¿Y ahora qué? Los escenarios después del ataque de Irán a Israel

Los movimientos cada vez más agresivos de Tel Aviv hacen temer una represalia arriesgada contra Teherán

Los iraníes queman una bandera israelí durante una celebración tras el ataque del IRGC en Israel, en Teherán, Irán
02/10/2024
4 min

El CairoEl ataque lanzado este martes por Irán contra Israel en respuesta a las agresiones militares a Gaza y Líbano y al asesinato de líderes de grupos aliados en Oriente Próximo ha acelerado la espiral de violencia en la región y amenaza con desencadenar una guerra más amplia. Los movimientos, sobre todo de Tel-Aviv, son cada vez más agresivos, lo que hace temer ahora por una acción de represalia arriesgada que pueda dificultar contener después la situación. La escalada actual, además, llega en un momento en que el estado judío también tiene frentes abiertos en Yemen, Siria e Irak.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, declaró tras el ataque de Irán que Teherán "lo pagará". La principal duda es cómo. El gabinete de seguridad del país se reunió el mismo martes para dirigir la crisis, pero medios locales afirman que no se acordó ningún plan. Sin embargo, en las últimas semanas se ha filtrado, a modo de amenaza, que, si finalmente Irán actuaba, Israel se planteaba realizar asesinatos selectivos en el país y atacar instalaciones petroleras o sistemas de defensa, ya sea de forma directa o con una operación clandestina.

Fuentes israelíes también aseguraron que si se producen más ataques de Irán, incluso como represalia a un nuevo golpe de Israel, el país contempla atacar instalaciones nucleares iraníes. Pero una acción de estas características se considera menos probable a corto plazo porque requeriría de una mayor implicación de Estados Unidos. En esta línea, todo apunta a que la respuesta de Israel al ataque del martes no ha sido inmediata en gran medida por la necesidad de discutirlo con Washington, que ha admitido públicamente las consultas con las autoridades israelíes y que ha presionado repetidamente por acciones limitadas que dejen margen para rebajar la tensión.

El precedente de abril

En abril, después de que Irán atacara a Israel en represalia a un ataque israelí contra un complejo diplomático iraní en Siria, Tel-Aviv optó por responder de forma contenida y golpeó un sistema de defensa antiaérea iraní. Ahora, sin embargo, el escenario es muy diferente y está por ver hasta qué punto Estados Unidos podrá condicionar la conducta de Tel-Aviv, que, después de devastar a Gaza, ha extendido la guerra a Líbano, ha degradado mucho las capacidades del principal aliado de Irán en la región, Hezbollah, y ha colocado a Teherán a la defensiva.

Irán, a su vez, dio su represalia por finalizada el martes, pero, como viene siendo habitual, las autoridades del país han adelantado que si Israel responde volverán a actuar. En su caso, ataques como el del martes permiten analizar las debilidades de los sistemas de defensa de Israel cara a futuras acciones. Y por otra parte, la agencia de inteligencia interior israelí, el Shin Bet, declaró también el lunes que han detectado “un aumento significativo” de los esfuerzos iraníes por reclutar a ciudadanos israelíes con el objetivo de llevar a cabo asesinatos de altos cargos en el país.

Misiles iraníes que se dirigían hacia territorio israelí.

La escalda entre Israel e Irán también podría agravar la situación en otros frentes de la región, acelerando una tendencia que lleva semanas gestándose. En Líbano, el ejército israelí ha iniciado esta semana, en medio de agresivos bombardeos, operaciones terrestres que le sitúan cara a cara con Hezbollah y que el miércoles ya habían dejado al menos a ocho soldados muertos. Los ataques de Israel, a su vez, han matado y herido a miles de personas y han desplazado a más de un millón.

Israel también está intensificando los bombardeos en Siria, incluido en la capital, Damasco, donde ha matado a varios civiles en los últimos días, y contra líneas de suministro de Hezbollah y sistemas de defensa del ejército regular, aliado del grupo libanés. En Irak, milicias aliadas con Irán y Hezbolá están realizando varios ataques diarios contra Israel con misiles y drones, por ahora poco eficaces, y han amenazado con reanudar los ataques contra posiciones de Estados Unidos en el país, donde han demostrado ser más efectivos en el pasado. Desde Yemen, los houthis siguen perturbando el tráfico marítimo por el mar Rojo, donde el martes atacaron a dos petroleros, y siguen lanzando esporádicamente misiles y drones a Israel, que el domingo bombardeó el país y mató a cuatro personas tras un ataque contra Tel-Aviv. Paralelamente, Israel no ha dejado de atacar y actuar en Gaza, donde realiza bombardeos diarios, y en toda la Cisjordania ocupada.

En este contexto, Estados Unidos ha dejado de nuevo los esfuerzos diplomáticos en segundo plano y ha vuelto a priorizar ahora la vía militar de Israel, que depende completamente de Washington para mantener la actual senda bélica y para potencialmente hacer frente a un nuevo ataque iraní. En este sentido, Estados Unidos cuenta actualmente con unos 40.000 soldados en Oriente Próximo, un portaaviones que incluye varios destructores, una unidad de reacción rápida de los Marines, un submarino con misiles y varios escuadrones de aviones de combate. Además, en los últimos días el Pentágono ha anunciado el envío de un segundo portaaviones y miles de soldados adicionales.

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