, que prevé pronto una reunión extraordinaria de ministras de Energía para volver a tratar la cuestión.

¿Por qué Rusia necesita que se le pague en rublos el gas que exporta a Europa?

Desde el 1 de abril, Vladímir Putin ha exigido que el gas ruso vendido a países "hostiles" se pague en rublos. Este miércoles, finalmente, Gazprom ha cortado el suministro de gas a Polonia y Bulgaria. Pero ¿por qué Moscú necesita que se le pague en rublos? A raíz de la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero y las sanciones occidentales, el valor del rublo cayó drásticamente. En consecuencia, el Banco Central de Rusia se obligó a intervenir.

Con el comercio del rublo a niveles muy bajos, las exportaciones aportarían menos dinero para financiar la guerra de los que se esperaba anteriormente. Pero exigir a los países que paguen en rublos beneficia a la economía rusa y para la caída de la moneda.

Diferentes analistas también han especulado que los dólares y los euros son menos útiles para Moscú mientras las sanciones están en vigor. Pero, aun así, algunos expertos han sugerido que el cambio del sistema de pago tiene motivaciones políticas y quiere ser un signo de que Rusia intenta ejercer su control sobre Europa.

Este plan podría ser contraproducente si el Kremlin intenta insistir en que los contratos actuales en euros y dólares se cambien por rublos, puesto que esto incumpliría el protocolo internacional. "Incluso si un comprador está dispuesto a pagar en rublos, puede resultar bastante difícil teniendo en cuenta las sanciones impuestas en varios bancos rusos", ha dicho en un comunicado la ING Bank.

Los pagos en rublos son técnicamente posibles, puesto que las sanciones solo son parciales: un comprador occidental podría pagar euros o dólares en su banco, que, a su vez, los enviaría a un banco ruso y les pediría que pagaran a Gazprom en rublos. Pero no está claro si el Banco Central de Rusia tiene suficiente liquidez en rublos para permitir a los clientes europeos obtener la divisa rusa para hacer el pago.

stats