Gaza: y ahora, llegan las epidemias

La concentración de población, la acumulación de basura y la destrucción del sistema sanitario y de tratamiento del agua son un cóctel explosivo y ya se ha detectado el primer caso de polio

Un niño desplazado recoge comida entre la basura en Deir al Balah
24/08/2024
4 min

BarcelonaLas cosas aún pueden empeorar en Gaza. En estos más de diez meses de guerra, la Franja se ha convertido en una gran jaula sin ningún sitio al abrigo de los bombardeos, donde escasean la comida, el agua potable y las medicinas. La población, agotada y famélica, vive hacinada en escuelas y campamentos y, además de todo esto, ahora comienzan las epidemias. Con toneladas de desechos que nadie ha podido recoger acumuladas en las calles, las aguas residuales que se filtran en el suelo sin tratamiento alguno porque las plantas han sido destruidas, a más de 30 grados de temperatura, sin jabón ni lejía para la higiene básica y con la mayoría de hospitales fuera de servicio, ya han comenzado los brotes de enfermedades contagiosas. Esta semana se ha confirmado el primer caso de polio.

Se trata de un bebé de diez meses –nació pocos días después del 7 de octubre– que no estaba vacunado, que sufre una parálisis en una pierna debido al poliovirus de tipo II. Hacía 25 años que la enfermedad se daba por erradicada en la Franja. Las primeras alarmas sonaron ya en junio, cuando se detectaron restos del virus en muestras de agua residual. La polio, que se transmite a través del agua fecal y contaminada es altamente infecciosa, afecta al sistema nervioso, puede provocar parálisis, desfiguración, es potencialmente mortal y afecta sobre todo a las criaturas menores de cinco años. No cuida, pero sí puede prevenirse con vacunas. El problema es que prácticamente ninguna de las criaturas que han nacido en Gaza en el último año están vacunadas. Y la combinación de falta de inmunización, destrucción masiva de los sistemas de tratamiento de agua y de los hospitales ha convertido a Gaza en una bomba de relojería sanitaria. Por eso el secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido de que "cientos de miles de criaturas en Gaza están en peligro". De los 36 hospitales que funcionaban en Gaza antes de la guerra sólo quedan 16 parcialmente operativos. De los 105 centros de atención primaria sólo 45.

Población hacinada

"Las órdenes de evacuación y los bombardeos han obligado a la gente a concentrarse en zonas muy pequeñas, donde viven hacinadas y sin ninguna condición higiénica. No hay agua limpia, no hay jabón, ni lejía... no encuentras en los mercados", explica en el ARA desde Deir al Balah, en el centro de la Franja, el traumatólogo Mohamed Shaheen. Los combates están muy cerca del centro y alerta de que les "faltan las cosas más básicas: equipos de esterilización, medicinas e instrumental quirúrgico".

Además de los bombardeos, la recogida de basura tampoco es posible porque Israel bloquea los camiones que deberían sacarla de Gaza. Según un informe de la ONU de junio en Gaza, que tiene un territorio como el Maresme, hay más de 330.000 toneladas de desperdicios acumuladas en las calles, el equivalente a más de 150 campos de fútbol.

Un médico examina a una niña en el hospital de Al Aqsa de Deir Al Balah, en el centro de Gaza, el 18 de agosto

La conversación se tropieza porque responde desde la tienda donde vive con su familia. "Cuando detectamos el caso del niño enviamos las muestras a Jordania y se confirmó que era polio. Si no hay una vacunación masiva, nos encontraremos con un problema muy grande". "La población está débil y malnutrida, sobre todo las criaturas o la gente mayor o que tienen algún problema de salud añadido; la gente es más vulnerable a los contagios", explica el traumatólogo. Y admite que el personal médico está exhausto: "Haces todo lo que puedes en el hospital y después te vuelves a la tienda y debes asegurarte de que tu familia tenga comida y agua, y muchos nos hemos tenido que tener desplazarse por las órdenes de evacuación". El médico explica que en su hospital no queda ningún epidemiólogo.

El mundo no ha logrado detener la agresión sobre Gaza, por la que Israel está acusado de genocidio ante los tribunales internacionales, pero sí ha movilizado vacunas, sabiendo que la propagación de los virus no entiende de fronteras. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha facilitado ya 1,6 millones de dosis de vacunas, y el ejército israelí asegura que ya ha enviado a la Franja otros 2,8 millones de dosis. La vacunación debería empezar el 31 de agosto.

Las dudas de la vacunación

La vacunación masiva sin un alto el fuego será imposible: es necesario mantener la cadena de frío y asegurar que los equipos de vacunación puedan llegar a todas partes. La vacunación debe realizarse en dos dosis con un intervalo de un mes, y se administran oralmente. Es necesario combustible, un sistema eficaz de comunicaciones y sobre todo garantías de seguridad tanto para el personal médico como para la gente que se desplace a las instalaciones sanitarias. Pascale Coissard, coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras recién regresada de Gaza, apunta: "Han empezado a llegar las vacunas, pero ya ha habido el primer caso y mientras continúen los desplazamientos masivos de población será muy difícil contener un brote . Si cada vez que abres un punto de vacunación debes marcharte por los bombardeos es imposible".

Y la poliomielitis no es la única amenaza. La hepatitis A ya se ha esparcido por toda Gaza, y las enfermedades de la piel (sarna, erupciones) y respiratorias, así como el tétanos o la diarrea, también están a la orden del día. Ya se han diagnosticado 100.000 casos de hepatitis A, cuando la media anual en la franja era de 85. Amal Sharif, una enfermera que se ha refugiado en Khan Yunis, en el sur de Gaza, lo tiene claro: "Si no nos matan en un bombardeo, moriremos más lentamente por una enfermedad. Criaturas y adultos se pasan el día removiendo pilas de basura para encontrar algo que nos ayude a sobrevivir, entre moscas y ratas. enfermedades en la piel, y que más tarde serán más graves, por la contaminación del agua", alerta.

El epidemiólogo israelí Manfred Green, profesor de la Universidad de Haifa, lo resume así: "Si pones a más de un millón de personas en tiendas en una zona con acceso limitado a los servicios, la comida, el agua de beber" y de lavarse, sin alcantarillado y con un calor extremo, estás creando una gran placa de Petri donde puede crecer cualquier tipo de patógeno o enfermedad.

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