La Galería Nacional de Arte de Ucrania cambia los cuadros por ayuda humanitaria

El museo de Lviv, uno de los más grandes del país, trabaja las 24 horas del día para llevar ropa y alimentos a las zonas más castigadas

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Centro  de ayuda humanitaria que se ha mutado a la Galería Nacional de Lviv

Enviada especial a Lviv (Ucrania)En la Galería Nacional de Arte de Lviv ya no hay cuadros en las paredes. Este museo, uno de los más grandes de Ucrania, se ha reconvertido en solo unos días en un centro de reparto de ayuda humanitaria, un auténtico hormiguero donde se trabaja sin pausa, las 24 horas del día: cajas de comida, de ropa de abrigo, de zapatos, de medicinas o de pañales para los que sufren con más crudeza el ataque de las tropas rusas. Los más de siete mil cuadros y tres mil esculturas de la colección de la galería, que data del 1914 y que recoge los movimientos artísticos más significativos de Europa de los siglos XIX y XX, han sido embalados cuidadosamente y guardados en un lugar seguro, para preservarlos de la invasión rusa. Ahora en lugar de turistas hay voluntarios de todas las edades que clasifican la ayuda para enviarla a todo el país.

Enfundado en un chaleco amarillo, Yuri Popóvich, propietario de una empresa de software, ordena la llegada del material que aportan vecinos, tiendas y supermercados de la zona: cajas llenas de zapatos nuevos, montañas de pañales, galletas, agua, latas de conservas... "Lo clasificamos todo y desde aquí se envía a las ciudades que lo pasan peor: Járkov, Jerson, Kiev, Gostomel... y no es fácil, creo que los conductores son héroes". La explicación se corta cuando ve llegar una mujer con un bebé, y no puede evitar que se le humedezcan los ojos. "Lo ves, nuestros niños sufren. Estoy orgulloso de mi pueblo, que está unido y resiste, pero el precio es muy alto". En la sala de exposiciones de la planta baja todavía se ven las marcas de los cuadros que había colgados, obras de Jan Matejko, Artur Grottger y Wilhelm Leopolski. En su lugar ahora hay una montaña de zapatos, ordenados por tallas.

Natalia, que preside una asociación de ayuda a los huérfanos de soldados, también está ocupado haciendo cajas. Explica que han enviado un grupo a Catalunya, desde la semana pasada. La ayuda va a parar tanto a civiles como militares. Nos muestra unas redes de camuflaje fabricadas artesanalmente: "Las abuelas cortan tiras de ropa y las atan una a otra en las redes, así se pueden esconder nuestros soldados". Agradece la ayuda que ha llegado de fuera y se muestra convencida no con solo que ganarán la guerra, sino también de que se acabará pronto.

Guerra a distancia

En Lviv, la guerra se vive en la distancia y con angustia por los amigos y familiares que se encuentran bajo las bombas. "Pierdo el sueño por mis amigos que viven en Kiev, en Járkov o en otras ciudades. Intento estar siempre en contacto, o mirar qué publican en Twitter o en Telegram", dice Katerina, una estudiante de diseño de 19 años. En la ciudad, de 700.000 habitantes, la más grande de Ucrania occidental, no ha caído hasta ahora ninguna bomba, pero las sirenas suenan cada noche, se ha prohibido el consumo de alcohol a partir de las seis de la tarde y en los accesos se han establecido controles militares.

El material llega en furgonetas que ocupan el patio exterior, pero también mucha gente se acerca con bolsas a llevar botes de conserva o ropa. Una ochentena de personas esperan a las puertas del edificio del centro de Lviv: sobran manos. El personal de seguridad les pide que vuelvan más tarde, pero nadie se quiere mover y continúan esperando, con el carné de identidad en la mano.

Guerra en Ucrania

"En el centro de Ucrania tenemos una guerra contra Rusia, la gente está en los refugios y no tienen ropa ni comida. Vengo como voluntario, haré lo que haga falta", dice Oleg, un chico de 18 años que hace cola para entrar en la galería. Trabaja en una empresa de informática y explica que desde que empezó la invasión, ahora ya hace seis días, les han dado vacaciones para que puedan hacer de voluntarios. Dice que el ejército todavía no lo ha llamado a filas, pero está dispuesto a tomar las armas. "Nuestro ejército es fabuloso y tenemos el apoyo de muchos países", asegura. Aunque reconoce que no se esperaba la guerra, dice que están preparados.

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