El gobierno francés admite la derrota en las legislativas: "Será complicado gobernar"

Los partidos de la oposición reclaman la dimisión de la primera ministra, y Macron continúa en silencio

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El presidente francés, Emmanuel Macron.

ParísEl día siguiente de las elecciones legislativas francesas, el gobierno y el presidente, Emmanuel Macron, en estado de choque, intentan digerir este lunes el fracaso electoral. La coalición de Emmanuel Macron, Ensemble, solo obtuvo el domingo una mayoría simple en la Asamblea Nacional, una situación que puede provocar una parálisis política. En un país poco acostumbrado a los pactos parlamentarios, una cámara sin ninguna mayoría clara puede tener como consecuencia el bloqueo. "Ingobernable", titulaba Le Parisien. "El bofetón", escribía en la portada el diario de izquierdas Libération para describir gráficamente el resultado de las elecciones para el presidente de la República.

"Será complicado gobernar –admitía este lunes la portavoz gubernamental, Olivia Gregoire–. Hará falta imaginación, audacia y apertura para convencer a socios moderados". Es prácticamente el único miembro del ejecutivo que ha hablado públicamente, y lo ha hecho para reconocer que al presidente de la República le espera un nuevo quinquenio difícil. Macron y la primera ministra, Élisabeth Borne, han comido juntos en el Elíseo para examinar los resultados, pero no ha trascendido ninguna información ni imagen. A la cita también han asistido los líderes de las otras formaciones de Ensemble, el centrista François Bayrou y el ex primer ministro Edouard Philippe.

Algunos medios franceses especulaban este lunes sobre la posibilidad de que Borne dimita. Según la portavoz, por ahora la idea no está sobre la mesa, pero Gregoire tampoco ha sido categórica a la hora de descartarlo: "Ya veremos en las próximas horas", ha subrayado en una entrevista en France Inter. Las dos principales fuerzas de la oposición en la Asamblea, la plataforma de izquierdas liderada por Jean-Luc Mélenchon (Nupes) y la extrema derecha de Marine Le Pen, han exigido la dimisión de Borne. "Tiene de marcharse. Me parece una evidencia. Ya no tiene la autoridad necesaria para ser primera ministra", ha asegurado el diputado de La Francia Insumisa de Mélenchon Alexis Corbière en France Info. Nupes también ha anunciado que presentará una moción de censura, a pesar de que tiene pocas opciones de prosperar.

Cambios en el gobierno

El futuro de Borne es una incógnita, pero lo que es evidente es que el presidente de la República tendrá que hacer cambios en el gobierno: hay tres ministros que eran candidatos a las legislativas y el domingo resultaron eliminados. Según la norma que impuso el Elíseo, los ministros que no fueran elegidos tendrían que abandonar el gobierno. Es el caso de la titular de Transición Ecológica, Amélie de Montchalin, y de la ministra de Sanidad, Brigitte Bourguignon.

Al margen de los cambios en el ejecutivo, lo más urgente para Macron es buscar alianzas parlamentarias estables que le permitan sumar los 289 escaños de la mayoría absoluta. Sería la única fórmula que tendría para sacar adelante las reformas previstas, pero es una opción que parece cada vez más inviable. Descartado un pacto con la unidad de las izquierdas o con la extrema derecha, solo le quedaría explorar una alianza con los Republicanos, que han obtenido 64 escaños. Políticamente, parece la opción más lógica, pero, además, es con la única fuerza que sumaría.

La primera ministra francesa, Elisabeth Borne.

Aun así, la formación conservadora ya ha cerrado este lunes la puerta a una alianza con Macron. "No habrá un pacto, ni una coalición ni ningún tipo de acuerdo", ha afirmado contundente el presidente de los Republicanos, Christian Jacob, después de una reunión estratégica del partido. "Estaremos en la oposición", ha insistido. Si los conservadores no cambian de parecer, al gobierno solo le quedará la alternativa de buscar alianzas puntuales y negociar con los diferentes grupos cada reforma o cada ley. El quinquenio se puede convertir en un infierno para el presidente de Francia, que entra en un territorio desconocido de pactos.

Voto de castigo

El del domingo es un voto de castigo a Emmanuel Macron –que confiaba en mantener la mayoría parlamentaria y optó por no hacer campaña electoral–, pero también es el reflejo de la desafección política en Francia. La abstención llegó al 54%. Los resultados, con un ascenso espectacular de la extrema derecha y un crecimiento notable de las izquierdas unidas en coalición, también muestran la polarización social y política del país. Las izquierdas de Nupes y el Reagrupamiento Nacional de Le Pen reclaman ahora ser reconocidos oficialmente como principal fuerza de la oposición en la Asamblea Nacional.

Nupes, formada por La Francia Insumisa, el Partido Socialista, los Verdes y el Partido Comunista, ha conseguido 131 escaños, mucho por encima de Le Pen (89), pero no está claro si Nupes se constituirá como un solo grupo parlamentario o se dividirá. Mélenchon ha pedido este lunes que las izquierdas formen un solo bloque político en la Asamblea para ser la principal fuerza de oposición a Macron y evitar que lo sea la ultraderecha.

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